Mi venus, mi poesía.
(Un poema en mi solitaria inmensidad).
Y en aquella inmensidad
donde todo se pierde
y no vuelve más,
abandoné tu recuerdo.
Allí, donde el regreso
detuvo su tiempo,
abandoné la esperanza
que iluminó mi vida.
Aún creo verla suspendida,
como lucero del alba,
pequeño resplandor
que da paso al día.
Era, ¿cómo lo diría?,
esa razón para seguir
soñando con ser feliz,
mas, mis sueños truncó.
Todo en mi enmudeció,
el silencio en mi interior,
ahogó aquel grito…
y, mi alma estremeció.
En mi, todo feneció:
mi voz, mi razón, el resplandor,
la esperanza y el recuerdo.
Al final no todo pierdo,
en mi solitaria inmensidad
me queda un lucero que mirar.
Esa primera luz me servirá
para escapar de la oscuridad,
y con tan bella lumbrera
escribiré mi mejor poema.
¿Quién no es feliz, escribiendo para sí,
y saber que muchos, allí, se leerán?.
No necesito más, la luz de venus, mi poesía será,
allí en mi solitaria inmensidad.
Lyda de Jericó
DRA-Colombia
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