Relato#1 «sin tiempo»

Un hombre de 57 años se encuentra tendido en la cama de un hospital, junto a él está su hija y sus dos nietos, la ultima familia que le queda, después de compartir unas ultimas palabras con su hija, el hombre comienza a perder la vista, su respiración disminuye velozmente, su cerebro deja de procesar información, tal parece que el hombre ha muerto.

Pero esto no acaba aquí, en un mundo completamente desconocido un ser se aparece ante él, con la forma de una estrella, y con un ojo, cualquiera esperaría que se meara del susto ante ser tan extraño y tenebroso, pero él a muerto, y no puede mearse encima, con un tono bastante calmado el hombre recién fallecido le dice:

—¿He muerto, verdad?

—Así es. —La voz del ser extraño termina siendo muy agradable.

—¿Qué pasara conmigo ahora, no me dirás que existe el infierno y el cielo? —El hombre lo pregunta con cierto miedo, pues no quiere descubrir a estas alturas que va terminar en el tormento eterno, y más cuando paso toda su vida siendo un ateo.

—No te preocupes, esos lugares no existen, lo que pasara contigo ahora, será la segunda muerte, primero fue la física, ahora me encargare de que tu consciencia y «datos» sean borrados, dejaras de existir por completo.

—¿Así como así? ¿ya no hay más?

—No hay nada más. Pero antes de eliminar tu consciencia, puedo mostrarte tres acontecimientos importantes de la historia de tu especie.

—¿Porqué harías eso?

—Es una costumbre que tengo, yo y mis compañeros somos algo débiles así que como despedida les solemos conceder eso a los humanos, ya sabes, revivir momentos importantes antes de irte, aunque la mayoría de las veces les terminan doliendo más de lo que imaginan, así que hazlo a consciencia, que puede hacerte esto más doloroso.

El hombre pensó con detenimiento lo que le estaban ofreciendo, podía revivir o observar tres sucesos de la historia humana que nunca hubiera podido observar, tras unos minutos lo decidió.

—Lo tengo, primero quiero ver como evoluciono la civilización humana.

—Eso es muy general, ¿no puedes ser más especifico?

—No, eso es lo que quiero ver.

—Eso llevara mucho tiempo.

—No tengo prisa.

—Ah maldición.

El ser extraño le mostro desde la invención del fuego, la creación de las primeras sociedades nómadas, y la creación de las pirámides, pasando por incontables conflictos bélicos, raciales e ideológicos, le mostro como nacieron los diferentes idiomas, como se desarrollaron todos los artes, deportes y gastronomías, le mostro los orígenes de la cultura humana, la historia de todas las civilizaciones,  el como se formaron, evolucionaron y cayeron, fue una experiencia de conocimiento sin igual, que si bien lo emociono un poco al final, el sentimiento fue mínimo comparado con…

—Ha sido, una larga historia.

—Ni que lo digas, como sea, ¿Qué más quieres ver? —Pregunto el ser en forma de estrella.

—Quiero ver mi boda.

—Bien, vayamos a ello.

Ahí estaba otra vez, su difunta esposa estaba con el típico vestido blanco, se veía hermosa, en esos tiempos cuando aún eran jóvenes, cuando aun estaban vivos, «ojala pudiera volver a esos días» pensó con gran sinceridad el hombre.

 —Ella de verdad se veía hermosa. —Dijo el hombre, formando una mueca que se transformo en sonrisa, una frágil y fuerte sonrisa.

—¿A donde vamos ahora? —El ser en forma de estrella volvió a preguntarle, y el hombre respondió.

—Quiero que me lleves al nacimiento de mi hija. 

Cambiaron de escenario otra vez, ahora era un día templado, un jueves, él se encontraba nervioso antes el nacimiento de su primera y única hija, no podría olvidarlo nunca el día en que su pequeña nació, y lo volvió a presenciar el como esa pequeña personita salía de su escondite de carne y veía al mundo por primera vez.

—Nichol… —Fue el nombre que pronunció cuando rompió en llanto, sin saber como, pero sus lagrimas cayeron sin cesar, se supone que su cuerpo no era físico, pero siguió y siguió, llorando.

—Oye… ¿de verdad ya no tengo tiempo? ¿Ya no podré volver a ver mi hija? ¿a mis nietos? ¿de verdad ya no puedo?—casi suplicando, le pregunto si este de verdad era el fin.

—Lamentable mente se te acabo el tiempo.

—Pero… yo, no quiero morir!  —Grito con todo su ser, pero de nada serviría.

—Lo lamento, pero se te acabo el tiempo.

Su existencia comenzó a borrarse de ese mundo, la segunda muerte como la llamo el ser en forma de estrella, poco a poco, fue extinguiéndose, Y después de unas décadas, cuando sus nietos y bisnietos mueran, todo rastro de él, habrá sido borrado, pues su tiempo se había agotado.