Cuando se bajo del omnibus y miro a sus costados , estaba todo desierto, el unico sonido era el estruendo del motor de ese omnibus viejo y castigado, pasaba por ahi cada tres dias.
Comenzo a caminar hasta donde solia ser el «casino» donde tantas veces creia haber perdido hasta la dignidad misma jugando ahi, estaba en ruinas, desolado, silencioso, a no ser por el cartel de comidas al paso que colgaba de un lado y chillaba con el movimiento del viento, al menos el viento permanece aqui penso antes de seguir caminando.
Cuando llego a la plaza principal, donde enfrente se encontaba ella, su antigua casa, su casa,
saco del bolsillo derecho de su uniforme un pañuelo blanco, se agacho y limpio suavemente el barro de sus altas botas negras.
Se paro y continuo el camino, entro en ella , recordo, sus risas, sus llantos , como jugaba, como dormia de verdad, su casa la niñes y parte de su adolecencia , hasta que por causa de la guerra se tuvo que ir.
Antes de entrar, se seco unas solitarias y martirizadas lagrimas y se dispuso a entrar,
como todo estaba en ruinas, las paredes el piso , el techo , sus sueños , lo que no estaba en ruinas habia desaparecido, como su ilusion , como su familia, les escribio cartas pero nunca recibio respuesta , en medio de tantos pensamientos , un sonido lo trajo de vuelta , el conocia ese sonido,
era la campana de la Iglesia de San Felipe , la unica en todo el pueblo.
El corrio cruzando toda la plaza otra vez , llano de ilusiones y con todas sus fuerzas golpeo sus puertas pero nadie respondio, el sintio una presencia que lo obserbaba desde el campanario , penso en el Padre Miguel. y sus enseñansas en las misas y lo que le contaba su madre, de que nunca esa Iglesia le nego la entrada a nadie , por mas perdida que estubiera esa alma pero a el no le abrieron las puertas.
Entonces se sento en la calle , sus botas estaban sucias pero ya no las limpio, se quito el uniforme y lo quiso prender fuego pero de la nada una tormenta aparecio, entre la lluvia y las lagrimas vio como el uniforme permanecia ahi y nunca podria desacerce de el.
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