Ahí está envuelta en agua y sal

Mirada profunda en el vaivén del mar

Llegó despues que hicieran lo que quisieran

Sin darse cuenta de que hay otras sirenas

Ni venganza ni rencor simplemente añoranza de amor

Como la mujer que la parió quedó en pausa su agotador dolor

Rodeadas de Plegarias al cielo y a Dios

Ya no hay miedo ni dolor

Ayuda de videntes que no la ven

Y pasan los siglos en busca de la perdición

Sin embargo ella ya los encontró

Se repiten los mismos testigos mudos que no saben que hacer

Pero las sirenas nadan hasta donde quieran

Ya nadie las encuentran pues ellas no quieren que las vean tan hermosas y misteriosas

Pues prefieren llegar al cielo por el arcoiris desde el mar eterno.

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