Duelen tus palabras más que tus actos;
Lo que has hecho mal al cabo se exime;
Lo dicho aguanta hiriente y no redime;
Ergo, no digas todo, no hables tanto.
Concluyendo el trillo más pesa el callado
Que aquel que por hablar no se contuvo.
Mejor se mira a quien su lengua detuvo
Cuando propicia fue la ocasión de daño.
Más conviene un golpe que un insulto;
Duele menos la nariz al quebrarse
Que el daño inoculado en una frase.
Carga tu boca más saña que tu puño.
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