Capítulo I
El primer día del año nuevo, no la pasé en mi cómoda cama como solía hacerlo después de un largo día de trabajo.
Este primer día del año nuevo estoy en una cama del hotel que jamás olvidaré su nombre «Hotel los Delfines», a mi lado esté durmiendo un chico un año menor que yo, ese joven delgado de rostro fino y sonrisa coqueta, de quien supuestamente estoy enamorado. Pero ¿Cuál es el motivo de que esté en esta habitación con ese chico y dos personas más?
El día anterior estábamos los tres en la cafetería atendiendo a clientes solitarios y algunos con sus parejas, ¿Qué hacen ellos aquí? ¿A caso no quieren disfrutar el último día del año? En fin, no es asunto mío, por otro lado, yo estaba emocionado por el dinero de nuestro último sueldo del año que recibiría.
Mis compañeros de trabajo eran mi novio y su mejor amigo, cada uno con personalidades distinguibles. El plan ese día era recibir nuestros sueldos e irnos a cualquier lugar a festejar la despedida de año. Lo que en realidad quería enseñarles es que para disfrutar no es necesario planear algo y seguirlo al pie de la letra, cuando se hace eso, siempre sucede algo que salga mal, así que aproveché esa oportunidad para mostrarles cómo es que se disfruta con la espontaneidad.
—Sander ¿Por qué tan pensativo? —se acercó David y me besó en la mejilla.
—Nada, solo quiero que esta noche sea inolvidable para todos, es solo eso.
—Lo sé, recuerda que estaré a tu lado —sonreía ampliamente.
—Que narcisista me resultas —tomé sus mejillas cuando estaba sonriendo y lo besé.
—Ouch! Déjame ya, y sigamos trabajando cariño —se apartó sonriendo y acariciando sus mejillas.
—Bueno, continuemos.
Nos dirigimos para atender y así continuamos el día de trabajo, las personas pedían lo que consumirían y nosotros, como siempre, con una gran sonrisa en el rostro, era de vital importancia hacerlo, así tengamos un día muy difícil, lo hacíamos.
—Buen día ¿Qué desea ordenar hoy señorita?
—Hola, una taza de café y unas tostadas con jalea de moras por favor.
—Anotado! En unos minutos estará listo su pedido.
—Gracias —lo dijo mientras veía por la ventana, parecía que buscaba a alguien.
—Un placer —sonreí a pesar de que ella no me dirigió la mirada.
Su rostro se me hizo muy familiar, pero no recuerdo bien en dónde la he visto antes, quizá solo la estoy confundiendo.
Llegando a la cocina me encontré con Billy, el mejor amigo de David, él es un chico muy alegre y libre, todo el tiempo coquetea con los clientes y eso puede traerle muchos problemas, el supervisor quizá lo despida, pero yo ya cumplí en conseguirle un trabajo, depende mucho de él conservarlo, ya no es asunto mío.
—Billy, por favor lleva este pedido a la mesa junto a la ventana, para la señorita.
—Está bien, ahora se lo llevo. Sander ¿ No te emociona que en la noche nos vamos a cualquier lugar con nuestra paga?
—Claro que estoy emocionado —lo dije sonriendo— pero primero atiende a la señorita que está esperando hace rato —me puse más serio.
—Ok, pero no te enojes.
Así el día fue pasando, eran ya las once de la noche y aún había personas en la cafetería, no sé qué les pasa a estas personas ¿Acaso no tienen familia? Pero es el tema de cada quién. Nosotros ya no atendíamos a la gente y así ellos sabían que era la hora de retirarse. Limpiamos rápidamente la cafetería los tres a la vez, ordenamos las cosas y todo, estábamos en nuestros casilleros colocando nuestros uniformes, el jefe se nos acercó con un sobre para cada uno, nuestra paga y un bono por año nuevo estaban dentro de ese valioso sobre.
Abrí el sobre viendo el dinero dentro, sonreí mucho y más cuando lo terminé de contar.
—David ¿Listo para viajar hoy?
—¿Qué? —estaba distraído viendo su sobre.
—Te digo que si estás listo para el viaje de hoy.
—Sí, me emociona todo esto, me distraje viendo este sobre con dinero, he notado cuánto me esforcé para obtenerlo, gracias a ti logré conseguir , gracias, te lo digo en serio Sander —noté que sus ojos estaban lagrimosos.
—Hey, hey, tranquilo, no te preocupes —lo abracé fuerte— fuiste tú quien trabajó duro para conseguirlo.
—Te quiero Sander.
—Yo… También lo hago David.
No sé qué me sucedió en ese momento, me congelé, no pude expresarlo, respondí lo mismo de siempre y eso me puso un poco decepcionado de mi. David me mira fijamente y me da un abrazo fuerte otra vez y me besa la mejilla susurrando algo que me dejó atónito, lo ignoré por el momento, el momento era muy tierno, es imposible negarlo, así fue el inicio de todo, el año estaba por acabar.
—David, alístate para irnos, nos vemos en la plazuela que acordamos dentro de unos veinte minutos.
—Vale, le diré a Billy que se apresure.
—Ten cuidado en el camino.
Cada uno apresuramos nuestros pasos para llegar a casa y alistarnos, en la mía solo encontré a mi hermano, estaba bien vestido, supongo que irá a una fiesta con algunos de sus amigos. Aún así yo pregunté.
—¿A dónde tan vestido?
—Unos amigos me dijeron que los acompañe a una reunión, dicen que será algo tranquilo en la casa de alguno de ellos.
—¿No pasarás la fiesta de año nuevo con la familia?
—Sabes bien claro que ya no celebramos desde hace mucho tiempo —noté nostalgia en su rostro— lamentablemente la familia se ha separado.
—Oye! Sin lágrimas, disfruta mejor de la reunión con tus amigos; una cosa más —cogí un sobre blanco de mi maleta— guarda bien esto y no dejes que nadie sepa que te lo he dado.
—Esto es demasiado dinero —exclamó cuando abrió el sobre— ¿Por qué me lo das?
—Feliz año nuevo, diviértete mucho.
—Muchas gracias Sander, eres un hermano, no tan bueno, pero soportable —quería reírse pero yo lo hice.
—Qué va, no te preocupes, la costumbre se pierde en la familia pero nosotros no tenemos que.
—No tengo nada que regalarte, discúlpame, ya será en tu cumpleaños.
—Eso no importa, solo preocúpate por estar bien y cuida ese dinero.
—Gracias, tú también debes tener cuidado.
Al ver su rostro noté cómo le brillaban los ojos a mi hermanito, y conociéndolo bien, él siempre se hacía el fuerte para que nadie lo ve llorar así que no le dije nada, ahora que lo recuerdo, la última vez que lo vi llorar frente a todos fue cuando tenía diez años.
Al salir de la ducha no sabía qué ponerme, elegí una ropa de verano, el calor de la noche era infernal, mucho más en diciembre. Terminé de vestirme, eran quince minutos pasada la media noche, ya era año nuevo, cogí el móvil para ver si tenía alguna llamada pero no había ni una sola, así pude confirmar una vez más que mi familia claramente solo se preocupan por ellos, a excepción de un mensaje que me había llegado en ese momento, era de mi hermano, no la leí porque ya se me hacía tarde para encontrarme con mi novio y su amigo.
Capítulo II
Llegué al encuentro con David, Billy llegó unos minutos después, nos sentamos uno diez y el taxi que pedimos por teléfono aún no llegaba, ya eran casi las doce y media y para llegar a nuestro destino tomaba unos treinta minutos.
—Billy —David se le acercó un poco a su amigo— ¿No se supone que tu novio estaría aquí?
—Claro que sí, pero él ya nos está esperando.
—Seguirá esperando entonces ya que el maldito taxi no llega.
Y, de repente, como si hubiera sentido nuestra desesperación el taxi llegó estacionándose rápidamente frente a nosotros tocando la bocina, Billy se le acerca apresurado.
—Imagino que nos hará algún descuento por su tardanza señor.
—Disculpen jóvenes, es que tuve un percance antes de llegar.
—Deje las disculpas, mejor vámonos rápido.
Es sorprendente cómo Billy puede pasar de enojado a relajado de manera tan rápida, algo que admiro un poco en esta persona. El taxista se disculpó una vez más y subimos, le dimos la dirección a donde nos tenía que llevar, los tres olvidamos la tardanza del señor pero él nos dijo que nos descontaría el cobro del viaje, no aceptamos obviamente, él está trabajando hasta altas horas de la noche y no está pasando las fiestas con su familia, eso es un sacrificio; Billy estaba en el asiento del copiloto, David y yo estábamos en los asientos traseros.
Mi novio es un chico muy cariñoso y atento conmigo, tomó mi mano en ese momento y le dio un beso, yo sonreí cuando el me vio a los ojos y él también sonrió, no dijimos nada, pero con esa acción sentí que nos dijimos de todo; él se puso a conversar con Billy y yo me coloqué los audífonos para poder relajarme de la decisión que he tomado en ese momento, me acomodé en el regazo de David, eso me relajó mucho más, me sentí más seguro. En eso empezó a sonar Damage de Fit For Rivals, es la canción favorita de mi hermano, a mi me gustaba también, esa canción tiene mucho significado para ambos, escuchándola recordé que mi hermano me había enviado un mensaje así que decidí leerlo.
«Aunque no tuve tiempo de decírtelo, Sander, siempre fuiste, eres y serás el mejor hermano mayor que tengo y que la vida me pudo dar, te quiero demasiado hermanito, yo sé que te irás y no volverás, no te sorprendas de por qué lo sé, por favor te conozco muy bien, además escuché la conversación que tuviste con nuestra abuela, es por eso que dejé que sigas con la decisión de irte pero si quiero pedirte una cosa, esa cosa es que no pierdas el contacto conmigo, elimina tu número si quieres, pero siempre guarda el mío, eres el único que me escucha en esta ya destruida familia que nos ha tocado, feliz año nuevo, te deseo lo mejor en esta nueva vida que elegiste y en la decisión que tomaste, saluda a mi cuñado, aunque él ni me conozca».
Cuando terminé de leer el texto sentí un nudo en la garganta, estaba demasiado feliz con los buenos deseos y apoyo que me da mi pequeño hermano, quería llorar pero no podía hacerlo, sonreí y mucho, tengo todo listo para esta nueva aventura, suficiente dinero para vivir unas semanas mientras busco un nuevo empleo. David acarició mi cabeza, notó que estaba un poco melancólico pero me hizo saber que todo estará bien.
Llegamos a nuestro destino y Billy se bajó rápido a buscar a su novio, pero cuando bajamos vimos a Billy con un rostro totalmente diferente.
—¿Sucede algo Billy?¿Dónde está tu novio?
—No lo sé, se suponía que estaba esperándome aquí, bueno, eso es lo que me dijo.
—Quizá fue a comprar algo, no se va a quedar esperando demasiado sin que le dé sed o hambre.
—Seguro, tienes razón.
—Pero llama a su teléfono, tal vez no esté muy lejos.
—Haré eso, pero no me apresures, demonios.
—Ya se nos está haciendo tarde, por eso.
Tres intentos de llamadas fallidas hizo Billy a su novio.
—A la cuarta es la vencida —Billy dijo un poco alterado y contestan el teléfono— Hasta que se dignó a contestar el maldito teléfono el señorito, dime en dónde está si se suponía que estabas esperándome.
—Dame cinco minutos —se escuchó en el teléfono— ya llego.
Pasaron cinco minutos y apareció el tan esperado, Billy corrió hacia él y lo besó; vuelvo a decirlo, me sorprende lo rápido que puede cambiar de humor este chico; continuando, mi novio y yo nos quedamos congelados al ver la escena, se besaron en público y eso no es tan bien visto en donde vivo, y creo que en todo el mundo pero aún así, en donde estoy son más conservadores y cerrados, para la suerte de los ahora cuatro no había ni un alma a nuestros alrededores observando.
—Hola chicos, perdón por tardar mucho, me llamo Andrej.
—Un gusto, soy David y él es mi novio.
—Hola, soy Sander, un gusto.
—Andrej —interrumpió Billy— vamos a donde me prometiste.
—Vale amor, ya no desesperes.
—Está bien cariño.
—Ya basta con tanto amor, nos causan náuseas —me burlé.
—Pero… Ustedes son novios ¿No se dicen eso acaso?
—Emmm… No —David me siguió el juego
—No —al parecer alguien no entiende cuándo se trata de una broma, pensé.
—Me olvidé decirte eso de estas dos personas, el amor que se demuestran es de lo más extraño así que no les hagas caso, son unos raritos.
—Ok? En fin, llamaré al taxi para que nos lleve al lugar que les tengo preparado.
En ese momento llegó el taxi mucho más rápido de lo esperado, yo le pregunté hacia dónde nos llevaba, Andrej solo me dijo que eso no importa, solo aprovechemos la noche al máximo.
Al llegar al lugar que nos dijo Andrej, me quedé estupefacto, era una fiesta realmente grande, me sentía como en la película Proyecto X, el lugar estaba repleto de personas bailando y bebiendo alcohol, el DJ contratado solo colocaba música electrónica, lo cual me gustó demasiado, incluso me sentí como si también estuviera en Tomorrow Land, la euforia se podía respirar en ese lugar.
—Bien, esta es la sorpresa que te tenía a ti y a tus amigos.
—¿En serio mi amor?
—Sip, sabía que te encantaba ese género musical, también a tus amigos, me lo habías dicho una vez, así que sorpresa —agitó sus manos de forma graciosa— Feliz año nuevo chicos.
—Gracias, en serio te pasaste —comentó David— ¿Cuál es el precio de las entradas?
—No se preocupen por eso, yo organicé la fiesta, así que son mis invitados especiales.
—A la g…
—Gracias en serio —interrumpí la palabrota que iba a decir David
—Oye!
—Qué?
—Qué de qué?
—Les dije que mi novio es el mejor —dijo Billy agarrándose del cuello de Andrej como un monito.
—Sí, sí, no te lo podemos negar.
—Por qué seguimos hablando, vamos a disfrutar la fiesta.
Cuando ingresamos, Andrej nos llevó por un atajo para no estar perdiéndonos entre la multitud que bailaba con las canciones, que por cierto estaba muy genial; cuando vi muy bien noté que en la fiesta la mayoría de ellos pertenecían a la comunidad LGBT, eso solo significa que puedo besar a mi novio libremente, me distraje mucho en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta que David me tomó la mano, lo que me sacó de mis pensamientos fue en el momento que me besó, quedé paralizado por un momento, lo miré y me miró, otra vez un cruce de miradas y solo sonreímos diciendo mutuamente que todo va estar bien, esta noche será nuestra y somos libres.
Fuimos a una gran mesa llena de licores, me sorprendí mucho al ver que había toda clase de licores, incluso algunos que ni conocía, estos creo que eran inventados por las mismas personas que organizaron la fiesta, raras combinaciones, cogí un vaso con un poco de vodka y gominolas, David se sirvió uno de ron con frutas secas. Tomé la mano de mi novio y lo lleve a bailar, bailamos junto a Billy y su novio, estuvimos bailando por un buen rato, estábamos muy felices, eufóricos, no sé si por el alcohol o por la música que colocaban; Andrej se acerca al DJ y le dice algo en el oído, le habrá pedido una canción en especial para él o su novio, cuando llega hacia nosotros empieza a hablar en voz alta para que podamos escucharlo.
—Chicos después de esta canción pondrán una que es para nosotros, los cuatro.
—¿Cuál es esa? —dijimos al unísono.
—Solo esperen, por lo tanto, colóquense esto en la lengua, nos pondrá más emocionante la noche.
—¿Acaso eso no es LSD?
—Sí, pero solo será una laminilla, no hará daño alguno.
—Tomé la laminilla con mucha duda, David me miraba algo inseguro, pero Billy ya se lo había colocado en la lengua, mi novio hizo lo mismo, yo lo pensé un momento pero al final cedí y lo coloqué en mi lengua, pasaron unos minutos y se sentía algo raro en mi, literalmente sentí la música recorrer por mi cuerpo, como si sonara en mis venas. Entonces escuché «…Press play, fast forward… Non stop we have the beaten path before us…» los tres nos miramos y sonreímos, conocíamos muy bien esa canción, era claramente una canción para toda la comunidad arcoíris Sillhoutte de Avicci, los cuatro empezamos a bailar al ritmo de la canción, agreguémosle el efecto de la laminilla, las personas de la fiesta gritaban de júbilo, se nota que reconocían esa gran canción.
Perdimos la noción del tiempo, seguíamos bailando muchas más canciones, tomábamos demasiada gua, de alguna manera, aquella diminuta laminilla multicolor, a la vez que nos causaba una gran euforia, nos provocaba una terrible sed.
Nos habíamos cansado de tanto bailar, cuando nos fijamos la hora ya era un cuarto para las seis de la mañana, le dije a David y él empezó a reír, estaba muy ebrio el pobre.
Los efectos de lo que nos dieron ya se había pasado por completo, pero los efectos del alcohol aún estaban; Billy caminaba tambaleándose un poco y su novio caminaba con sueño, yo trataba de no verme ridículo como ellos, pero aún así sentía que todo me daba vueltas en la cabeza, lograba caminar moderadamente, David, con su notable rostro de dopado, me decía que cómo era posible que el alcohol no tenga tanto efecto en mí, me reí un poco porque en toda esa oración su lengua se trababa, él hizo un puchero cuando se dio cuenta que me estaba burlando y luego me besó unos segundos.
Caminamos como dos manzanas grandes buscando un lugar donde hospedarnos, pero todos ya estaban ocupados, claro, como lo van a estar si es uno de enero y todos andaban de fiesta; unos metros más adelante notamos un letrero turquesa que decía Vacantes, ese letrero decía «Hotel los delfines», tocamos la campana de recepción y nos atendió un señor mayor de edad, cincuenta años aproximadamente.
—Buen día jóvenes ¿En qué puedo ayudarlos?
—Buen día señor, quiero un par de habitaciones solo por hoy.
—Disculpen chicos, pero solo contamos con una, esta cuenta con dos camas ¿No hay alguna molestia?
—No se preocupe, queremos esa —accedí, ya estaba cansado de caminar mucho.
—Está bien, solo bríndenme un documento de identidad de cualquiera de ustedes, no se preocupen porque este será devuelto cuando se retiren, que por cierto es hasta el medio día de mañana.
—Tome el mío por favor ¿Cuánto es el costo?
—Por los cuatro solo les cobraré cincuenta ¿Qué les parece?
—Gracias señor, usted es muy amable.
—No agradezca, puedo notar amor entre ustedes, así que la habitación si les conviene.
Todos nos quedamos callados en ese momento, el señor empezó a reírse y nosotros nos avergonzamos un poco.
—Aquí tienen su llave, es la habitación doscientos siete, la clave del wi-fi se encuentra en el llavero.
—Gracias.
Cuando entramos, la habitación era muy acogedora, luces cálidas y cómodas.
—Tomamos la más grande —Billy corrió y se lanzó a la cama izquierda.
—Que estúpido —empezó a reír David— ambas camas son exactamente del mismo tamaño.
Andrej y yo nos reímos también, y luego los cuatro lo estábamos; Billy jaló a su novio, lo abrazó y se durmieron al instante, mi novio y yo nos quitamos toda la ropa, la sentíamos muy pesada, David me mira fijamente y me jala hacia él, me empieza a besar apasionadamente por unos minutos, me separé un momento lo vi sorprendido y a la vez estuve recuperando el aire, luego puse mi mano en su nuca y otra en su espalda y continuamos con el beso.
—Venga hagámoslo ahora
—Pero Billy y Andrej están a lado nuestro, nos pueden ver.
—No importa, somos novios y es normal, venga ya.
Nos seguimos besando como nunca antes lo habíamos hecho, David me mira con sorpresa y yo lo vi confundido.
—¿Pasa algo David?
—Nada, solo que nunca besaste de esa forma, eras muy dulce y lento, pero ahora, wow, me encanta.
Lo seguí besando después de lo que me dijo, lo apegué más hacia mí, nuestros cuerpos rozaban, acaricié su espalda baja mientras el me acariciaba la cabeza.
—Te amo Sander.
—Yo… Te amo David.
En ese momento no me podía creer lo que había dicho, nunca pensé que se lo diría a alguien, lo abracé tan fuerte que pude sentir levemente sus latidos acelerados, el me abrazó y dijo que era hora de dormir, ambos sin soltarnos, acostados y con una sonrisa en la cara nos quedamos profundamente dormidos.
Capítulo III
Y ahora estoy como al principio; despierto en este hotel de nombre que nunca olvidaré, a lado de un chico de rostro inocente y lindo con uno de sus mejores amigos junto a su novio en la otra cama, ya eran la una y treinta de la tarde, no hago nada de ruido, me quedé estático, otra vez hundiéndome en mis pensamientos, estaba pensando cómo voy a iniciar una nueva vida sin mi familia, pero hay una pregunta que está dando vueltas desde anoche, no sabía cómo fue posible que mi hermano sepa que me iría de casa, eso no lo tengo entendido, aunque lo más importante es que está de acuerdo conmigo. En ese momento escucho un pequeño suspiro a mi lado, era David, me estaba viendo directamente, no sé a qué hora ha despertado, ni me di cuenta por estar concentrado en mis pensamientos.
—Otra vez perdido en tu mente.
—Lo sé, pero es que no puedo evitarlo, por cierto, buenos días David.
—Tardes cariño, buenas tardes.
—Ah cierto, me había olvidado de la hora.
—¿Cómo te sientes después de la noche que pasamos?
—Pues la verdad me siento muy bien, me olvidé de todos los problemas que tengo.
—Al menos estás bien en esa parte —lo besé en la frente.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Nada malo, solo que me gusta saber que te olvidas de todo y vives tu propio momento.
—Tienes razón, además nadie tiene un novio como tú.
—Bueno —sonreí ampliamente—. Eso no me lo esperaba —le di un beso en los labios.
—Vamos a la tina de baño, hoy nos ducharemos juntos, pero hagámoslo ahora y en silencio para que no despierte Billy y Andrej.
Cuando lo veo, veo a alguien muy hermoso, perfecto, delicado, alegre, sensual, cuando me toca tan solo con sus manos mi piel se eriza, mi alma se eleva, no sé qué hacer para mantenerlo en mi vida, desearía sinceramente que esto no sea pasajero. Nos tomamos de la mano y nos dirigimos al baño, estar junto a él en ese momento era algo indescriptible, nos metimos a la tina del baño nos sentamos, mientras esperábamos a que se llene David empezó a besarme, sentía como su lengua quería abrir paso entre mis labios, se lo permití, usé mi lengua para acariciar la suya, mis manos empezaron a recorrer su torso, su piel tibia y suave, retiré mis labios de los suyo y empiezo a besarlo por su cuello, él como respuesta da un gemido ahogado, mientras sigo bajando por su pecho llego a sus pezones y empiezo lamerlos lentamente, el empieza a acariciar mi espalda mientras gime, me toma del mentón y vuelve a besarme apasionadamente en los labios, ahora el me besa por el cuello, eso me excita demasiado y baja besándome por el pecho y lame mis pezones, esa parte de mi cuerpo es la más sensible, empiezo a acariciar su espalda rogándole que no pare, me sigue besando y sigue bajando por mi abdomen, empieza a lamer mi glande mirándome a los ojos sensualmente, sentí como una electricidad recorría por mi cuerpo, erizó mi piel, seguía lamiendo allí y se lo iba metiendo poco a poco en la boca, empecé a moverme lentamente metiendo y sacando mi miembro, mientras el jugaba con su lengua, paró por un momento y nos besamos otra vez, David toma mi mano y empieza a lamer mis dedos de una manera tan sensual, retiré mi mano y me lo dirigí entre sus nalgas, estuve acariciando allí intentando meter un dedo, el gemía muy despacio en mi oído, lo que más me encendía, estuvimos haciendo eso hasta que logré introducirle tres de mis dedos.
—¿Estás listo cariño?
—Sí Sander, no paremos.
Acosté a David en la tina y coloqué sus piernas sobre mis hombros, pude su rostro sonrojado, su hermoso cuerpo varonil y delicado a la vez, fui introduciendo mi miembro en su interior, al mismo tiempo lo besaba mientras él se masturbaba, después que ingresó todo me fui moviendo lentamente para no dañarlo y él gemía despacio para que no nos escuchen, ese momento me se sentía como estar en una burbuja, solo con David, solo los dos, fui acelerando mi ritmo y David se masturbaba más rápido.
—Te amo David, te amo.
—Te amo Sander, te amo mucho.
—Ya me voy a venir, lo siento.
—No lo sientas cariño, hazlo, yo también lo haré.
Los dos nos venimos al mismo tiempo, un sentimiento de éxtasis se notaba claramente en nuestros rostros, ambos sonrojados nos besamos y nos repetimos lo mucho que nos queríamos.
Después nos empezamos a bañar y escuchamos que Billy y Andrej estaban conversando al otro lado de la puerta, cuando salimos del baño ellos nos miraban con sus miradas de que sospechaban algo, David alzó la voz.
—Qué dormilones son.
—Sí, miren, ya son casi las tres de la tarde, vayan a ducharse, tenemos que salir a divertirnos.
Ellos seguían viéndonos con miradas sospechosas y sonrisas burlonas, como si supieran lo que hicimos, David y yo nos miramos y nos pusimos rojos. Andrej jaló a Billy diciendo que ya es hora de bañarse para salir, que la diversión aún no acaba.
Mientras nos vestíamos otra vez me sumí en mis pensamientos, pensaba qué es lo que sucedería después de este fin de semana, pensé en decirle a David que venga conmigo a donde sea y estemos juntos siempre, pero también estaba la duda si aceptaría eso, él siempre ha sido apegado a su familia, he sido testigo de cuánto los ama a pesar de que ellos lo traten mal, reiteradas veces se lo he dicho “Debes ser tú mismo, tu familia no te puede tratar de esa forma”, pero era como hablar con la pared en esa situación, no me hacia caso, daba todo de él para ellos sin recibir nada a cambio.
—¿Qué tal me queda esta ropa?
—Te ves muy lindo David.
—Gracias cariño, tú te ves espectacular.
—Pero si solo es un short y una camiseta, que exagerado.
—Igual, para mi te ves maravilloso Sander.
Billy y Andrej salieron de la ducha y se vistieron rápido para salir de aquel hotel acogedor, salimos de la habitación, nos miramos a la cara todos como si pensáramos lo mismo “Estamos listos para esta nueva aventura”, el señor del hotel se nos acercó y nos deseo todo el éxito que pudiera haber al mismo tiempo que me devolvía mi documento. Cuando salimos del hotel nos quedamos mirando otra vez, porque no sabíamos dónde coger un taxi, según recordamos llegamos a este lugar caminando, mientras caminábamos me puse a pensar en lo que nos dijo el señor del hotel, me dije a mi mismo que aún existen las personas buenas en el mundo, otras nos juzgarían sin pensarlo dos veces; sin darme cuenta llegamos a un lugar y estuve perdido por unos segundos.
Capítulo IV
—¿Dónde demonios estamos?
—Tranquilo soñador.
—No digas eso Billy.
—Bueno, pero igual tranquilízate, además Andrej dijo que este lugar es hermoso ¿Verdad mi amor?
—Sí, así es, pero esperen a llegar al lugar en específico, queda a unos cuantos metros de aquí.
—Está bien —dije—. Pero rápido que hay demasiado sol, está que me mata y a David le puede dañar la piel.
—Qué romántico resultaste —dijo Billy burlándose—. Cuidando de tu noviecito.
—Por eso lo amo —dijo David abrazándome fuerte y besando mi mejilla.
Seguíamos caminando hasta que llegamos a un oasis, no tan espectacular para mi gusto pero tenía su encanto, más adelante pude ver una tienda y se los dije a los chicos a lo que todos fuimos rápidamente para conseguir algo helado y bebible; cuando entramos a la pequeña había un perrito lindo, me acerqué para acariciarlo pero me empezó a gruñir, David se le acercó y realizó un ademán que hizo que el animal se calme.
—¿Cómo lo hiciste?
—Son cositas que se aprende en la vida mi amor —dijo burlándose.
—Que asco, homosexuales —dijo Billy riéndose.
—Cállate —Andrej jaló a Billy y lo besó.
—Ahora todos somos gays —dijo David riéndose.
Todos empezamos a reírnos mientras que nadie nos atendía aún en la tienda, David toca de nuevo esperando a que alguien responda y salió una señora que parecía amable.
—David —dije susurrando—. Yo quiero agua pura pero fría.
—Está bien cariño, ahora le digo —me mira de forma dulce—. Señora por favor me da dos botellas de agua pura bien heladas, si es posible que tengan hielo.
—No hay problema hijo ahora mismo se los traigo, ¿Querrán algo tus otros dos amigos?
—Billy, Andrej ¿Quieren algo pregunta la señora?
—Queremos dos gaseosas heladas —dijeron al unísono.
—Eso quieren señora, si fuer tan amable de traerlos, el calor es totalmente infernal ahora a pesar de que ya es tarde.
—Sí hijo, aquí siempre es así, incluso en las noches hace calor —seguía conversando con nosotros la señora mientras buscaba nuestro pedidos.
La señora seguía hablando con nosotros mientras veíamos qué más comprar de la pequeña tienda, pero a pesar de su tamaño estaba muy surtido, cogimos unas galletas, algunas pasas co maní y almendras, creo que le dicen frutos secos.
—Bueno niños, aquí están las bebidas, para ti y para tu hermano.
—Señora —David miró a la señora—. Él es mi novio.
La señora se quedó callada, no sabía qué decir, en sus rostro se le notó claramente lo perpleja que estaba, entonces poco a poco iba frunciendo las cejas.
—¿Pueden retirarse de mi tienda por favor?
—Pero señora, somos su clientes, le estamos comprando.
—No me importa, retírense por favor, no es necesario que paguen nada, solo largo de aquí.
—¿Qué pasa David? ¿Hay algún problema?
—Al parecer la señora se incomodó cuando le dije que eras mi novio.
—Vaya, que tenemos aquí, a una persona de mente cuadrada.
En ese instante tomé la mano de David atrayéndolo hacia mi y lo besé frente a la señora, se enfureció demasiado que hasta nos dijo que iremos al infierno, David y yo empezamos a reírnos de lo que decía y noté que Billy estaba grabando todo.
—Qué lindo se vieron, estará en todas mis redes sociales, serán tendencia —lo decía mientras se reía del suceso.
—No creo, seguro habrán mejores vídeos con otras personas y en situaciones más románticas —le dije sonriendo.
—¿Y eso qué? Nosotros somos los del vídeo, así que para mi es suficiente y mucho mejor —me dijo David acariciando mi mejilla.
Salimos de la tienda riendo y obviamente con las cosas que pensábamos comprar pero que la señora “amablemente” nos dijo que no paguemos nada, estuvimos caminando dies minutos más y aún no llegamos a ese bendito lugar que tanto nos decía Andrej. Yo había notado que estábamos caminando en círculos, pensé que estábamos perdidos o algo por el estilo, Billy ya se estaba irritando y su novio lo calmaba diciendo que ya íbamos a llegar.
—¿Cuándo carajos vamos a llegar? —le puso más énfasis en su grosería—. Me tienes dando vueltas desde hace rato ¿Pensaste que no me iba a dar cuenta? Ya dime que estamos perdidos y no sabes lo que harás —Billy como siempre queriendo iniciar una discusión.
—Mi amor sé paciente —le besó la frente a Billy—. Solo espera unos minutos más.
En ese momento sonó el teléfono de Andrej.
—Hola ¿Ya está todo listo? Ok gracias, ahí voy.
—¿Quién te llamó? —Billy lo miró sospechando, se nota que es un celoso sin remedio, pero Andrej no le hace a lo que dijo.
—Bueno, ya llegamos, entremos de una vez por favor.
—¡¿Que carajos?! Hemos pasado por aquí como cinco veces más o menos —Billy lo dijo muy molesto, pero Andrej lo tomó de la mano y lo llevó hacia adentro del inmueble.
Al entrar todos nos quedamos muy sorprendidos, no era un lugar tan grande pero tampoco para nada pequeño, pero era demasiado hermoso, lo suficiente como para hacerme sentir un pequeño hormigueo en el pecho. Se nos acerca un muchacho aproximadamente de nuestra edad, nos saluda cordialmente, lo cual se me hizo extraño, ni siquiera somos adultos ricachones.
—Bienvenido señor Andrej disculpe por la demora, todo estaba listo como lo había pedido con anterioridad, la situación es que habían algunos clientes no salían aún del hotel.
—No te preocupes por eso Luis, el lado positivo es que ya nos podemos quedar con este lugar por una semana, agradezco mucho tu apoyo y también el esfuerzo que le pones a tu trabajo como siempre.
—Un placer y gracias; por cierto señor Andrej, su padre me dijo que le diga que disfrute del lugar tranquilamente, él se encargará de cualquier gasto que haga.
—Bueno, en primer lugar, deja de lado tanta formalidad solo dime Andrej y segundo, dale las gracias a mi padre de parte mía; y tercero y último, con esto ya acabo, llama a tu novio a que pase las vacaciones con nosotros, este lugar está abastecido para seis personas, nosotros solo somos cuatros.
En ese momento Luis se quedó sin habla, también estaba sonrojado, quizá sea por el hecho de que Andrej le dijo que traiga a su novio directamente frente a nosotros, pero empezó a sonreír.
—Muchas gracias señ… —Andrej lo miró directamente para que pare—. Muchas gracias Andrej, perdón —dijo Luis corrigiendo su oración anterior.
—No tienes nada qué agradecer Luis, siempre me haz salvado de las peores, para mi eres como un hermano, muchas a gracias a ti más bien.
Los demás estábamos callado, incluso Billy, sinceramente nos dejó perplejos, era un acto muy lindo lo que presenciamos. De repente me jalaron de la mano y quien era el culpable de eso era mi novio David.
—Corre, corre, corre —me lo dijo rápido y susurrando—. ganemos la “Suite Presidencial” —esto lo dijo parodiando la voz de un señor inglés.
Comencé a reír y lo seguí corriendo hasta el último piso, que por cierto este edificio solo contaba con tres pisos, pero aún así lo hicimos. Al llegar había una habitación muy hermosa y bien amplia, tenía una ventana y fuera de esa venta estaba el balcón, donde podíamos ver la pequeña ciudad de ese oasis, si de día se ve muy hermoso no me imagino cómo será de noche. Nos acostamos un rato en la cama mirando el techo David y yo, empezamos a hablar jugando el ritmo de las palabras, un buen rato, luego nos dimos cuenta que ya estaba de noche.
—Sander, tengo hambre, salgamos los dos a conocer un poco esta ciudad y de paso buscamos un lugar donde haya comida.
—Me leíste la mente, pero antes quiero bañarme, me siento pegajoso.
—Lo haré yo también, vamos juntos.
—¿Estás seguro? —lo miro provocativamente—. Ojo, ya no hay vuelta atrás.
—No seas tonto, solo una ducha rápida, que tengo hambre.
—Está bien, vamos que yo también quiero salir rápido.
Nos duchamos de lo más tranquilos, él me secó el cabello y yo el suyo, elegimos ropa ligera, esa señora del demonio tenía razón, a pesar de que sea de noche hacía calor, David ya estaba listo y yo estaba buscando unas zapatillas.
—Sander solo ponte las sandalias, además nadie te conoce aquí.
—Es que me gustan las zapatillas.
—A mi también, pero me gana el hambre, vamos.
—Bueeeenoooo, ya me pongo las sandalias.
Salimos de la habitación y nos dirigimos al primer piso mientras conversábamos como siempre lo hacíamos, eso era lo bueno de nosotros, siempre había algún tema de conversación del cual hablar, así no nos aburríamos nunca.
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