MI QUERIDO EXTRAÑO

MI QUERIDO EXTRAÑO

NARA

26/01/2022

CAPÍTULO 1

Liza

Veo a un hombre sentado en el banco que esta frente al mío esperando el siguiente autobús el tomara el autobús 5 y yo el 6 que están a solo unos kilómetros para llegar, de pronto nuestras miradas se cruzan, parecía que me conocía y yo a él, me paro del banco sin que me importe entrar al autobús, simplemente no puedo controlar mi cuerpo, me recupero y pienso en seguirlo pero llegan nuestros transportes, dejo de mirarlo para que no vuelva a ocurrir lo de antes y subo, pero nos vemos desde el cristal de la ventana, el autobús comienza a avanzar y no puedo dejar de mirarlo, pero ni siquiera lo conozco, el baja en la siguiente parada y yo decidida a acercarme bajo en la misma, cuando veo de pronto se está acercando a mí, estaba a un par de metros cuando un grupo de personas interrumpe el paso y cuando comienzo a buscarlo ya no estaba, abro los ojos de golpe al escuchar mi alarma para ir a trabajar, sigo pensando en el en la ducha, mientras me cepillo los dientes, cuando peino.

Llego al trabajo y enseguida comienzo a caminar como si estuviese en un maratón, pues seguir a Ricardo, es muy cansado, tan cansado que varios empleaos han renunciado, él es un chico famoso en todo México porque su papá es el más rico, no hay familias con dinero que se aproximen al nivel de su padre, pero Ricardo no es presumido, lo conozco desde hace tiempo, porque yo trabajaba con él desde que era niño, lo cuide como si fuera mi propio hijo, ya que su madre murió cuando el apenas nació desde ese momento el padre de Ricardo no ha mostrado su rostro ante la sociedad, ni a sus empleados, en realdad no sé qué hace, o talvez se esté escondiendo y nadie sabe que es el, hay muchas cosas que se me cruzan por la cabeza cuando pienso que nunca estuvo para su hijo, así que Ricardo me tiene mucho cariño.

Nos dirigimos hacia una tienda de trajes muy elegantes y caros para que Ricardo se compre algo nuevo, a pesar de ser un hombre, le encanta ir de compras y gastar todo el dinero de su padre como lo haría una mujer solo que nosotras no tenemos tanto dinero como el, después de pasar dos horas en la misma tienda, para que yo le de mi opinión y el la rechace, decide comprarse un traje de color marrón, que le asienta muy bien; me fijo como nos empezamos a dirigir a una tienda de ropa de mujer , pero de marca y con precios muy altos, le pregunto a Ricardo si la ropa es para una persona importante y le doy un codazo suave con una sonrisita burlona, él me dice que si y me sorprendo, después de entrar me da un vestido color lila con un estampado de flor, largo con un lazo y que muestra la espalda, mientras me die que me lo pruebe, me dirijo al probador y me lo pongo, me queda precioso, me admiraba a mí misma cuando escucho que me llaman, salgo del probador y veo a Ricardo mirándome, se voltea y le dice a una jovencita que compra el vestido que llevo puesto, entro de nuevo al probador y me cambio, cuando Sali, el ya había pagado el vestido.

– Me acompañaras a la gala de hoy, mi novia y yo hemos terminado y no tengo una persona de compañía, por favor no me niegues- dice Ricardo mientras me suplica.

– De acuerdo, pero solo esta vez- le respondo

– ¡Gracias eres la mejor Lisa! – me dice con cara de felicidad que dice «gané»

Grey

Estoy sentado en el banco de la parada de autobús 6 y veo a una mujer hermosa frente a mí, está esperando, pero se levantó y parecía que se quería acercar, pero el autobús lo impide haciendo su parada, me subo al autobús y no logro mirarla, no nos conocemos pero por algún motivo me quiero acercar a ella, así que decido bajar en la siguiente parada con la esperanza de que ella también lo haga; el autobús paro y en seguida baje y ahí estaba ella parada del otro lado de la calle, ahora yo controlé mi cuerpo y avance hacia ella esperando hablarle, pero un grupo de personas me tapan el paso y no la alcanzo a ver, en cuanto se van los demás miro como me voy deshaciendo como si fuese polvo, abro los ojos y la mantengo en mente, pero no sé porque soñé con ella si no la conozco, me levanto de la cama y hago la rutina de siempre, después de eso comienzo mi próxima aventura, yo no hago el trabajo completo, pero si dirijo la empresa más grande de todo México.

Me dediqué a trabajar mucho después de que mi esposa tuviera a Ricardo y falleciera, me hubiese gustado compartir más momentos con ella y al ver a Ricardo la recuerdo a ella, es por eso que no dejo que mi propio hijo e vea, creció sin mí, pero era por su bien, no era bueno que me conociera y ahora me arrepiento trate de pasar tiempo con él, pero me decían que no estaba, ya se había ido a otro lugar pero nuca me han dicho a donde, a pesar de que yo soy su jefe, pero respeto esa decisión de mi hijo, porque yo hice que las cosas sean así, me aislé de mi propio hijo y le hice mal, ahora mi trabajo a parte del que tengo actualmente es encontrar a mi hijo, así que voy por todas las calles de México con la esperanza de verlo.

Logré encontrar lo una vez, pero no tuve el valor suficiente para acercarme, después de obtener el coraje me di cuenta de que mi hijo se había ido, no sé nada de lo que le gusta y ahora me lamento de todo, pero siento que la mujer que vi en mi sueño me puede ayudar a encontrarlo y hablar con él o simplemente es una persona que apareció en un sueño y ya, no la volveré a ver.

Mientras camino por la calle entro a una tienda de trajes cara y de marca y del otro lado veo a dos personas que se me hacen conocidos, me acerco pero no era la persona que esperaba, me doy media vuelta y me voy de la tienda, nadie me conoce como el empresario más grande, ni mi hijo, asi que no me puede evitar una vez que nos encontremos, no lo he visto durante sus últimos 25 años de edad, pero he escuchado que es conocido y no solo por mi dinero, sino que ha hecho muchas cosas buenas que ahora las personas lo adoran, me siento orgulloso de él aunque no lo haya educado, al menos el aprendió a hacerse un hombre y caballero de verdad.

CAPÍTULO 2

Liza

Nos dirigimos al auto en el que vinimos a comprar y me llevan a casa, la gala es hoy, por lo que no tengo mucho tiempo para arreglarme, me doy un baño rápido y me pongo mi nuevo vestido, me maquillo con un color natural para no llamar la atención con lo feo que me maquillo, estoy tan concentrada que no me doy cuenta de la hora, a penas la noto salgo y comienzo a intentar correr para llegar a tiempo, pero es inútil con el vestido y los zapatos que tengo puesto, mientras no veo mi camino choco con un hombre, que me recuerda al de mi sueño, pero no tengo tiempo para desperdiciar, me disculpo y mientras lo hago escucho que un auto se acerca detrás de mí, pero hay un charco de lodo cerca. El señor con el que había chocado me protege del lodo y se empapa todo, me disculpo de nuevo, pero él no le da importancia y solo me sonríe, no alcanzo ver su cara completa por la gorra que lleva y los lentes que le cubren, pero gracias a él no se arruinó mi ropa, entonces, se detiene el auto de Ricardo y este me hace una seña para que suba, acepto la propuesta y subo al auto, mientras veo al hombre empapado por mi culpa, si tan solo no me hubiera cubierto, pero gracias a él Ricardo no iría solo a esa fiesta…

– ¿En qué piensas? – dice Ricardo curioso

– Solo pienso en aquel hombre que se mojó todo, por culpa de Rodolfo

– ¡Rodolfo, debiste fijarte que había un charco que podía mojar a cualquier persona e ibas a mojar a Liza!, si no fuese por ese hombre… – le dice Ricardo a Rodolfo el chofer

– ¿Lo siento, volverá a ocurrir! – se disculpa Rodolfo con timidez

– ¡Está bien Rodolfo! No te pongas nervioso cuando te hablo, ¿de acuerdo?

– Si, joven Ricardo

Llegamos a la gala después de unos minutos; era una mansión en la que asistían los amigos de Ricardo, que no tenían experiencia en nada. Supongo que Ricardo es el único que se comporta como un hombre mayor, me presentó con todo aquel que cruzaba en nuestro camino y cada uno le preguntaba quién era yo y él les comentaba que una amiga.

Después de verlo platicar un rato con los demás, mientras yo tomaba una copa de vino, se acercó y me dijo…

– ¡Vaya, piensan que eres menor que yo!

– ¡No puede ser, si prácticamente puedo ser tu madre! – le digo a Ricardo mientras nos reímos.

Grey

Ya es tarde y estoy muy cansado de caminar todo el día como siempre, así que me dirijo a casa y veo a una mujer vestida muy elegante, pero parece que ella no me ve a mí, su cabeza golpea mi pecho y mientras ella se disculpa yo solo la observo, más no la puedo ver bien, de repente , veo que se viene un auto y reacciono cubriéndola y cuidando para que no le pase nada, entonces termino todo mojado, se vuelve a disculpar, pero yo no me enojo por ayudarla, ya que fue mi decisión cubrirla, después de disculparse y agradecer, veo que una persona baja del coche y le da un aviso para que suba al auto, en eso me doy cuenta de que es mi hijo, antes de que me pudiera acercar, ella sube y el auto avanza más rápido, me encontré con mi hijo pero no pude hablarle, supongo que protegí a su novia, porque se veía de la misma edad que él, aunque no parecía que lo fuera.

Me quedo fijo al auto y me doy cuenta de que la mujer me mira, pero no pude verle la cara en ningún instante por mis lentes de sol que me estorbaban, porque olvidé que los traía puesto, aunque si me di cuenta de que veía diferente; con la ropa mojada camino lamentándome del no poder ver bien a mi hijo ni hablar con él, pero por otra parte me sentí feliz de proteger a esa mujer, mientras continuaba mi camino la lluvia se iba haciendo más intensa y por supuesto yo estaba más mojado.

Llegué a casa empapado de la lluvia que caía afuera, me tomé un tiempo y luego me metía bañar, me puse mi bata azul para dormir y me acosté a revisar mi celular, por si ocurrió alguna emergencia en el trabajo o todo estaba tranquilo así que le mandé un mensaje Sara…

MENSAJE:

Después de informarme me recuesto más tranquilo y cierro los ojos, pensando que en un día normal me encontré a mi hijo y no puede hablarle y no sé si está bien ahora o se encuentra en peligro, pero después de un rato me duermo y aparezco en el mismo lugar donde estaba en mí sueño antes de despertar esta mañana cuando me encontré a la mujer, pero no la veo por ninguna parte.

CAPÍTULO 3

Liza

Después de una noche larga y cansada llego a casa, ya es media noche y no he cerrado los ojos, más que para parpadear, me tumbo en la cama sin cambiarme y al momento de cerrar los ojos me duermo, entonces lo veo frente a mí, a solo tres pasos para que cruce por completo el paso peatonal y llegue a mí, entonces comienza a moverse mientras me ve directo a los ojos, me acerco a él, llevaba una ropa diferente a la que tenía en mi sueño anterior, se supone que los sueños no se repiten y no tengo la menor idea de porque estoy soñando con él, perdida en mis pensamientos dentro del sueño, escucho…

– ¡Disculpa!

– ¿sí?

– Me he fijado que nos hemos estado mirando el uno al otro y quería saber porque lo hacías, porque tú a mí me pareces una mujer interesante y hermosa.

– ¡Gracias! – digo nerviosa- has estado esperando aquí, porque yo entiendo que esto es un sueño

– Pensé que yo era él tenía el sueño, no tú, que tal nos sentamos ¿no?

– De acuerdo

Me contó sobre cómo se vio desaparecer en este mundo y que yo era hermosa, me dio muchos halagos, tantos que son imposibles de contar, después de un rato de estar sentados caminamos en el parque y acordamos ser amigos, para no sentirnos solos, porque al parecer lo estábamos, nos contaríamos nuestro día, pero yo temo que al despertar no pueda volver a soñar con él, porque él es la persona que me hace sentir bien y comoda después de Ricardo.

– ¿Cuánto tiempo crees que nos quede? – le pregunte

– No mucho, pero quiero hacer una promesa contigo antes de despertar- me dijo

– ¿Qué promesa?

– Si no volvemos a vernos en nuestros sueños prometo que jamás te olvidaré y espero que tú a mí tampoco.

– ¡De acuerdo!

Entonces veo como mis pies se empiezan a esfumar, hasta que yo estaba a la mitad el comenzó a esfumarse al igual que yo; desperté del sueño y se sintió tan real que pienso que puedo tener una doble vida.

Grey

Me quedé parado, esperando alguna señal de aquella mujer, descuidé la mirada unos instantes y apareció, me sorprendí al ver que traía el mismo vestido de la mujer que protegí en la calle cuando vi a mi hijo, pero tenía claro que era un sueño y no podía ser la misma, de hecho ya ni sabía cuál era el sueño y la vida real, son como dos mundos distintos en los que no puedes distinguir entre realidad y ficción; me acerque a ella cuando la vi y después de preguntarle unas cuantas cosas, fuimos a sentarnos a un banco cerca de un parque y comenzamos a platicar, pero no paraba dejar de pensar por qué traía ese vestido, traté de hacerme más cercano a ella y logré ser su amigo, para que me acerque a mi hijo porque presiento que ella me puede ayudar con eso, pero es solamente un presentimiento, pero también me sentí querido en el momento en que platicábamos y me miraba, hasta llegaba a olvidar a Ricardo; sentía calidez en sus ojos brillosos color miel, ella era una mujer delgada, blanca, cabello negro muy oscuro, lacio y largo, labios delgados y nariz pequeña, tenía unas pestañas largas y era de baja estatura, era muy hermosa y parecía más joven a la edad que tiene, al contrario de mí que soy más viejo por el exceso de trabajo que hice para llegar a este punto.

Le conté sobre Ricardo, pero no le mencione su nombre para que no le dijera nada así que le invente otro, pero al parecer ella puede detectar las mentiras porque me obligó a que dejara de decir el nombre falso y que le tenga confianza, si no quería hablar de Ricardo, ella lo entendía, es una mujer muy amable y uno se siente cómodo al estar junto a ella, las miradas que me daba y su dulce voz, debí evitarla.

Después de verla desaparecer de mis sueños literalmente, me sentí triste y feliz; al fin despierto y veo la hora, me apuro para llegar a la oficina, ya que siempre llego antes para que nadie vea mi rostro, ya que quisiera mantenerme anónimo, pero solo una persona lo conoce que toda vía no sabe quién soy y esa es la extraña de mi sueño, no tengo la intención de decirle mi identidad, porque es una desconocida prácticamente, que al fin y al cabo algún día dejaré de soñar con ella, es por eso que no me debo encariñar, porque solo sufriré más o igual a lo de mí esposa aunque no sea lo mismo, así que pretendo seguir con mi vida sin dejar que ella se meta, seguiré con la misma rutina, la única diferencia es que soñé con ella dos veces, pero a la vez quiero volver a verla.

Llegué a mi oficina y me encerré como siempre a trabajar para proyectos grandes como toda mi vida lo he hecho, pero no se me ocurre nada, estoy estresado con muchos asuntos.

CAPÍTULO 4

Liza

Me preparo para el trabajo y luego de apresurarme llego puntual, pero no veo a Ricardo por ninguna parte, tampoco a Rufus, me siento un momento en el lugar de descanso de la empresa, cuando de pronto veo una sombra que se refleja frente a la pared del lugar donde estoy sentada, era Ricardo, en eso reacciono y me doy cuenta de que actúa de la misma manera en que lo ha hecho cuando recién comienza una relación, me acerco y no me nota, por lo distraído que estaba. Rufus le seguía el paso, iba detrás de él, así que me volteo hacia Rufus y le lanzo una mirada para que me diga que pasa, es cuando me doy cuenta de que tenía toda la razón, Ricardo había comenzado una relación, pero siempre que lo hace termina herido, ya sea porque ellas solo se fijaban en el dinero, otras por su cara bonita y las demás por su forma de actuar (cuando está en un cuarto a solas); esta vez me pregunté qué es lo que quería su nueva novia, así que le revente la burbuja en la que andaba con un codazo suave en el estómago, pero al ser muy dramático dio un grito…

– ¡Que sucede contigo! – me dice enojado

– Sucede que no me has hecho caso todo este tiempo, para saber lo que está programado

– Y ¿Qué hay de malo en eso?

– ¡Eres un niño o que! – le digo con un tono de regaño, en juego, pero el siempre lo toma muy en serio

– ¡No me regañes! – me dice enojado

– Bueno, entonces has todo tu solo

– ¡Espera… Liza!

– ¡Que espere! – ya me voy mi horario ha acabado por hoy, estuviste todo el día de bobo que ni la hora notaste, adiós.

Mientras me voy alejando veo en el reflejo de Ricardo en un cristal que trae una cara de perrito abandonado, pero lo conozco y se pondrá mejor, este es mi carácter y que se aguante, de todos modos, me ve todos los días, así que no hay problema, mientras me distraigo viendo a Ricardo choco con alguien que trabaja aquí, es una mujer la examino, lleva tacones altos, un vestido color rojo corto que le marca las curvas, pero su cara no es muy bonita que digamos y trae el peor carácter de todos, nadie la soporta, creo que me envidia, me ha hecho la vida imposible desde que estaba aquí; me dejó en paz cuando comencé a trabajar al lado de Ricardo, se llama Cloe, digamos que piensa que la guerra entre ella y yo no ha acabado, pero a mí ya no me interesa en lo absoluto lo que piense, yo vivo sin rencores.

Me disculpo con ella y sigo mi camino, ella se voltea y trae el ceño fruncido, se le ve horrible, pero no volteo ni un segundo; son la 9:00 pm, me fui a emborrachar sola al bar EDD, no sé porque se llama así, pero me gusta beber ahí, pasan hombres guapos y disfruto de esa vista, luego de un rato ya no siento estar consciente y veo borroso, pero reconozco un rostro, es el de Ricardo que había venido aquí a buscarme; él sabe que todos los viernes me embriago y a veces tiene la costumbre de acompañarme o ir por mí, mientras le digo cosas sin sentido, que a veces logro recordar y me apenan demasiado.

Ricardo me trajo a casa y me metió al baño, para que se me baje la borrachera, después me quitó los zapatos y lo último que recuerdo, es su cara de decepción mirándome mientras cierra la puerta principal y se va, cierro los ojos y estoy en un parque conocido, pero me duele mucho la cabeza.

Grey

Después de un largo día de trabajo, voy al bar EDD a tomar unos tragos, me tomé unos cinco aproximadamente y tengo resistencia al alcohol, tiempo después vi a un muchacho que se parecía a mi hijo, luego lo observe bien y me di cuenta de que era él, me paré y comencé a caminar mientras me agarraba del barandal; a unos metros vi a mi hijo acercarse a la mesa de una mujer, me apuré a verlo, pero para eso el ya había cargado a la mujer y la estaba subiendo a su auto, saqué dinero de mi billetera y lo dejé en la mesa, creo que hasta me pase de la cantidad correcta, corrí para pedir un taxi, por suerte uno estaba cerca y desocupado, entré lo más rápido y le indiqué al chofer que siguiera el Aveo blanco que estaba delante de nosotros, el taxista me miró confundido y yo le di una señal para que se apresurara, entonces aceleró y anduvimos detrás del auto de Ricardo.

Me sentí orgulloso al ver que valoraba las cosas, pero me entristecí porque hasta ahora me doy cuenta de eso y yo no le enseñé sobre eso, de pronto el auto se estaciona en la puerta de una casa color azul cielo, con blanco, de dos pisos y veo bajar a mi hijo, después abre la puerta trasera del auto y ayuda a una mujer a salir, la toma con fuerza y la mete a la casa, esperamos un poco más el taxista y yo (pues era su taxi), pero Ricardo no salía de la casa, luego de unos minutos vi que las luces de una ventana se apagaron y mi hijo ya había abierto la puerta de su auto para irse, así que perdí de nuevo la oportunidad de saber dónde estaba, le indiqué al taxista que me llevara al lugar donde me recogió, para que pueda tomar mi auto, llegue a casa y me di un baño, por el cansancio apenas me acosté y ya me había dormido.

– ¡Hola!

– ¡Hola!

– ¿Hace cuánto te acostaste a dormir?

– Apenas me acosté, es que perseguí a mi hijo lo más que pude, pero no lo pude alcanzar

– ¡Rayos!, estabas tan cerca y lo perdiste, no me imagino como te sientes, porque yo no tengo hijos.

– ¡No tienes hijos con lo hermosa que eres!

– Me halagas, pero no, no tengo hijos

– ¿Cómo te fue hoy?…

Paso un rato, que fue muy largo, pero satisfactorio, ya que platiqué con ella, creo que la presencia de mí querida extraña en mis sueños, me hace feliz y me da esperanzas para poder seguir con mis días, al momento de pedir su número, desperté y por lo tanto no lo conseguí; ahora espero con ansias las noches para poder verla.

CAPITULO 5

Liza

Después de platicar un rato en nuestro sueño mientras me daba varios halagos, cuando desperté me di cuenta de que no nos conocíamos bien porque no sabíamos nuestros nombres, ni pedimos nuestro número de celular, así que supongo que él no quiere saber nada de mí; durante los pocos ratos que platicaba con él, presentía que era una persona importante.

Deje de pensar en mi sueño con la esperanza de volver a verlo en la noche de nuevo, llego al trabajo después de correr para poder alcanzar un taxi que me leve al trabajo directamente.

Llego al trabajo y veo a Ricardo de espaldas, al parecer está coqueteando con alguien, me acerco de a poco y me doy cuenta que es Cloe, no entiendo porque tuvo que ser ella, supongo que por eso no me dijo nada Ricardo y cuando me encontré con ella fue aún más fastidiosa que antes con las cosas que me decía.

Después de esperar en mi rincón, a que Ricardo termine su coqueteo con Cloe, se acercó a mí y me preguntó cuando había llegado, le pongo los ojos en blanco y giro mi cabeza hacia el otro lado, mientras murmuraba:

– Llegué puntual como siempre, pero me di cuenta que mi pequeño cantante estaba coqueteando con la mujer que todos odian, así que les di su espacio y vine a tomar unos cinco vasos de café

– Pero ¿no te hace un efecto contrario el café que a los demás?, te ves muy cansada.

– Ya no me interesa, total tengo a alguien que, si me nota y escucha, pero lo triste es que solo lo veo un rato y se debe ir, al igual que yo

– ¡Quien es!, me dice Ricardo emocionado

– Nadie que te importe, me voy a mi casa y probablemente renuncie- digo con voz y cansancio.

– No renunciaras ¡te conozco!

– ¿Sí?, pues al parecer no lo suficiente, adiós

– Espera yo lo…

Para cuando él quiso acabar su frase, gritando hasta el otro extremo del lugar yo, ya había salido y no me importó la hora, hoy no era viernes, pero sentía que era un buen día para embriagarme y no saber nada del mundo por un buen rato.

Ya era muy tarde y no sé qué pasó con Ricardo, pero cuando pagué la cuenta, y comencé a caminar a dirección a mi casa unos señores, que estaban recargados en un coche color negro, que parecía my caro, se pusieron delante de mí, sabiendo que estaba borracha, me preguntaron donde vivía y me llevaban a casa, yo les fui indicando mientras uno me llevaba en brazos, les dije que me dejaran en la esquina porque yo podía llegar sola, pero ellos insistieron, entonces pude ver a lo lejos el auto de Ricardo estacionado frente a mi casa, fue ahí cuando accedí, no quería toparme con él así, porque malinterpretaría las cosas.

– ¿Pueden dejarme en la puerta nada más? Por favor

Llegué y parece que Ricardo se había dado cuenta, cuando ya habia entrado al cuarto escuché que cerraban la puerta.

– ¡Déjame en paz!, no es lo que piensas

– ¡No me quiero ir!

En ese momento escuche otra voz que no era la de Ricardo, si no que era uno de los que me llevaron a casa había que estaba y ya estaba muy cerca de mí, subió a la cama donde yo dormía todos los días y comenzó a aprovecharse de mí, comenzó a desabrocharme la playera que llevo al trabajo y luego comenzó a besarme el cachete, el cuello y cada vez iba bajando más, grité pidiendo ayuda, pero nadie llegaba, de pronto escuché el sonido de unas patadas hacia la puerta de mi habitación hasta que esta se abrió, no pude ver bien quien era, pero gracias a él ese señor no pudo hacerme daño, esa persona me había salvado de algo que no deseaba.

Grey

Me levanté de la cama y me dirigí de nuevo a la empresa, no podía salir todos estos días, porque los inversores querían que mi producto ya esté listo (aunque sea, que haya algún proceso); luego de terminar y poder salir de la oficina, caminé un rato por la ciudad para despejarme, pero no pude encontrar a mi hijo.

Fui de nuevo al bar, vi a una joven borracha a la que se le acercaron varios hombres que estaban recargados en mi auto, yo los conozco, porque siempre les grito cuando se recargan en mi camioneta, ni que fuera pared o silla, los vi llevársela, pero no le pude ver la cara a la joven, tenía una mala sensación sobre esto, así que los seguí y observe bien hasta que me di cuenta que habían llegado a la misma casa donde Ricardo llevo a aquella mujer la vez pasada, esperé un momento y me di cuenta de que faltaba uno de ellos y no había salido, así que me baje del auto para apresurarme y ver que no le hayan hecho nada, cuando me asomé a la puerta, ya estaba abierta, quise dar un paso más.

Ricardo y yo quedamos de frente, en ese momento pensé en todo lo que me había perdido en su niñez, en la adolescencia y en todos los momentos que me había necesitado y yo no estuve ahí para él.

Deseaba acercarme más y abrazarlo, pero él no me conoce, así que sería raro; al instante sacó a uno de esos hombres de la habitación, con mucha furia, supongo que esa mujer significaba mucho para Ricardo como para protegerla al punto de estar esperándola o ir a buscarla.

– ¿Qué haces aquí parado?, ¿también te quieres aprovechar de ella? ¡Y te doy unos golpes de los que te arrepentirás! – me dijo Ricardo molesto.

– ¡Claro que no, cálmate!, es que vi que probablemente estaba en peligro, porque siempre la veo irse en un auto, después de estar en el bar, pero veo que te adelantaste a verla.

– Es una de las personas más importantes en mi vida, así que te pido el favor que, si la vez de nuevo irse con otros hombres, que no sean yo, los detengas, si tanto te preocupa, asi que mírame bien para que no olvides con quien debe irse esa mujer, ¿de acuerdo? – me dice frunciendo el ceño y en tono frustrado.

Vi a mi hijo muy de cerca, tuve esa maravillosa oportunidad, me sentí tan feliz y comprometido, supongo que esa mujer es mi pase para acercarme a mi hijo y que el me acepté, aún con todos los errores que cometí.

Ricardo no dijo ninguna palabra más y pasó a mi lado, mientras yo escuchaba a la pobre mujer sollozar, me sentía decepcionado de no poder protegerla, pero orgulloso de que mi hijo sí; me di la media vuelta y regresé a mi auto, me recliné en el asiento a esperar ver salir a Ricardo y poder seguirlo, pero pasaron los minutos y no salía de ese lugar, después de mucho tiempo, pensé que se quedaría a cuidar de ella, así que me di por vencido, arranqué el auto y me fui a casa.

Al parecer no me bastó el alcohol del bar, porque llegando a casa tomé una copa, corté un limón, abrí una botella de agua con gas y lo mezclé todo con un vino fino que había comprado no hace mucho, me senté en el sillón de mí sala, mientras veía la televisión y bebía mi copa de vino.

Comencé a pensar en mi hijo y en cuantas veces habrá ido a ver a esa mujer que es tan importante para él, porque me imagino que ha ido muchas veces a la casa de ella, ósea que tengo muchas oportunidades de encontrarme con él, pero mi problema es que no quería decirle quien soy y no es tan fácil ganarse su confianza, porque para Ricardo yo soy un viejo desconocido que se encontró en una escena que nunca debió pasar, lo amo tanto ahora, que me arrepiento haberlo dejado solo y todos los días estoy molesto conmigo por esa misma razón, aunque el estar con mi querida extraña me hace sentir mejor; pero no tengo el coraje suficiente, para mirarlo a los ojos y solo pedir perdón.

Dieron la 1:30 am. y seguía despierto, pensando en infinitas posibilidades de acercarme a él, planeando algo y revisando los proyectos que tengo pendientes del trabajo, hasta que recordé que talvez la mujer de mis sueños, me estuviese esperando, para pasar un rato, así que decidí descansar ya, fui a la cama con mi pijama puesta, al cerrar los ojos aparecí en el último lugar donde habíamos terminado de hablar.

CAPÍTULO 6

Liza

Después de lo que me sucedió vi el rostro de Ricardo acercarse a mí, pienso que me siguió o no sé qué fue lo que hizo para que llegara a salvarme.

– ¡Tranquila, está bien!, soy yo, Ricardo- dijo en voz baja

– Lo sé y gracias por todo

– ¡Aun consideras renunciar!

– Talvez

– ¡No lo hagas por favor!, eres lo más preciado que tengo y la persona más cercana que me ha demostrado cariño

– De acuerdo, no renunciaré, pero solo porque no he conseguido otro trabajo.

– ¿Qué puedo hacer para convencerte?

– Nada

Ricardo lleva un rato mirando la ventana, le pregunté que miraba pero no me contestaba, supongo que estaba enojado o triste, luego de preguntarle hasta fastidiarlo, me volteó a ver con lágrimas y me dijo que hay un coche estacionado desde hace rato frente a la casa y no pensaba dejarme sola, pero hay una cosa que no entiendo y es, ¿por qué le importo tanto?¿por qué le importa si renuncio o no?; después de un rato me dormí y frente a mí, apareció mi amigo el extraño, los dos nos sorprendimos, porque estábamos muy, pero muy cerca; los dos estando nerviosos dimos como dos pasos atrás, para no estar demasiado cerca y cometer un error.

Comenzamos a hablar y cuando me preguntó si me fue bien hoy, me quedé callada, no le dije nada y cambié de tema, supongo que ha de ser grosero, pero no quería contarle mis problemas, pues él ha de tener los suyos.

Increíblemente todo y todos los que estaban en nuestro sueño eran reales; decidimos experimentar yendo a un café. Nos sorprendimos los dos al ver que traíamos dinero, así que pedimos y comenzamos a beber, nos dimos cuenta de que tenía el mismo sabor que en nuestras vidas separadas y todo era extremadamente real, como mi trabajo y amigos, solo que aquí no debía acabar mi energía como cuando despierto y comienzo mi día en el mundo normal, el saberlo me puso muy feliz, porque en este mundo podíamos hacer lo que quisiéramos y nada ni nadie nos molestaba, tampoco nos estresábamos por lo que haríamos; era muy genial estar en este mundo, pero lo único triste es que solo éramos él y yo; al mismo tiempo entrañaba a Ricardo, pero sabía que él estaba bien.

Grey

De pronto apareció frente a mí, mi querida extraña, que con ansias la esperaba, estaba demasiado cerca, que tenía la oportunidad de besarla, más no lo iba a hacer porque simplemente es una amiga para mí, con la que puedo hablar y nada más, no quiero llegar muy lejos con ella; al ver que se sonrojó y lo nerviosa que estaba di unos pasos hacia atrás para no incomodarla, después de hablar un rato con ella, decidimos experimentar este mundo de nuestros sueños, maravillosamente era como el mundo real; le invité un café después de darnos cuenta que si se podía tomar, llegó un momento en que nuestra platica acabó y apareció un silencio incomodo, la primera en romperlo fue ella , preguntando mi nombre, al momento en que ya no iba a seguir siendo un extraño, ella se fue, pues despertó y luego fue mi turno de desaparecer, casi al mismo instante que ella.

No quería despertar, la estaba pasando tan bien, incluso en el momento de silencio, comencé a sentir que mi corazón latía más rápido de lo normal y eso no me había pasado desde hace 19 años (cuando Ricardo nació); supuse que me enamoré, pero ¿qué mujer hermosa, se fijaría en un hombre de 39 años, con un hijo de 19?

Ya me estoy hartando de hacer la misma rutina y agotarme, para poder verla de nuevo, porque no simplemente dormimos los dos todo el día y…

De pronto cruza por mi mente pensamientos extraños, como si pudiera ver lo que ocurrirá en el futuro, pero solo estábamos ella y yo en ese momento, creo que nos estábamos diciendo algo, pero no sé qué, porque solo logro ver los movimientos de labios porque son inaudibles, por lo tanto no entiendo porque hacíamos tales expresiones, supongo que puedo soñar con ella y a demás tener visiones despierto, lo peor es que no tengo la menor idea de lo que está pasando desde el primer día que nos encontramos en un sueño cruzando miradas, intentando saber que piensa uno de otro.

Supongo que me he acostumbrado a los sueños, pero esto es nuevo, nunca había tenido una visión y no me gustaría tenerlas, pero yo creo mucho en el destino y creo que este es el mío; a veces llego a pensar que estoy loco o tengo poderes, pero después de tanto que me ocurre no quiero pensar en nada y mejor disfruto de la compañía que me dieron mis sueños y la soledad que siento al estar escabulléndome por todo México, intentando hablar con mi hijo, que nunca en su vida ha visto mi rostro, pero creo que esa es mí ventaja, sí él nunca me ha visto, no me puede odiar a primera vista, así que tengo planeado hacerme amigo de él, inventarme otro nombre y cuando me conozca de verdad, le diré quién soy y espero no terminen las cosas mal; después de estos pensamientos continúo con mi trabajo estresándome aún más, cada vez que estoy despierto prefiero dormir y nuca despertar y que también ella lo haga.

CAPÍTULO 7

Liza

Cuando estábamos en el café recordé que todavía no sabía su nombre, así que le pregunté sin dudar, pero en el momento en que estaba a punto de saber, desperté y perdí esa oportunidad, además él también se estaba deshaciendo y eso significaba que se había despertado, así que no podía volver a dormir, si tan solo pudiéramos dormir un día entero para conocernos, las cosas serían más fáciles y él no sería tan misterioso; mientras pensaba en la posibilidad que hay de que ocurra, me imaginé a mi querido extraño, él es de piel blanca, ojos café claro, alto, de cabello castaño ondulado y voz gruesa; me volteo y veo a Ricardo dormido a mi lado, me levanté lentamente para no despertarlo y camine alrededor de la cama para poder darme un baño, después de todo mi esfuerzo para no hacer ruido y despertarlo, con los ojos cerrados, Ricardo me habla…

– No me darás las gracias por lo de ayer en la noche

– ¿Qué ocurrió anoche? -le dije haciéndome a la confundida

– ¿En serio no recuerdas nada?

– Si me das algunas pistas tal vez sí

– Déjalo así, me iré a casa a cambiar cuando te lleve al trabajo

– Gracias- le dije tímida

Estábamos en el auto y de reojo veo que trae una cara de preocupación con tristeza al mismo tiempo, le pregunté qué es lo que sucedía y no me quiso decir, lo intenté dos veces más porque la tercera es la vencida, pero no fue así; me quedé con la duda durante todo el trabajo.

Al final me pidió el favor de que me quedara una noche en su casa, como lo hacía cuando él era más pequeño y debía cuidarlo demasiado, porque siempre andaba distraído y le podían pasar cosas peligrosas, estuve así durante unos años, apenas creció conseguí una casa, para tener mi privacidad y no vivir con los lujos de Ricardo. No le podía decir que no porque me preocupaba la manera en que actuó todo el día.

– De acuerdo, pero primero pasa por mi casa para que pueda recoger ropa, por favor

– ¡Eres lo mejor que me ha pasado en la vida!

– Si, si, apúrate antes de que me arrepienta – le dije en tono burlesco y una sonrisa.

Después del trabajo fuimos a mi casa, saqué lo que necesitaba y entonces cargó mis cosas sin que se lo pidiera y las subió a su auto, luego nos subimos al auto, pero al avanzar, vimos un auto negro; Ricardo me dijo que me sujete bien y él metió mucha velocidad al auto, me agarré muy fuerte del asiento asustada, cuando perdimos el auto me dijo que cuando estábamos en la casa, de la nada sintió como si alguien nos observara, le tome importancia porque Ricardo siempre presta atención a su alrededor, el auto negro llevaba ahí mucho tiempo, lo que nunca he entendido es porque siempre me cuida tanto, bueno puedo entender que lo cuidé por bastante tiempo y lo sigo haciendo, pero nunca se había comportado así, pero en ese momento no pensaba en eso, solo en nuestra seguridad.

Llegamos a su casa y me instalé en la habitación de huéspedes, fui al baño a cambiarme; de pronto nos topamos de frente y lo vi sin camisa, lo único que llevaba era su ropa interior así que me tapé los ojos y caminé los más rápido posible al cuarto sonrojada, me tiré a la cama y me cubrí de pies a cabeza con la sabana de la vergüenza, no podía olvidar lo que había pasado, pero ya era hora de dormir y ver a mi querido extraño; estaba a punto de cerrar los ojos cuando me dan un empujoncito por detrás, intenté voltear pero Ricardo me detuvo, me abrazó y de pronto escuche que estaba sollozando.

– ¿Qué lloras Ricardo? – le dije con voz dulce

– Es que nunca te das cuenta

– ¿cuenta de que? – le respondí confundida

– Cuando llegaste a esta casa a pedir trabajo, yo no sabía lo que era sentir amor, pero tú me lo demostraste cuando me cuidabas como si fueses mi madre, ya que mi padre nunca estuvo para mí, todos mis cumpleaños los pase con la servidumbre, nunca sentí un abrazo que se sintiera tan cálido como los que tú me diste cuando rompía con mis novias y me ponía triste.

– ¿Por qué me dices esto? – le interrumpo

– Yo nunca sentí amor verdadero de otra persona, a mi papá no lo quiero ni en pintura, nunca me quiso, ni me quiere…

– ¡No digas eso!, el si te quiere…

– ¡Ves! eres la que me consuela y me hace razonar, iluminas mi mundo obscuro, eres la persona que todos quisieran tener, pero soy el único que te tiene- dice con lágrimas que caen sobre mis hombros- no quiero que te vayas, no te apartes de mí por favor ¡te necesito!

– De acuerdo, no lo haré, pero solo si te tranquilizas- le dije susurrando

Ricardo se puso frente a mí como un niño buscando un abrazo de su madre, mientras yo le acariciaba el cabello, estaba aferrado a mí, acercó su cabeza a mi panza y lloró, como nunca antes lo había visto, no me quería soltar, de pronto dejé de sentir las lágrimas, bajé la mirada y él ya se había dormido, lo solté, pero él no me soltó a mí; cerré mis ojos y ahí estaba.

Grey

Terminé mi proyecto y los inversionistas aceptaron, después de esa larga mañana, continué mi recorrido como siempre, terminando me dio hambre, hice una parada, poco a poco la noche me agarró, así que me subí a mi auto y mientras iba avanzando, vi la calle donde había visto a Ricardo la última vez, giré en esa dirección pero no veía ninguna luz encendida en la casa, así que decidí esperar, llevaba un libro en la parte de atrás del auto, lo agarré y comencé a leer desde la parte en donde me había quedado, al ver que solo avance a la página cinco eche una risita. Mientras leía, me daba sueño, de pronto escuché el sonido de un auto acercándose y vi las luces, era el Aveo de Ricardo, mismas placas, color y el conducía, veo como se baja una mujer del asiento del copiloto y el la espera en el auto, después de mirarme unas cuantas veces, Ricardo baja del coche y entra a la casa, después noto que la empieza a apresurar, cuando se subieron al auto de nuevo cuando comenzó a avanzar escucho el sonido de una notificación de WhatsApp, era Sara…

(conversación)

Señor, los inversionistas…

No aceptaran el proyecto ¿verdad?

No lo aceptarán

Por eso nunca debemos confiarnos

Señor, los inversionistas ya aceptaron el otro proyecto

Genial, descansa

Al darme cuenta, el auto se había ido, de nuevo lo perdí, arranqué el auto y seguí mi camino, llegué a mi casa y me preparé un sándwich para cenar, pues ya era tarde, esperé mucho tiempo a Ricardo que mi cuerpo ya me dolía, me tiré a la cama y encendí mi bocina, puse música clásica para relajarme, cuando de la nada caigo dormido.

Me encuentro con ella sentado en el café, nunca deja de sorprenderme su hermosura, pero no me puedo enamorar de nadie en estos momentos, tengo el trabajo y a mi hijo y preguntarle la edad es de mala educación, pero ha de tener unos 22 años y es otra razón.

– ¡Hola!

– ¡Hola extraño!, hace rato que me estas mirando y creo que tienes curiosidad.

– ¿Yo?, ¿curiosidad? ¿de qué? – dije nervioso, es muy inteligente, parece que lee mentes

– Sí ¡tú!, me has estado observando desde que apareciste, tengo 37

– ¡Wow!, ¿no tienes unos 22?

– ¿Parezco?

– Si, cualquiera lo pensaría.

De pronto veo que Ricardo se asoma desde atrás de mí extraña; por la expresión de ella supongo que tampoco sabía, me sentí incomodo, pero feliz a la vez, estaba muy cerca de mi hijo.

– ¿Quién es el? – le pregunta Ricardo a mi extraña como si fuese un niñito

– ¿Tú que haces aquí? – le dice ella sin responder su pregunta, haz silencio y camina.

– ¿Quieren hablar a solas ustedes dos? – les digo, sintiéndome un tercero

– ¡No! Está bien, solo que no sé qué hace aquí.

– ¿Lo conoces? – le pregunto

– Sí y muy bien como para decirte que es muy molestoso – me dice mi extraña con una sonrisita

– ¡En serio lo soy! – dice Ricardo

– ¡Lo eres! – le dice mi extraña con un tono más suave y cara burlona, pero tierna.

Pasamos un rato, paseando y observando todo lo que este mundo nos ofrece.

Pasó el tiempo y pude convivir con Ricardo, después hablé a solas con mi querida extraña y le pregunté cómo es que había entrado al sueño. Al final de una larga plática, llegamos a la conclusión de que, si uno duerme a lado de otra persona, esa persona también entrará a nuestro sueño y estará con nosotros.

CAPÍTULO 8

Liza

El extraño seguía en la cafetería, no se había parado de la silla hasta que me vio, se acercó a mí y me dijo que quería probar algo, me dijo que le muestre mi mano, cuando hice eso él la tomó, me sonrojé ya que nadie había tocado mi mano y si lo han hecho nunca sentí esto que siento ahora, soltó mi mano y por alguna razón después de que me soltara me sentí un poco triste.

De pronto detrás de mí escuché una voz conocida, era la voz de Ricardo.

– ¿Quién es el?, me pregunta Ricardo

– ¿Tú qué haces aquí? – le digo evitando la pregunta anterior

– ¿Quieren que los deje solos?

– Sí – dice Ricardo, pero enseguida cambio la respuesta diciéndole que no

Después de decirle unas cuantas cosas a Ricardo, dejé que haga lo que quiera y lo primero que hizo fue ir directo con mi extraño y hablar con él.

En un abrir y cerrar de ojos, ya se habían vuelto amigos, ya había tardado mucho el sueño, así que le dije al extraño si podíamos hablar un momento, comenzamos a sacar conclusiones del porque Ricardo está aquí y nos dimos cuenta de que, si uno duerme a lado de otra persona, esa persona también entrará a nuestro sueño y estará con nosotros.

De pronto escucho la voz de Ricardo pidiendo me ayuda, pensando que le había pasado algo malo voy corriendo, pero en realidad estaba viendo como desaparecía, en seguida pensé que tampoco quería desaparecer y al ver la cara del extraño me di cuenta de que pensábamos lo mismo, luego de ver a Ricardo desaparecer, volteé a ver al extraño, pero ya se había ido y me quedé sola en ese mundo, hasta después de aproximadamente medio minuto que pude despertar.

Abrí mis ojos lentamente, pero me sorprendí al ver a Ricardo a lado de mi con la cabeza apoyada sobre su mano, observándome; Ricardo es de piel blanca, cabello castaño rizado, ojos cafés claro, alto, pestañas largas y comportamiento de niño (creo que lo consentí mucho), a pesar de ser así, yo no puedo tener una relación con él, la diferencia de edad es muy grande, aparte de que es como un hijo para mí, me tiene mucha confianza y yo a él.

Me pasa un mechón por detrás de la oreja y me da un besito en el cachete mientras se levanta de la cama y me dice que me quiere mucho y soñó conmigo; lo que no sabe es que yo también soñé con él por las razones que habíamos descubierto mi extraño y yo.

Grey

Al parecer desperté antes porque vi a mi hijo, es como cuando tienes una pesadilla, solo que esta vez yo no quería despertar; lo que todavía no entiendo es el hecho de que Ricardo estaba en la cama con una mujer adulta, pero no pensé lo peor porque creo que conozco lo suficiente a mi hijo en el tema de las mujeres porque lo he visto muchas veces con ellas, aunque se comporta con más amabilidad hacia mi extraña a las que he visto anteriormente, por eso la próxima vez le pediré su nombre a penas la vea, así encontraré la forma de contactarme con ella y ver a mi hijo.

La extraña piensa que me interesa, pero no es así, yo lo único que quiero es convivir con mi hijo, por eso le pedí que esta noche no esté con mi hijo y la próxima sí, para poder comprobar si nuestra conclusión es cierta. Me da tristeza que la extraña piense que me acerco a ella por interés, pero no quiero que lo sepa porque no sé de lo que sería capaz, aunque creo que tampoco le intereso, solo se cruzaron nuestros caminos y ya, así que no intentaré otra cosa que no sea amistad.

Mientras trabajo en la manera de persuadir a los inversores con mis proyectos y los que tendré de reserva, la visión anterior regresa como un relámpago, solo la puedo ver enojada, es la segunda vez que me pasa y veo lo mismo, siento que esto ya no es normal, ignoré eso una vez más y continué con mi trabajo; le envié los proyectos a Sara y me fui más tarde que los demás.

Hay otra razón por la cual no quise ver a mi hijo ni acercarme, es muy peligroso meterlo en esto.

– ¿Cómo ha estado jefe? – dice el desconocido 1

– ¡Hola jefe! – se aumenta el desconocido 2

– Porque sigue trayendo esa capucha, ¿a qué le teme tanto?

– No le temo a nada, solo pasé a ver si todos están bien

– ¡Claro que sí!, estamos vivitos y coleando. – dice el desconocido 1

– Y felices con lo que nos da – me dice desconocido 2 – algun día debería mostrarse.

– No pienso hacerlo – le digo

– Está bien, ya no insistiré

– Eso dices siempre, me tengo que ir, síganla pasando bien

En realidad, no quiero meter a ninguna mujer en mi vida para que no se involucren en mis asuntos, ya que son muy sobreprotectoras y este tema es muy delicado, por eso trato de ignorar a la extraña de mis sueños, porque sí le presto mucha atención, hay probabilidad de que me enamore de ella, porque lo que todos creen de mí no es cierto.

Siempre he escuchado que lo demás hablan a mis espaldas diciendo que tengo un corazón frío, nunca pienso en los demás, tengo abandonado a mí hijo (eso fue cierto, pero ahora lo estoy buscando, quiero pasar tiempo con él), pero lo que más me molesta es que digan que lo más importante para mí es el dinero, en eso están completamente equivocados, después de que Dani me dejó, busque el amor como se lo prometí, pero luego de muchos años, decidí romper esa promesa, no tengo intención de cumplirla, he perdido toda esperanza en el amor, ahora estoy recuperando la esperanza de tener una buena amistad aunque sea con una extraña.

CAPÍTULO 9

Liza

Me doy un baño en la casa de Ricardo, al salir veo que tengo unos mensajes de él.

Baja, estas de suerte

Prepararé el desayuno hoy

¿Qué te gustaría comer?

Prepara lo que sabes hacer bien

¿Sándwiches?

Después de arreglarme para ir a trabajar bajé al comedor y vi dos platos de pasta blanca servidos en una mesa de diez (donde siempre hace sus fiestas), jala una silla y me hace una señal para que me siente, le hago caso y me siento; es una mesa enorme viéndola desde este punto, ya que estoy acostumbrada a comer en el sofá de mi casa o en mí cama ya que no hay mucho espacio para poner un comedor, luego se sienta en frente de mí.

– ¿Qué tal me quedó? – me dice mientras me observa comer

– No está mal – le contesto mientras disfruto de la comida

– Ósea que lo pude hacer mejor – dice Ricardo con cara triste

– Me refiero a que has mejorado y no quiero que te pongas triste por una comida, así que acábala y vamos a trabajar.

– De acuerdo

Terminamos de comer y subimos al auto, me dijo que debíamos hacer una parada antes de continuar el camino para llegar a la oficina.

Nunca pensé que esa parada era para ir a buscar a Cloe; salió de su casa, con un vestido color amarillo y zapatillas blancas, debo admitir que se veía muy bien; estaba por bajar del auto para ir atrás, cuando Ricardo me detuvo y me dijo que me quedara de copiloto y Cloe se podía quedar atrás.

Cloe no estaba muy contenta con la decisión de Ricardo, pero me alegra que al menos alguien pueda controlarla; me aguanté la risa cuando vi su cara de disgusto, era la primera vez que la hizo delante de un hombre.

Después de todo un recorrido hasta el trabajo, llegamos al estacionamiento, donde me bajé para comenzar con mi vida normal, después de hacer el itinerario de mañana y cumplir el de hoy con Ricardo, llegué a casa y me preparé algo para comer; estaba viendo una novela trágica, cuando alguien tocó el timbre, era un paquete para Ricardo, firmé y el repartidor se fue mientras yo cargaba una caja muy pequeña, la deje en la mesa y lavé los platos; me acosté y me quedé dormida.

Mi extraño no había llegado, así que lo esperé sentada en un banco muy viejo frente a la cafetería.

Grey

Después de esa visita, volví al bar EDD solo por un rato, luego fui a casa, me di un baño y me acosté a dormir; no veo a la extraña por ningún lado, así que comencé a recorrer el parque hasta que me doy cuenta de que estaba esperando sentada en un banco que parecía muy viejo.

– Hola – me dice ella sacudiendo el brazo para saludarme

– Hola, ¿hace cuánto tiempo estas aquí?

– No mucho, pero si lo suficiente para aburrirme

Platicamos un rato y ella tocó el tema de los nombres y números para saber si existíamos en el otro mundo, compartimos nuestros números, pero al momento en que íbamos a decir nuestros nombres, le dije que yo no quería decirle mi nombre real, digamos que no tomó muy bien ese comentario.

Ella teniendo esperanza me dijo que para que tenga confianza me diría el de ella primero y al fin reveló quien era, luego me pregunto a mí, giré a cabeza del otro lado resistiéndome, ella me hablaba, pero no le respondía, no quería que supiera que soy Grey Cunado Fez multimillonario en todo México, ya qué no existe otro y son los mismos apellidos de Ricardo; ella trabaja con él y es muy inteligente así que se daría cuenta enseguida, entonces se lo diría a Ricardo y todo sería un desastre después, así que pensé que lo mejor era quedarme callado.

Pero luego de un rato los ojos brillosos que tenía, no ayudaban mucho, volteé de nuevo para verla y decidido a decir mi nombre, pero ya se había ido, desperté decepcionado y por alguna razón triste, sabiendo que se fue enojada, después de estar un rato acostado pensando en lo que pudo haber ocurrido sí le decía mi nombre, me levanté de la cama y fui a un parque, me senté en un banco, no me había dado cuenta de lo que hice hasta estar sentado, de pronto regresó esa visión.

Es imposible que eso suceda, ya que ella está molesta conmigo y yo no quiero decirle mi nombre, pero no estoy diciendo que no lo haré, porque en algún momento se tendrá que dar cuenta; recuerdo que tengo su número…

Hola, Liza

¿Podemos hablar?

Me encuentro en el parque

CAPÍTULO 10

Liza

Después de esperar un rato sentada en el banco, escucho una voz que me llama, volteo hacia un lado y ahí estaba mi querido extraño, después de que se sentó, comienzo la plática con un «hola» y él la continúa con todo lo que le ocurrió en el día; recordé que no sabíamos nuestros nombres y no teníamos nuestros números, entonces al fin logramos intercambiar números, pero el momento que tanto esperaba era el saber su nombre, para que no se sienta incomodo le dije el mío primero, pero cuando le tocaba, el volteó hacia el otro lado queriendo evitar decir su nombre.

No podía ver su rostro y se había tardado mucho, así que mejor me fui, me paré del banco sin hacer ningún ruido y me dirigí a la parte de atrás del parque, lo único que podía ver era su espalda, cuando me doy cuenta de que se voltea donde yo estaba, supuse que me quería decir su nombre o lo iba a negar, me di cuenta de que comenzó a mirar a su alrededor como si me estuviese buscando, cuando se paró del banco y miró en la dirección en la que yo estaba, me escondí detrás de un arbusto que se encontraba cerca, levanté la cabeza y él estaba desapareciendo de a poco, pero yo seguía en el sueño.

Después de estar un rato más ahí, desperté con el tono de una notificación de mi celular, luego escuché otros dos, entré a los mensajes y era un número desconocido, leí uno de los mensajes y allí estaba mi nombre, decía que me veía en el parque, pero no conozco a nadie que haya salido conmigo al parque alguna vez.

Mientras me arreglaba para ir al trabajo recordé, que solo me encontraba con mi querido extraño en los sueños en un parque, me apuré para poder llegar a tiempo al trabajo, se supone que Ricardo me pasa a buscar, pero esta vez hice una excepción y si le ve el lado bueno va a estar con Cloe (imaginé la cara de Ricardo con una pequeña risa burlona).

Llegué al parque y comencé a mirar por todas partes, hasta que encontré a alguien solo, me acerqué, pero no era él, cuando estaba a punto de rendirme vi a una persona alzando la mano y haciéndome una seña para que vaya y al fin lo encontré.

Me senté a su lado y de pronto se hizo un silencio incomodo entre los dos; no sabía que decir, cuando iba a comenzar la plática el hablo.

– Lo lamento mucho Liza, pero no te puedo decir mi nombre- me dijo con un tono triste.

– ¿Por qué no puedes?

– Porque si lo hago me tendré que alejar de ti y no quiero eso

– Dímelo, yo no te dejaré escapar de mí, no estarás solo, ni siquiera he estado en peligro, cuando estoy contigo, es todo lo contrario.

– Simplemente, no puedes entrar a mi vida- me dijo con cara de enojo.

Las lágrimas intentaban salir, pero las contuve, sentía un nudo en la garanta, quería decirle lo que siento por él, pero no me dejó hacerlo; de pronto me dijo que tuvo una visión, no sabía cuándo, ni dónde iba a ocurrir, pero me dijo que presentía que era muy pronto.

Mientras me decía eso sentía un dolor en el pecho (como si me lo estuviesen pisando o me esté quedando sin aire); no pude contener más mis lágrimas, así que me levanté de la banca e intenté cruzar la calle corriendo, cuando volteo y veo que una moto se viene frente a mí, logre esquivarla, pero no ocurrió lo mismo con el auto que venía después.

Grey

Estaba sentado en la banca del parque donde siempre nos encontramos en nuestros sueños, cuando veo a Liza mirando a su alrededor buscándome, a penas voltea a mi dirección, le alzo la mano y veo que viene en seguida.

En realidad, todo el camino de casa hasta el parque estuve pensando seriamente si decirle mi nombre o no, hasta llegar al parque y pensarlo un buen rato, decidí no decírselo por su bien y el mío, ya que las cosas se podían poner feas. Cuando se sienta a mi lado me quedo pasmado de lo linda que está.

Cuando le dije que no podía decirle mi nombre, vi como la tristeza la invadió completamente, me rompió el alma verla así, pero no tenía otra opción, sus ojos brillaban por las lágrimas que se contenía ella misma, se veía destrozada, como si hubiese tenido esperanza de algo más a lo que le dije y no fue así.

Le pedí disculpas ella lo aceptó, aunque sé que en verdad no me perdonaría; era muy arriesgado decirle mí identidad, no la amo, pero la quiero lo necesario para querer evitar que le hagan daño, quise explicarle mejor las cosas, porque de cualquier manera no podíamos dejar de vernos, porque interferían los sueños.

Aunque se veía tranquila, no lo estaba, de pronto se paró del banco y sin mirar a los lados intentó cruzar la calle sin preocupación, al parecer no le importaba nada, en ese momento parecía que no tenía nada que perder, de la nada Liza se atraviesa en el camino de una moto, entonces recordé mí visión, eso era justo lo que había cruzado por mi mente durante varios días, en mí visión solo nos veía a los dos hablando, Liza a punto de estallar en llanto y de ser atropellada; para evitar que esa visión de cumpla, corrí a salvarla pero en ese momento la moto cruzó sin hacerle daño, más no duró mucho, cuando estaba frente a un auto que venía a casi 190, Liza corría peligro, en ese instante no pensaba en nada más que salvar su vida.

Caí al suelo con mis brazos rodeando la cintura de Liza; su sangre manchaba las mangas de mi playera azul, mientras que la mía se derramaba en el pavimento de la calle, la miré fijamente y parecía que ya había perdido la conciencia, estaba asustado, pero no podía hacer nada, me dolía todo, física y emocionalmente, de a poco las personas nos fueron rodeando y muchas de ellas llamaban a la ambulancia; a pesar de estar tirado, sangrando, logré levantar su cabeza para que no sufra más; en ese momento deseé que no me separaran de ella y comencé a confundir mis sentimientos; aunque quería seguir viéndola, de momento quedé inconsciente y no pude seguir admirando la belleza de Liza.

Estaba acostado en el césped mientras Liza me observaba desde un costado…

EXTRA

Liza

Por suerte logro esquivar la moto, de pronto veo a mi querido extraño correr hacia mí, no sabía porque hasta que vi un auto que venía una velocidad increíble.

Siento como alguien me toma de la cintura, me di cuenta que era mí querido extraño que estaba intentando salvarme, pero lo único que logró es lastimarse al igual que yo; si tan solo yo no me hubiera enojado esto no habría pasado, mientras estoy en el aire con el abrazándome, aunque sé que no es prudente en este momento, me sentí diferente a como me siento todos los días, era un sentimiento que me invadió por completo desde el momento en que sentí un cálido abrazo, cuando me rodeo con sus brazos, en ese momento, me di cuenta de lo importante que era para él.

Caigo al suelo y mi cabeza choca sobre su pecho, siento como si mi corazón se subiera a mí cerebro, de la nada siento que la mano de alguien toca mí cabello, intento girar la cabeza, pero veo todo borroso, pero aunque no logré ver a la persona a los ojos o mirarle bien, supe que era él; con las fuerzas que le quedaban me giró, levantó mi cabeza y puso su mano para que no me lastime más y deje de sangrar; veo su playera manchada de sangre, aunque quise observarlo un poco más a pesar de mi vista borrosa, no lo logré y perdí la consciencia.

Despierto en un lugar donde solo hay césped y de pronto mí extraño aparece a mí lado como si fuese un holograma, lo comienzo a mirar fijamente, de pronto abrió los ojos lentamente, enseguida se dio cuenta de que lo estuve mirando y desvió su mirada de la mía, se levanta y comienza mirar alrededor, luego de un rato de observar que no hay nada más que plantas comienza a caminar aun sabiendo que no hay salida, al ver que ya se había alejado, me acerqué lo más posible, pero mantengo mí distancia de él.

Después de un rato comienza a desesperarse, ya me había preocupado, lo vi alterado, sin dudar en ese momento me acerqué a él y lo abracé para que se calmara de pronto siento como mi blusa se moja con una lágrima, lo abrazo con más fuerza y poco a poco me agacho con el sentándonos en el césped para poder tranquilizarlo, porque debíamos mantener la cordura para poder salir de aquí.

– Lo siento – dice con voz cortada

– ¿Qué es lo que sientes?

– No poder decirte quien soy

– No te preocupes por eso en estos momentos

– Fue mi culpa

– No fue tu culpa, deja de llorar – le dije acariciando su cabello

– Pero ¿Qué vamos a hacer ahora? – me mira con los ojos rojos

– Tranquilizarnos y encontrar una salida- le digo con voz suave

Un rato después mientras mí extraño dormía en mi regazo siento hambre y pienso en una rica hamburguesa acompañada de refresco sabor manzanita, escucho un clic detrás de mí y veo la comida que imaginé esperando en una mesita que había aparecido de pronto, miro la fina cara de él y dejo que siga durmiendo recostándolo en el césped.

Miro con extrañeza la comida que apareció ahí e intento comerla, sorprendentemente si pude y me quitó el hambre, luego pensé en una cama para que se pueda acostar mí extraño y vuelvo a escuchar otro clic, volteo y él está durmiendo encima de una cama completamente blanca.

Grey

Cuando me di cuenta desvié mi mirada, porque no sé cómo iba poder enfrentar lo que le había dicho, me levanté y comencé a ver mi alrededor, pero no había nada más que césped y flores, que tengo que admitir que era un lindo paisaje, pero después de un rato comencé a angustiarme porque no había salida y a mí no me gusta estar encerrado, además de que no soy de las personas que enfrenten sus problemas como el que tengo con Liza.

Después de un largo rato de intentar salir de ahí, me comienzo a desesperar y frustrar, de pronto siento que alguien me abraza por detrás y comienza a acariciar mi cabello, cuando me doy cuenta de que es Liza me comienzo a tranquilizar luego de echarme la culpa muchas veces, Liza se agacha conmigo, sentándonos juntos en el césped; me acuesta en su regazo y por el cansancio me quedo dormido; de pronto siento que estoy recostado en algo muy suave, me levanto y me doy cuenta que estaba acostado en una cama, era blanca, suave, tenía dos almohadas y dos sabanas, una delgada y otra gruesa, me doy la vuelta y veo a Liza sentada en una mesita mirando la cama sorprendida, al parecer sabía algo , me acerco y le pregunto.

– ¿Por qué tienes esa cara?

– Esa cama acaba de aparecer de la nada

– Eso no es posible Liza

– Sí, lo es

– ¿Cómo sabes?

– Piensa en lo que quieres comer

– Mmmm, quiero tomar una copa de vino

De pronto escucho un clic y veo que una copa de vino aparecer frente a mí.

– Tómala – me dice Liza

– ¿Estás segura?

– Sí, hazlo

Agarro la copa y bebo el vino que contenía, sabía igual al que yo imaginé, quedé sorprendido, después de darnos cuenta que todo lo que pensábamos o deseábamos aparecía de la nada y era completamente real, hicimos una pequeña casa para poder dormir, porque se hacía de noche y lo más interesante es que todo parece un sueño, pero uno en el que todo era real. Después de unos meses puedo decir que siento algo especial por Liza porque me enamoré completamente de ella.

Pero no crean que este es el final…

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