Cada palabra parece ser un poco más cierta a medida que se repite, y mientras más se repite, menos queda de ella como el irradiante diamante
que en bruto supo
ser
– ¡¿Y?! Chan…
*ruido de silencio*
– Leelo de nuevo porfa
– El beso en la boca del subte
«El beso en la boca del subte, el beso en la boca… el beso, el, él, él besó, él besó en la boca, en la del subte»
El brillo que se genera cuando se ve algo desde un único ángulo, no hay pruebas ni dudas, ni pipas ni Sherlocks. Brilla la boca, porque no brilla el subte, ni él, ni ninguna otra cosa. Si todo brilla, encandila y cega y entonces no brilla.
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