
Ella era una mujer de gran entereza, fuerte, engalanaba a su paso el entorno.
Ella estaba llena de fortaleza, y en su corazón sólo albergaba amor. Ella hizo de él, un niño feliz, amado, creyó siempre en él, lo motivaba, lo alentaba a ser siempre el mejor.
Ella ponía su alma para darle ánimos, para comprenderlo, para guiarlo hasta su último suspiro lanzado al viento, antes de trascender.
Ella, su primer amor de él, el único, el más puro, en un lazo que los une aún, construido desde el vientre.
Ella esa guerrera de luz, que se ha convertido en la estrella más grande y radiante que ahora engalana el universo, en su lenguaje celestial, me hace saber todo de él y me hace su cómplice.
Ella y yo, tenemos en común un gran sentimiento, puro y verdadero. El amor.
Ella y yo lo amamos, y se que nos guía, y se que ella se hace presente porque ella vive, en cada manifestación del amor, y en el corazón, donde le ofrendamos un hogar lleno de sentimientos.
Ella ya está orgullosa de tí, amor mío, como lo estoy yo, y aplaude tus éxitos, alimenta tu esencia y está en tí.
Ella y yo hemos unido nuestro amor, para unificarlo a tu amor propio. Y ser uno en el amor.
Ella…
OPINIONES Y COMENTARIOS