Querida rosa de espinas con campanillas de cristal
Que en la noche me has de visitar.
Siempre que cae la noche y allí estas tú
Mi fiel compañera de luna llena
Que como una sombra ligera, se presenta sin pena.
Pasan y pasan las horas y siempre estas en la ventana
Usando como collar aquella cadena pesada
Que esta atada con espinas a mi pequeña espalda
Tu mi hermosa amante
De este amor prohibido
Que me daña lentamente y me funde en el olvido
-Por favor déjame descansar- Le dije a mi amante de la ventana
Que cuando es de noche me mira con esos ojos de oscuridad infinita; se acerca lentamente y me besa mi mejilla
Dejando que sus labios me quemen lentamente, haciendo que arda
aquella llama que me llama desde la distancia.
-Déjame estar hasta el doloroso despertar del sol- Dijo cuando una lagrima marcaba el reflejo de la luna
Siendo ella el único testigo de esta placentera tortura.
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