Si la noche fuera mi nación,
de mi tierra serías tú,
y los que han escrito versos,
sin conocer que nacen de sus plumas
las certeras letras de llantos, risas y algún lamento.
Los que no saben que dejan en el aire mil y un poemas.
Los que cambian sueños mansos por texturas de tormentas.
Los que encontraron perdido,
aún vivo, aquel libro que guardaron y lo leyeron de nuevo.
Los que dejaron a un lado,
la vida de sufrimientos,
e intentaron una nueva.
Aquellos que tallaron con uñas,
las paredes de las cuevas y no guardaron en piedras,
sus quejas.
Los que siempre se desvelan,
por no encontrar todavía esa palabra que late.
Los que no han ganaron nunca un premio,
y siguen con ilusiones dentro.
Los que hacen el amor perdidos entre florestas,
como si a prohibirlo fueran.
Las manos suaves que acotejan al que duerme,
lo arropan sin que lo sepa.
Y la bandera sería,
una enorme tela negra,
que a veces yace dormida en su propia oscuridad,
y a veces se despereza,
si al cielo lo han estrujado o han regateado a escondidas,
alguna de sus promesas.
PD: Dedico este poema trasnochado, al escritor y amigo Daniel Grand, perdona, perdonen,
mi falta de modestia.
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