De pronto escuché unas voces, eran dos pequeñas que observaban a una pareja de adultos mayores que leían un libro, -Sofía, ¡mira ahí estoy de grande!, mientras Sofía respondía, -lo sé, se que a tu viejo también le gustará leer muchos libros y que te dedicará muchos poemas, así será tu viejo, mientras ella solo asentía con la cabeza y dijo:- sí, pero esas cosas ya no pasan… Natalia había decidido tomar unos días con Jaime, en aquel lago, quería recordar aquellos momentos de cuando eran jóvenes y solían caminar por el parque, mientras observaban los resquicios que se colaban entre las hojas de los árboles. Jaime sólo quería un momento para descansar del mundo caótico en el que vivía y estar con Natalia. Aquella mañana tomaron un par de libros y salieron al lago, Natalia no había podido dormir bien, había estado recordando todas las veces que no había disfrutado de su juventud, y trataba de justificar todas sus acciones con estúpidos argumentos que ahora ya no tenían sentido. Eligieron el lugar perfecto para descansar y leer, aunque Natalia no tenía tantas ganas de leer observaba a Jaime parecía un hombre muy ensimismado, atrapado en el mundo de las palabras, tal y como lo conoció cuando tenía 18 años, de pronto Natalia desvío su mirada hacia dos pequeñas que nadaban perfectamente y sonreían entre ellas, al mostrar todas sus habilidades dentro del agua, en ese momento Natalia ha imaginado en los futuros momentos que le esperaban a estas pequeñas, en las decisiones que pudieran tomar cada una de ellas y que cambiarían el rumbo de su vida, ¿Qué decisiones había tomado Natalia, para sentirse así ahora? y Jaime por que se mostraba así, tan ausente, tan alejado de Natalia, ambos quería hablar pero nunca podían hacerlo. Entre los tiempos algo estaba cambiando, en cada una de estas personas y quizá nunca lo sabrían, tal vez este momento era imprescindible para tomar futuras decisiones y construir recuerdos especiales para sentir e imaginar lo que puede ser y lo que no fue.
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