Nada me importa, porque nada poseo.
Esta nada convertida en vacío, que me dejo sin aliento y sin sentido.
Ese dolor que me impregnada la piel y la mente, se fue y se esfumó de repente como un huracán, que llegó pegó fuerte y se marcho.
Manos alzadas, sin nada, es lo que puedo dar, enfrentándome a las desavenencias, con el temple que me dejo esta catástrofe convirtiéndome en aire, que es lo que soy.
Este aire que envuelve el dolor ajeno y se quedará en la tierra, protegiendo las aguas y bailando junto al fuego.
Fusionando los 4 elementos junto con mi alma vacía.
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