Ansiedad y desasosiego

Tengo por seguro que hay muchas cosas elementales ya sabidas por el común de los mortales que nos han permitido subir peldaños en la escalera de la humanidad, pero también voy entendiendo que en este caos que nos inunda, hay que pararse, reflexionar y volver como hacía el capitán del barco en situaciones de tempestad y terrible confusión a mirar sus sencillas notas, esto es, que babor está a la izquierda, estribor a la derecha, proa es la parte delantera del barco y popa, la parte posterior. Algo tan sencillo en un mar embravecido permitía controlar la situación. Hay que volver pues a tener presente siempre lo elemental.

Me permito hacer algunas consideraciones sobre este tema, que observo más desde la experiencia personal que por lo conocimientos en psiquiatría donde, por lo demás, hay personas más especializadas en estas cuestiones y ello porque la enfermedad que sufrí abre una carpeta de sensaciones, impresiones y experiencias que pueden ser demoledoras o enriquecedoras según el cristal con que se las mire.

Sentí ansiedad ante la enfermedad, claro que sí, la ansiedad todo lo inunda, el cerebro no distingue, no discrimina que pasa en todo el organismo y responde de manera diversa: con opresión en el pecho, taquicardia, dolores generalizados, insomnio, malestar general, necesidad de aire…..y un largo etc…depende de cómo seamos, y cómo hayamos aprendido a somatizar nuestros conflictos.

En el desasosiego el cuerpo está intranquilo, la mente despierta, pero no hay señales de alarma por todo el organismo, es un discurrir inquieto, una pesadumbre a veces, «una molestia no localizada».

En cualquiera de los casos los pasos a seguir son : respirar profundamente al principio (para activar el Sistema Nervioso Parasimpático, el Sistema Nervioso Simpático empezará a perder mando ,siendo éste el responsable de la mayor parte de nuestros síntomas),llenando el abdomen de aire de una manera consciente y después un respirar tranquilo, como cuando se está durmiendo, acompasándolo con imágenes en nuestra mente «nuestro álbum de fotos privado» ,imágenes de nuestra vida ,que fueron o son importantes ahora .

En la experiencia compartida de muchos seres humanos se alude a que en momentos previos a la muerte (y eso lo cuentan claro, los que han sobrevivido) pasan por nuestra mente una serie de imágenes que el cerebro selecciona por sí solo. En este caso se trata de seleccionar de una manera consciente los fotogramas que inundan nuestra vida, unas porque son bellas, preciosas para nosotros o bien otras que tienen un contenido más afectivo. En psicoterapia he aprendido que para mí, aquellas que se remontan a la infancia, me llevan a estados mayores de calma.

Este estado sosegado, a veces llega de una manera muy directa (cada uno tiene que encontrar su camino) con la música. La música por si misma tiene unas características propias, navega por sí sola, y produce ese cambio de señal que tanto necesitamos. Tras este estado de cierta serenidad, dar un paseo, ver una película, o cualquier actividad a realizar hace que el cuerpo entienda que no tiene porqué estar ni estresado, ni agobiado, y que ya todo empieza a volver a su ser.

Después de que ha pasado esta primera parte de serenar mente y cuerpo, dejemos el cerebro en «modo pensar «, pero tampoco hace falta que sea urgente, ni inmediato, sino de forma lenta, como una programación en diferido.

Decía Kafka que» lo mejor son los pensamientos paseados».

Al caminar en soledad, tranquilos, surgen respuestas increíbles, vienen solas a explicarnos el porqué de nuestra ansiedad o el porqué de nuestro desasosiego. La primera puede que la podemos resolver solos, a veces de forma instintiva sucede, pero si nos sentimos incapaces deberíamos plantearnos una ayuda profesional, ¡que descanso compartir nuestra ansiedad con alguien que sabe como guiarnos! El segundo, el desasosiego, que es como una cuestión doméstica, lo resolveremos solos, analizando con sinceridad las cuestiones cotidianas que lo han producido, pocas cosas hay tan valiosas como la introspección.

El Dr. Marañón nos decía que “en la vida hay que vivir con la nostalgia y la incertidumbre” y verdad es que las dos son causas de ansiedad y desasosiego; superarlas es cuestión de digerirlas día a día , como se digiere la comida ,….cada día se empieza….y en caso de mucho apuro y que nuestros pensamientos no nos lleven a nada productivo, buscar «no pensar” dejarse fluir , la contemplación de la naturaleza: ver el cielo ,las estrellas, la luna ,el amanecer , el atardecer, los arboles ,fijarse en su colorido, ver la belleza que encierran las cosas más sencillas y pensar que todo pasará. Nos lo decía con acierto Santa. Teresa «todo se pasa» y lo describe de forma preciosa el ilustre sevillano Juan de Arguijo, en su soneto: La Tempestad y la Calma:

“Yo vi del rojo sol la luz serena

turbarse, y que en un punto desaparece

su alegre faz, y en torno se oscurece

el cielo con tiniebla de horror llena.

El austro proceloso airado suena,

crece su furia, y la tormenta crece,

y en los hombros de Atlante se estremece

el alto olimpo y con espanto truena;

mas luego vi romperse el negro velo

deshecho en agua, y a su luz primera

restituirse alegre el claro día,

y de nuevo esplendor ornado el cielo

miré, y dije: ¿Quién sabe si le espera

igual mudanza a la fortuna mía?

Hagamos caso a los que antes anduvieron por estos caminos, por nuestros propios caminos de ahora. El destino último tras pasar una ansiedad o desasosiego es la Paz y hay que confiar en que llegará.

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