Un 14 de mayo de 1989 cuando contaba con 38 años, a las 7 de la mañana me llaman para darme la noticia que mi esposo había sufrido un accidente con arma de fuego, el se había ido con sus hermanos a cazar un venado para celebrar el día de las madres, pero no fue así, en la vuelta del monte su compañero de cacería se equivocó, cuando vió que se movia algo frente dónde el estaba, sin percatarse que era mi esposo que se le había apagado la linterna que se ponen en la frente, solo alumbraba la luz de la luna, lo llevaron herido al hospital más cercano, pero no lo pudieron atender allí, fue trasladado a la ciudad más cercana donde no hubo éxito en la operación, le dió un paro cardíaco,  igual murió en la sala de operaciones, cuando me dan la triste noticia, todo se volvió obscuro alrededor de mi, no podía digerir esa noticia tan fuerte, lo peor era tener que decircelo a mis 4 hijos, Alf 11 años, Ale 9, Ang. 8 y la más pequeña 6,  regresamos a la casa en la madrugada, dónde vivimos tantos años compartiendo momentos difíciles y momentos buenos pero siempre juntos, no me recuperaba de esa situación, abracé a mis hijos y lloramos mucho, al día siguiente veríamos a su padre en una urna para darle el último adiós. Familiares y amigos alrededor de su tumba, lloraban y me daban consuelo, regresamos a la casa mis hijos y yo, ellos se quedaron dormidos y yo me acosté pensando, que me había quedado sola con mis 4 hijos, ahora me tocaba trabajar muy duro para que no les faltará nada, pasaron los 9 días de los rezos y empezé a trabajar de nuevo,   daba clases de primaria, hacía transporte escolar,  todos se paraban muy tempranito y se iban a sus escuelas, la más pequeña estudiaba conmigo, no fue difícil atenderlos sin dejarlos solos, ya que yo trabajaba en mi propia casa, eso me sirvió para estar siempre con ellos, así fueron pasando los años, demasiado rápido, yo solamente me dedique a quererlos y a cuidarlos. No me dedique a buscar otra pareja, no hice nada diferente, ya que la presencia de mis cuatro hijos me ocupaban todo mi tiempo. No hubo ningún hermano de mi esposo que se acercará para preguntar cómo estaba, solo una cuñada que siempre estaba pendiente.

 Cuando mis hijos  se fueron graduando empezaron a trabajar, la más pequeña se quedó trabajando en mi escuelita y siempre estábamos muy juntas, salíamos de paseo los fines de semana, en las navidades y año nuevo nos íbamos a la casa de los abuelos. Año tras año haciamos lo mismo, hasta que cada uno fué formando su propia familia y se fueron mudando a sus propias casas. Sin darme cuenta, el tiempo pasaba muy rápido y me fui quedando sola, con mi hija más pequeña. Cuando ya habían pasado 12 años  mi hija mayor me dió la alegría de un nieto, ella y mi nieto mayor, se quedaron viviendo conmigo, ya que ella se separó de su pareja, lo cuidamos y lo mimamos como lo más chiquitico de la casa. Paso el tiempo estábamos las tres juntas felices con mi nieto, pero, mi hija consiguió otra pareja y yo me quedé con mi nieto mayor, lo crié y lo cuidé con mucho cariño, junto a mi hija más pequeña. Pero, llegó el día en que mi hija también consiguió su pareja y ya me iba a quedar muy sola, cambié de trabajo, vendí mi casa que ya me resultaba muy grande, y empezé a trabajar como taxista en una línea de un centro comercial, conocía muchas personas pero no conseguí una pareja, en mi trabajo me iba muy bien, pude darle todo a mi nieto. Cuando La situación del país empezó a cambiar de manera radical, me tocó vender el carro ya que era imposible mantenerlo por lo costoso y difícil que se hizo conseguir los repuestos. La situación nos cambio tanto la vida que para poder conseguir los alimentos de primera necesidad, teníamos que amanecer haciendo colas frente a los supermercados, pasando noches con mucho frío o con lluvia, así pasamos casi 2 años, hasta que empezaron a circular los dólares como moneda en nuestro país, todo empezó a tener precios en dólares, y se acabaron las colas, pero el costo de todo era mayor a lo que se ganaba en un sueldo mínimo.  Mi hija mayor se fue a Chile y un año después se fue mi hijo mayor a Colombia, Mi hijo mayor se separó de su primera pareja dejándola con dos niños pequeños, cuando vivía con ella siempre estaba pendiente de mi, salíamos juntos y pasábamos momentos muy agradables, pero cuando el consiguió la segunda pareja todo cambio tanto que yo no podía creer que hubiese dejado a su primera pareja, fue un duro golpe para todos yo pase el primer diciembre sin estar con el,   se fue con su nueva esposa y no le importo nada ni nadie, llore mucho, pero uno se acostumbra a toso. Tubo dos hijos y se fue Colombia, el no se preocupa mucho por mi estado, tampoco le ha ido muy bien, ha tenido que pasar muchos ratos desagradables. Una de mis hijas, la mayor en vista de la situación tan difícil se fué a  Chile, al principio le fué muy mal tubo muchos problemas, pero, al fin   consiguió un buen trabajo y al año le mando el pasaje a mi nieto pero él se quedó en Perú con su papá, buscando surgir, pero eso no lo pudo conseguir en ese país, Pero lo peor de todo,es que yo me quedé viviendo en la casa solita, yo no sabía lo duro que sería la soledad, pero, me ha tocado acostumbrarme a ella, mi otros dos hijos que se quedaron aquí solo vienen de visita, ya que cada uno tienen sus propias responsabilidades, Muchas veces, me pregunto si fue bueno quedarme sola, ahorita si veo a una persona con una situación similar a la mía, le aconsejo de todo corazón, que no se quede sola, los hijos crecen y se van y uno queda sola y triste, Muchas veces me ha tocado llorar con mi soledad y así ha pasado el tiempo, ahora pienso quien me cuidara cuando yo me enferme, y no hay repuesta.           Paso el tiempo y llegó la pandemia, vivía encerrada sin saber que hacer, pero mi hijo, el segundo, decidió llevarme con el,  mientras pasaba el encierro total, luego de dos meses regresé a mi casa sin trabajo, sin saber que hacer, todo se había paralizado por completo, fue la peor situación del mundo entero. En dónde yo vivo, la dueña de la casa tambien se fue del país y me dejó a cargo para cuidarle la casa y un perrito, pero me quedé muy sola. Salí un día a finales del mes de mayo con mi hijo y en la calle cuando caminaba hacia el carro me caí y me fracture el brazo mi nieto Dilan me cargo y me metió al carro me llevaron al hospital, los médicos me decían que me tenía que operar pero yo no quise, me pusieron un yeso por dos meses, ese tiempo lo pase en la casa de mi hijo, el me atendía cuando llegaba de su trabajo,  el brazo me dolía bastante, mi nieto, me cuidaba y estaba pendiente de mi, pero mi hija lo mando a buscar y se fue para Chile, el brazo  se pegó, pero muy mal.            Cuánto aún no me reponía del dolor del brazo fui diagnosticada el 09 de octubre del 2021, con covid, tenía que ir al médico para que me mandarán el tratamiento, el único problema que a veces se me presenta es que cuando necesito que me hijo me busque y este pendiente de mi, así sea por un día, es imposible,  me ha dejado sola en el consultorio cuando me lleva al médico, cuando me enferme de covid me tuve que ir a pie hasta mi casa ya que él nunca llegó, se puso hacer otras cosas, no le dió ninguna importancia a mi situación,  no se quería exponer mucho para no contagiarse, me da mucha tristeza que siempre me toca estar sola cuando voy a una consulta médica, nunca tiene tiempo para dedicarme. Menos mal mi hija más pequeña, se hizo cargo de mi y me llevo a su casa para pasar la enfermedad y poder cuidarme, y mi hija que está en Chile, pudo reunir una colaboración entre sus amigos y me mandó el costo del tratamiento, el cual era muy costoso todo el tratamiento que necesitaba. Me llevo mi hija a su casa y junto con su esposo me cumplieron el tratamiento al pie de la letra, sin importarle que  podía contagiarse.  Mi hija me cuido durante todo el tratamiento y me dió mucho apoyo y cariño, también mis dos nietos siempre estaban pendiente si me hacía falta algo.    Superé el covid, y me mejore, le tocaba a  mi hijo tenerme en su casa por un mes más, mientras me terminaba de curar, pero el cambio era radical ya que solo él estaba  pendiente de mi, su esposa y sus hijos mis dos nietos una hembra y un varón, casi nunca me dirigían la palabra parecía que mi presencia les molestaba, se la pasaban encerrados en su cuarto, no tenían ni una palabra de aliento, a la hembra  ni siquiera, le gusta pedir la bendición, solo la pedía cuando estaba el papá cerca por que el la obligaba, de lo contrario no lo hacía, mucho menos dirigirme la palabra y un nieto que parecía que le molestaba mi presencia, y lo más contradictorio, siempre están metidos en la iglesia y rezando no sé si eso es válido a los ojos de Dios.        Después del Covid fui al médico y  me hice la prueba de la nariz y salió negativo, sin embargo, el doctor nos alertó que la prueba no era muy confiable por cuando tenía poco tiempo que había salido del Covid.  Me hice los exámenes de sangre y todos los valores me salían bien, pero, tenía algo en la garganta que me fastidiaba para tragar, espero recuperarme por completo, para ver qué puedo hacer para generar un poquito de ingreso y poder comprar mis medicinas

Hoy es 24 de diciembre del 2021, en este año se fueron familiares y amigos muy cercanos al reino de los cielos, eso me tenía un poco triste, también me entristeció mucho el echo de que  ninguno de mis nietos me llamara en la noche de Navidad y año nuevo  mis hijos muy distantes celebraban cada uno en su mundo. Si estuviera muerta habrían puesto todas mis fotos con ellos, pero estoy viva y ninguno me tomo en cuenta, ni para mandarme un mensaje por las redes. solo,  mi hija Adriana, que se esmera en cuidarme y que yo lo pase muy bien a su lado. Pero la realidad de mi vida, es que tendré que volver al lugar donde vivo sola y ver qué puedo hacer, mientras tenga salud.    Empezó un nuevo año 2022, con un poquito de insertidumbre vuelvo a mi casa, no sé que voy hacer, todavía no me siento bien del todo, tengo problemas en mi garganta, algo me fastidia para tragar, se me está callendo el pelo y me duele el cuero cabelludo, los que ya les dió covid dicen que son secuelas que debo tener mucha paciencia, también me duele mucho el brazo que me fracture, el doctor dice que debo operarme ya que no está pegando los huesos bien, están desplazados, por eso me produce tanto dolor, casi lo tengo inútil. Ahora el dilema es que no hay el dinero para comprar la placa que deben poner en el hueso y para otros gastos que genera la operación. Bueno todo va a quedar en manos de Dios.   Le voy a llevar las placas del brazo a un traumatólogo, él tiene la última palabra de lo que deberán hacerme.  Apenas está finalizando enero, espero mejorar para ver si puedo ponerme a trabajar tengo que generar algo de dinero. 

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