HISTORIAS URBANAS BRASILEÑAS 1: TRES BRUJOS Y UN GATO

HISTORIAS URBANAS BRASILEÑAS 1: TRES BRUJOS Y UN GATO

TRES BRUJOS Y UN GATO

Era costumbre de tres jóvenes caboclos hechiceros y candomberos bahianos, reunirse en distintos puntos ocultos de Nanuque para realizar prácticas de espiritismo y brujería. En repetidas ocasiones se habían contactado con espíritus del más allá.

Esta vez se reunieron en una solitaria hacienda que pertenecía al coronel Veloso a las afueras de la ciudad, de la cual se contaban que el mismo Lampiao había matado a toda la familia del coronel, delante de él, por no pagar una cuota y haber dado su ubicación al ejército federal. Fue tanto el horror de lo que sucedió en aquel lugar que se prohibía el paso.

Al llegar, los tres jóvenes no vieron en el lugar nada imponente, se trataba de una vieja y derruida casa hacienda, la cual no tenía si quiera espacio para ventanas, le faltaba la mitad del techo y mostraba rastros de daños por fuego.

Su primera impresión los dejó tan decepcionados que decidieron marcharse a un lugar más tétrico, pero ya estaban ahí, no sería un viaje en vano, así que sacaron sus artículos de santería, una ouija casera, un par de velas negras, sangre de animales, etc.

Pero nada de esto era necesario, el lugar por si solo ya era lo bastante maldecido, apenas los tres estuvieron dentro de la reducida casa, está se iluminó por completo, debido a una nube de fuego que se posó en el techo, la cual no era más que la ardiente llama que alguna vez incendio aquel lugar, Hechizo que fue convocado por viejos practicantes del ocultismo en épocas pasadas.

El conjuro del hechizo que pidió el coronel Veloso a estos hechiceros era que las almas desconocidas que vinieran voluntariamente a sus dominios se calcinaran bajo un fuego eterno, y robar la esencia de sus almas, alimentándolas de sufrimiento y miedo antes de morir.

Así eran los mitos de Nanuque, Minas Gerais, una ciudad plagada de Leyendas Urbanas y en la cual trabajaría por cinco meses.

Ya me habían contado rumores que, en el panteón principal, cerca de la posada donde me hospedaría, los fantasmas aparecían repentinamente debido a una niebla rojiza que azota a la ciudad severamente cada 15 noches.

Cuentan los viejos del pueblo que hace un siglo atrás estas no eran historias o mitos, las personas los veían vagar como si deambularan en busca de algo, es más, algunas personas que trabajaban en los campos empezaron a desaparecer en estas noches escarlatas como si se los tragara la tierra sin explicación alguna.

Muchas personas se reunieron con el párroco de la iglesia del pueblo, para pedir por eterno descanso de estos fantasmas y los desaparecidos lo que hizo que todo se calmara.

No se sabe a ciencia cierta si la desaparición de las personas tenía relación con los fantasmas del panteón, yo creo que todo esto no era más que solo una historia de terror o un mito urbano de Nanuque.

Y en verdad que las noches de Nanuque tenían un clima muy extraño, de dia era una ciudad maravillosa, un paraíso lleno de hermosos parajes, pero de noche, un cierto clima de misterio se respiraba en su densa niebla roja.

Recuerdo mi primera noche en la posada de Zeze, había mucha humedad, cerca de mi ventana que estaba abierta, un gato maullaba y me miraba; me levante rápido y en silencio porque planeaba meter al felino en mi habitación, y así lo hice y le di algo de pan con leche, recuerdo que lo mantuve en mi cuarto por varios días sin que nadie del hostal lo supiera.

Luego él se iba, pero regresaba todas las noches por su plato de comida, entraba y salía casi todas las noches de mi cuarto con tranquilidad, luego de dos semanas, comenzó a andar por todo la posada y el encargado me pidió que por favor no le diera más de comer ya que estaba haciendo travesuras y arañando las alfombras.

Al dia siguiente el dueño de la posada se enfureció al descubrir al gatito, yo no me encontraba en ese momento en mi habitación, pero la camarera me lo contó todo después. Me contó que el hombre quería matarlo y fue detrás de él, que su esposa suplicaba por la vida del pobre animalito, pero solo se ganó una bofetada, cuando el señor estaba a punto de matarlo a golpe de martillo, el gato le habla y dice con voz infrahumana

—¿Así como asesinaste a tu hermano me quieres matar maldito Caín? —…

El hombre se asombró tanto que dejo caer el martillo al suelo, la voz pertenecía a su hermano mayor al que había asesinado de un golpe de martillo en la nuca diez años atrás para poder ser el único heredero de las tierras y propiedades que su padre les había dejado después de morir.

Algunos pueblerinos del lugar piensan que fue solo imaginación del dueño, ya que nadie de los que estuvieron a su alrededor en ese momento puedo escuchar al gato hablando.

Yo no vi más al gato luego que el Dueño del Hostal fue llevado al sanatorio del pueblo en estado de esquizofrenia. Pero por las noches podía escuchar sus maullidos.

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