Su mirada encontró el diván del sueño, en la inmensidad, con suave estilo de clamor, ella solo se acercó, ella solo con elegancia me abrazo, profunda belleza, sabré que ella existió. Surco las almas de la Tierra Nueva, se elevó. Ella, Ella Aurora……… Blanca aurora inmensa de pilares, delator corazón, la espada de este caballero y la soledad de reflexión, viéndome caer canalizado entre vuelos fugaces.
Solo se marchó a Buenos Aires, desesperación, o quizás existió en el mar y en el amar a fondo, o tan solo fue el sueño donde ella existió para siempre. ¡Jamás!.
Suave sueño del poema, sus palabras escritas a la eternidad le gritaran, porque con sus sangrantes letras sobre un fuego inextinguible, el poeta olvido o quizás nunca escribió.
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