Pienso y describo cuantas veces me he encontrado enfrente del abismo, te aviso, que no recuerdo en cuántos trances más me he levantado mandándome a la mierda a mí mismo. Autoexigente por naturaleza; desorden neurótico, orden psicótico. Líneas se escriben solas al ritmo unísono. Mareas de idas y venidas traen vientos que recuerdan al capitán dónde están, y cuándo tienen que remar . Cuánto tenemos que dar? nos agotamos con cada persona? o soy el único subnormal…excavo en oscuras mentes y me encuentro con gente que se cree diferente: costumbres y antecedentes, historias señaladas en imaginarios papeles, manchas negras, claros pequeños, remordimientos efímeros, minutos de gloria, de ser lo que queramos ser por momentos, corazones secuestrados, humanos descerebrados, pero vamos hacia mejor eso no lo cuestiona ni mi yo el peor.
El reza por su madre, su madre reza por él. Emociones se juntan con tempestades, aversión hacia el padre, arrebatos e iras, puños en las paredes, recuerdos a flor de piel, tantas pieles como sombras, miento a quien quiero no a quien más quiero. Tengo mis principios, pero si no te gustan te los cambio, hoy te reto a caminar un nuevo camino conmigo: mano diestra, oído izquierdo, cerebro ambidiestro, mente suelta, palabra bajo la chequera, y sigo pensando que me equivoco si miro mucho hacia el mismo sitio.
Cuento la verdad del que se cae por la escalera y mira hacia abajo. Tiño todo de azul claro, manso, hasta que el sol despierta. Pero recuerda, cuento los minutos y siempre pongo las cartas encima de la mesa, él se supera, él quiebra, regatea y sale hacia la línea, duda, pues siente la responsabilidad de hacia dónde navega, no quiere errar, quiere sentir la libertad de la mar encrespada, o con la calma yendo hacia la madre paz. Perdón por mis pecados, pero perdón por querer luchar contra el mundo y no darme cuenta que lo que merece la pena es luchar juntos, hacerte ver, separarte de ese veneno letal a tiempo, el mismo cariño siento, más vale nuestros años en borao que vivir devorados.
Sí madre. No consumía drogas, comía de más, estudiaba en clase. Luego, me fui lejos, queriendo escapar, afloraron ideas enterradas, odiando la casa, sin querer regresar, seguía desconociendo el valor de tus fuerzas, porque pensaba que ya habías dictado sentencia. Si no me hubiese vuelto quien seria a día de hoy yo? Te vi con dolor, tu siempre equilibrando la balanza, para que haya buen humor. Cuánto te has desgastado? Cuántas lagrimas has derramado? Cuántos gritos te has callado? Cuántas expresiones en los bolsillos encerrados. Pocas personas lo vieron, muchas lo abrazaron, el siempre engañando, doble vida más hijo puta que persona perdona sobre mi padre que te diga. Cuantas horas compartidas. Pero no te sentía , sentía que te perdías en esa vida que compartías con el que llamabas mi padre. Mi padre y sus hostias para que me callase, miedos desde la primera imagen que tengo de él, miedo a hablar miedo a comportarme como un crio siendo un niño, siempre aparentando siempre engañando, el silencio mi mejor aliado y unas pocas palabras que media si eran medio normales o no. No hablo más porque somos tres hermanos. Ahora recapitulo sobre la vida, y las lecciones que ahora siento mías. Improvisador nato, no reparo, si aclaro, que he venido una vez más a follaros. En diferentes etapas me han preguntado quien es tu creador? Pues sabemos darle a la creadora su valor.
Al final en este relato me abro: la vida y las heridas que el tiempo cicatriza, las personas buenas y las personas que nadie querría, los amigos con sus limites en la maldad y el disfrute, fueron dogmas con los que me mantengo en pie. Tus miedos, per se, son mis miedos, tu futuro es tema de mi diario, tu pasado quiero reconstruirlo. Por qué no? Yo lo he hecho y ahora tengo dos identidades: una con mis conocidos, otra con los restantes. Por instantes se derrama el café por la taza de té. Sigo de pie. Amen madre. Gracias madre. Una nueva oportunidad se abre en un nuevo amanecer. Mañana lunes, hoy domingo, pasado martes. Ahora duerme.
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