Nunca cambies..

Todos alguna vez lo pronunciamos o nos lo dijeron. Lo importante detrás de estas 2 palabras era remarcar aquello que nos hace bien recibir de esa persona que aporta de forma valiosa a nuestra vida, y cuando nos lo dijeron fue por resaltar una de esas cualidades que nos hace seres trascendentes.

Si nos detenemos a pensar por un instante, cuando nos dijeron «nunca cambies», antes de este hecho cambiamos tanto que siempre hubo un punto de inflexión para marcar un antes y un después. Estamos cambiando constantemente y aun conservando nuestro niño interior por cada experiencia vivida, hacemos o dejamos de hacer ciertas cosas.

Y es que las cosas o situaciones, como sea que decidamos denominarlas toman un peso dependiendo del significado que le demos. Cuando saludas a las personas que quieres y amas, al acto lo cierras con una gran sonrisa y cuando te despides lo haces igual. Al llegar a algún lugar, saludas con claridad para hacer notar tu presencia y también para ser respetuoso con quienes compartirán un espacio contigo.

Y un día inesperado, presenciando un accidente en donde una persona acababa de perder la vida, no era necesario tener varias horas para pensar lo que estabas haciendo al convivir con tu familia, amigos e incluso contigo mismo. Pues en menos de 5 minutos pasa por tu mente lo que has hecho y lastimaste a alguien y el rostro de quienes también te hicieron daño. Sufres una catarsis.

Y de todas las veces que lograste callar a tu mente, ese preciso instante generaba un silencio que se propagaba hasta lo más hondo de tu existencia y el sonido de la ambulancia recogiendo el cuerpo de la víctima no se podía escuchar, el llanto de los familiares de quien murió para ti eran gestos sin sonido e incluso el tráfico parecía haberse calmado, aun cuando había gente apresurada por transitar el lugar de los hechos.

La culpa, palabra tan pequeña, pero tan abusada por la sociedad para echar todo aquello por lo que no se responsabiliza a quien este más cerca o a quien le convenga, pudo haber sido lo que invadía tu existencia en ese instante, pero no es así. Ese lado consciente que hace parte de nuestra vida se despierta y hace un desorden emocional para aclarar lo que estamos haciendo de forma inconsciente y al final terminamos diciendo que es nuestro destino.

Entonces, si se pudiera volver el tiempo atrás para cambiar aquel acto en el que más he dicho «nunca cambies». Y luego de un gran abrazo, estaría genial poder decir…

Cambia, cambia todo aquello que requieras

cambia, todo lo que no te permita ser tu mismo

cambia, no porque alguien te lo diga, sino por ti

cambia y conserva lo que te haga sentir bien

cambia si eso te ayuda a construir tu ser y no solo enfocarte en el tener…

En pocas palabras, «sigue siendo único»…

Entonces, la próxima vez que alguien cumpla años o me dé un aliento de vida… Un «nunca cambies», lo trasformaré a un «sigue siendo único»

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS