Cómo robarle a la noche una estrella…

Cómo robarle a la noche una estrella…

Cómo robarle a la noche una estrella, no más una, cuando el cielo se estremece por el canto de la lluvia.
Cómo robarle a la noche una estrella, si ellas las estrellas, apagaron su luz y entre tantas gotas que tiritan al caer, se ven sus las lágrimas verter.
Cómo robarle a la noche una estrella, si ellas se lanzan fugaces, para no morir lentamente por las olas voraces del frío más inclemente.
Cómo robarle a la noche una estrella, si ya no hay luceros que iluminen los senderos, si las estrellas huyeron por falta de calor y ahora vagan o mueren, solas sin amor.
Cómo robarle a la noche una estrella, si hasta el sol siguió su huella, asustado por la desolación que deja en el cielo el paso de este cruento ciclón.
Y mientras dura la lluvia en la noche larga y triste, mi corazón se agita con el viento de tormenta y de miedo se viste, mientras la borrasca más cruenta, devasta los sembrados y los sueños se los lleva.
Ahora navego en lagos profundos que represan mi dolor, sin una estrella que brille y a mi casa dé calor, se destruye mi mundo sin el faro de la luna que por lo menos me indique qué camino sigo hoy.
Ahora se apaga el fuego que alimentó la ilusión, de robarme una estrella, pues mi voz que fue ruego, la noche nunca escuchó, devastando con su lluvia lo que mi fe construyó.
Lyda de Jericó

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