Dedícame una poesía,
una melodía o una canción,
dedícame aunque sea una estrofa,
y alegra mi corazón.

Dedícame un suspiro en el teléfono,
una mirada que no me quiere decir adiós,
ese beso pequeño pero eterno,
que enmudece en un instante mi voz.

Dedícame una tarde de tu mano,
un paseo a la luz del sol,
llena mis días solitarios,
y mi boca con tu dulce sabor.

Dedícame una noche de gala,
un buen vestido y tus cabellos perfumados,
la primera y la última canción de la fiesta,
y el orgullo de tenerte a mi lado.

Dedícame tus promesas cumplidas,
dale a tus palabras su merecido valor,
no te olvides que me ilusiono como un niño,
atrapado entre las murallas del amor.

Dedícame un abrazo de amor,
tu pasión, tu corazón y tu compañía,
no te atrevas a decirme que no,
pues yo ya te dediqué mi vida.

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