Nadie puede ver el cuaderno roto,
solo sus siervos,
jóvenes con uniforme,
con la soga en el cuello.
Rota se encuentra el cuaderno,
dejando caer sus hojas en nosotros,
pesadas como la verdad,
¿Cómo se siente?
¿Cómo se siente agarrar el lápiz y contar historias?
Callados los siervos escriben su nombre en ella,
sentenciando la miseria en el futuro.
¿Dónde están?
¿Dónde están aquellos con la regla en la mano?
Están delante de nosotros, agarrando nuestras libertades,
matando los sentimientos.
Dejaremos vacíos en la enseñanza,
los castigos se vuelven más fuertes
y el cuaderno roto rompe sus hojas,
vuelve a empezar.
Somos los siervos del cuaderno roto,
de una mala educación.
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