Qué bonitas son las perlas ¿no?

Lo que mucha gente no sabe es que las perlas son producto del dolor.

Las perlas son el resultado del dolor, pues se forman cuando un grano de arena o un parásito entran en el interior de una ostra. En la parte interna de la concha se encuentra una sustancia llamada nácar. Cuando un objeto extraño o indeseable penetra el interior de la ostra, el nácar comienza a trabajar, cubriendo el objeto con capas y más capas para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. Como resultado de este mecanismo de defensa, se va formando una preciosa perla.

Una ostra que no ha sido herida no produce perlas.

¿Alguna vez te has sentido herido por las palabras o actitudes de otras personas?

¿Alguien te ha rechazado?

¿No puedes llevar el dolor del pasado?

El sufrimiento es un intruso que nos visita a todos, sin excepciones.

No importa nuestra condición económica o social, nuestro nivel intelectual o nuestra raza. Cuando menos lo esperamos, aparece como por arte de magia y echa sus venenosas raíces. Sin embargo como hemos leído de las ostras, podemos hacer del sufrimiento una hermosa perla, al construirnos y edificarnos a nosotros mismos, o entregarnos a él para que haga estragos en cada área de nuestra vida.

En nuestra sociedad podemos ver muchas ostras vacías. No porque no hayan sufrido, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar su dolor en una perla preciosa.

Hay una escritora llamada Amy Morin, sufrió la tragedia de perder a su madre y a su esposo paralelamente, fue un dolor muy profundo para ella, ya que era muy unida con su madre, además de haber esperado por un largo tiempo por su amado. Del cual tuvo que despedirse muy pronto.

Otra persona en su lugar hubiera entrado en una profunda depresión, hundiéndose en el dolor y el sufrimiento de su perdida. No obstante ella tomo impulso y escribió un libro titulado “13 COSAS QUE LAS PERSONAS MENTALMENTE FUERTES NO HACEN.” Un libro que ha sido de ayuda a muchas personas, a nivel de desarrollo personal. Ella convirtió su desgracia y dolor en una hermosa perla.

¿Qué es lo que te impide a ti, salir de la estación del sufrimiento?

La vida es temporal, el dolor te impide disfrutar de ella apropiadamente. ¿Cuánto tiempo más vas invertir en sentirte triste y desalentado?

Muchas personas desean vivir, hacer cosas nuevas, divertirse y no tienen ese privilegio. ¡Tú lo tienes!

Tienes derecho a vivir tu dolor, llorar y decaerte, pero no te permitas que tu vida se pase en ello.

Hoy es una buena oportunidad para cubrirte de amor, perdonar lo que tienes que perdonar y liberarte a ti mismo; es un buen día para hacer algo que te agrade o buscar a esa persona que te hace bien y conversar. Hoy puedes comenzar una nueva etapa, si decides caminar con una perspectiva diferente respecto al dolor y el sufrimiento… Me despido con un poema de Jorge Luis Borges.

Instantes.

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares a donde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años…
y sé que me estoy muriendo.

Yuliangelene Mosquera.

«Dios puede estar utilizando cualquier tipo de circunstancias para darte una clase magistral, tan solo debes estar dispuesto a aprender.»