Léeme cuando me quieras contigo.

Ya no estoy para ti y lamento tener que decírtelo por medio de esta carta, pero aunque ya estoy preparada para dejarte ir, no me es fácil verte a los ojos al momento de soltarte.

No busquemos un culpable, nuestra relación se rompió en el momento exacto en que dejamos de comunicarnos y en el que el tiempo en una combinación con el olvido empezaron a hacer lo suyo. Te fuiste sintiendo distante aun cuando te tenía al lado, abrazándome o susurrándome palabras cálidas que se sentían frías.

No intentes arreglar o coser algo que se quebró desde la raíz, es inútil y solo te harás más daño del necesario. Te ame en su momento y de alguna manera todavía lo hago, pero allí está el problema, amo lo que fuimos; los efímeros recuerdos de un nosotros que parecen sacados de un realidad alternativa en donde aún te sientes cálido, en donde tu calor aún me abraza.

Quédate con eso, con breves souvenir de cada instante en que estuvimos juntos; ellos podrán traspasar las barreras del olvido y quedarse en eso que llamamos memoria quizás por una corta eternidad o tal vez se conviertan en tatuajes que nuestras almas atesoren de un amor irreal.

By: E’C’ 🌻