Que digan…
Que digan que su destino era arder en llantos desde la hoguera
Que había nacido así; mala
Obsesiva con la magia negra
Que mataba haciendo el amor
Que sus presas le rogaban la vida.
Que enmugrecía los rincones con su aliento
Que tomaba sangre por el ojo y reía como reptil.
Que su herencia era bastarda y su destino inservible
Que digan…
Que digan lo que quieran
Que a los prejuiciosos los esperaba con gualichos sin cura
Y a los humildes, con su mejor plato de postre
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