Me duele la mano, dulce presagio, amor del viento, sueño resagado. Hoy quiero amarla con todo y su pecado. La sombra de Dios nos deja solos abandonados a la orilla de la cama, en la oración del viento. Quiero soñarla por un momento, es virgen su voz pero deletrea mi eco. Ella está desnuda como el cuerpo del cielo. Ahora estoy con ella creo que estoy sollozando su cuerpo. Quiero enterrar mi voz en la rosa de su cuerpo. Y amanecer en el rocío de su sueño. Quiero despertar en la semilla de su beso. Que hoy estoy con ella aunque sea por un momento. Ella no es eterna por eso la quiero.
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