Uno de los momentos más felices de mi vida fue un día antes de dejarte por primera vez
Tu pusiste jazz para calmarme y yo empecé a soñar con salones amarillos decorados hermosos, candelabros y un lugar para que ambos bailáramos
Pero desperté en la madrugada, y tu estabas tan lejos de mi, en ese momento me sentí tan sola, y pensé que era mejor irme, yo sobraba en esa habitación
Yo siempre he sobrado en todos tus contextos
Pero graciosamente siempre espero con ansias la oportunidad de irrumpir en tus días con la esperanza que haya pasado suficiente tiempo como para volvernos a intentar
Pero siempre es un desacierto tremendo, que culmina con mi innegable sacrificio
Por eso escribo esto hoy, para ver si deja de importar si lo digo por primera vez en voz alta
Ya no dueles tanto
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