Los hechizos se hacen con palabras.

A veces desestimamos el valor de las palabras. Sin embargo cuánto no hace una palabra dicha en momentos cruciales. Una palabra de aliento, de esperanza, de amor, puede quebrar hasta la más grande muralla que cargamos a cuesta. Puede aliviar ese torbellino en el corazón y traer paz.

Puede que hasta lo más sencillo como “todo estará bien” traiga descanso a nuestra vida.

Es cierto que la gente puede olvidar lo que decimos, pero es seguro que la gente no olvidará como la hicimos sentir con nuestras palabras.

Hasta los glaciares se derriten ante la presencia del eminente sol. Una palabra genuina y de amor puede ayudar a sanar el dolor o la tristeza. Trasmutar ese sufrimiento en calma, en tranquilidad.

Los antiguos decían que somos hechiceros de palabras, pues con ellas podemos sembrar coraje o esparcir miedo… Yo deseo que mis palabras siempre sean hechizos de bien.

Creo que existen personas que son héroes, no porque tengan súper fuerza o velocidad, sino más bien porque sus palabras siempre terminan siendo significativas. Saben decir las palabras correctas en el momento correcto. Son personas que tienen magia en el corazón y saben compartirla de verdad.

¿Cuánto no hará un detalle de bien a quien no lo espera?

Hay palabras que llegan en un momento que no esperamos, y constituyen en regalo para nuestra vida, porque llevan dentro de ellas la fuerza de la inspiración y el valor. Quizás no todas pueden ser interpretadas de esa forma, pues también existen palabras que destruyen y secan por dentro.

En cualquier caso, creo que depende de cada hechicero decidir en qué sentido dirigirá su poder.

Todo lo que sé es que si uno quiere, puede utilizar sus palabras para el bien, y construir en lugar de destruir.

La música está hecha de armonía y melodías, pero también se llena con palabras que hacen de ella una composición magistral. Cuando unes las palabras correctas con música, un milagro ocurre al punto de llenar un alma que se sentía abatida.

Escritas o en música las palabras pueden hacer magia… Una dulce y gentil magia o una oscura y tenebrosa magia, todo depende de cada corazón que las esparza…

“No necesitamos ser grandes escritores o muy eruditos, para tener una palabra de bien, para quienes apreciamos.”