“Giselle” la obra absoluta del Ballet Romántico

ACTO I

Una hermosa e ingenua doncella llamada Giselle vive en una aldea de la Renania medieval (Oeste de Alemania). Entre los campos es cortejada por Loys, quien le promete su amor.

Giselle no sabe que Loys es en realidad Albrecht, el duque de Silesia que se ha disfrazado de pueblerino tras ocultar su espada y su escudero en el bosque, pero Hilarión, un cazador enamorado de Giselle se da cuenta de la farsa.

Así, que Hilarión declara su amor a Giselle, pero ella le rechaza, hecho que lo motiva a cobrar venganza y piensa luego en desenmascarar al duque.

Durante las fiestas campesinas de la vendimia, Giselle desea bailar, pero es reprimida por su madre Berther quien teme que a causa de su frágil salud la doncella muera antes de su boda convirtiéndose en una Willi.

Su madre le explica a Giselle acerca de las Willis, espíritus de doncellas muertas que prometidas en matrimonio nunca se casaron y ahora danzan bajo el claro de la Luna en el bosque.

Posteriormente, frente a todos en la fiesta, Hilarión desenmascara a Albrecht, quien coqueteaba con Giselle a pesar de su compromiso con Bathilde, la duquesa de Curlandia.

Albrecht justifica su juego con la campesina como una simple distracción y se reafirma en su compromiso con Bathilde.

Giselle cae en la locura tras darse cuenta del engaño del duque y danza delirante entre los presentes hasta morir en los brazos de su madre.

ACTO II

Hilarión se adentra en el bosque para visitar la tumba de Giselle, pero es sorprendido por la hora, ya que es media noche, momento en el que llegan las Willis.

Dirigidas por Myrtha, su reina, las Willis inician el ritual para cobrar venganza por la muerte de Giselle.

Así, el cazador se convierte en la primera víctima. La segunda, sería el duque Albrecht quien siente arrepentimiento por su traición y busca la tumba de Giselle para suplicarle perdón.

Al ver el sufrimiento de Albrecht, Giselle se conmueve y le previene de las Willis pidiéndole que se marche.

Sin embargo, ya es tarde: Myrtha le ordena a las Willis atraer a Albrecht y hacerle bailar hasta la muerte.

Giselle alienta con su amor a Albrecth manteniéndolo vivo hasta la llegada del alba, instante en el que ellas desaparecen.

Finalmente, Albrecth trata de retener a Giselle, pero su esfuerzo es inútil, ella debe seguir su destino envuelta en esa maldición con las Willis por la traición del duque.