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El caballo que cabalgó corre de manera tan rápida que el viento que pega en mi rostro se siente como el azote de mil abejas, más este solo es un pequeño plus para mi viaje a la montaña de lo incomprensible y lo desconocido. Ahí donde duendes, hadas, elfos, ogros y fénix habitan. A pesar de que el astro de fuego esté en el punto más alto, me atrevo a soñar con los hermosos paisajes que las montañas me aguardan, desde un río, hasta los árboles más altos, las flores, los animales que jamás he visto, incluso con algún canto de los seres místicos. Me es una dicha poder soñar, tener el don de soñar despierto en pleno día y no tener que esperar a la gran perla dueña de los cielos obscuros. Aún falta mucho camino y el astro de fuego va desvaneciéndose por detrás de los cielos, para darnos un poco de luz blanca, pero a pesar de ello, mis ganas de conocer el bosque de mis sueños no se marcha, al contrarío este aumenta. Nunca he azotado a mi fiel caballo para que corra, sólo que mi gran pasión de querer llegar lo más pronto posible me obliga a hacerlo por primera vez. Hacer esto me duele, sin duda el hombre daña con su poder. Prometo que cuándo volvamos a casa jamás lo volveré a hacer. El caballo corre con gran furia que esto ya no se compara con el correr de un tigre o de un chita, ni siquiera al de un pegaso. Si no con el vuelo de un fénix que deja rastro de llamas con su pasar en el filo de los cielos. Sus patas van arrollando el suelo y en el no solo deja sus huellas, sino el alma y las llamas de una pasión que es la de servir a su amo.
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La montaña parecía lucir estar más cerca. Sé podía ver como ella se acercaba, su altura era realmente impresionante. Que en mi mente de caballero pensé que se podía tratar de un gigante durmiendo. El ver el juego de las nubes con el brillo de la luna es un verdadera locura, como las que me dijo el mago cuando le dije que vendría. ya que el paisaje parecía más una pintura hecha por las manos de un pintor que sirve al rey. El andar de mi caballo parecía interrumpido hasta el momento que tropezó con una gran piedra, pero eso no nos freno, ya que la pasión de ambos nos incentiva seguir con nuestro destino. No le permitió caerse, sino tomar mucha más fuerza. Los rayos del astro de fuego golpearon el camino y los cielos, realmente esta es una aventura única, como la furia de mi fiel caballo, que corre con tanta pasión, realmente admiro como fluye su andar como el agua del rio y su fuerza como el azote de la cascada.
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Hemos llegado a las faldas de la montaña y realmente es hermosa. Sus arboles son algo realmente fenomenal, ya que sus tamaños se comparan a la torre donde mi amada aguarda. sus hojas son de distintos colores, algunas lilas, otras blancas, inclusive rosadas. El pasto esta medio seco, pero la magia del astro de fuego lo hace ver fenomenal. La estela de luz que hay en el ambiente abraza con un calor acogedor. Y esto nos incentivo a seguir con nuestro recorrido. He seguido cabalgando, y no he avanzando. Esto lo digo por que pareciera que camináramos en círculo. Por mucho que cambie la ruta, vuelvo al mismo punto de inició. Las horas pasan y me duele ver que la montaña no me deja adentrarme a ella. Me he resignado a seguir cabalgando, ya no tiene sentido caminar en círculos, es mejor volver. Me montó de nuevo a mi caballo y abrí caminó por donde vine y justo cuando avance con el corazón hacho añicos. Puede ver el motivo del porqué no llegue a mi destino. –Aun par de metros ya hacia mi cuerpo y el de mi caballo tirados en el camino–. Aquí entendí el por que no conocí los secretos de la montaña. Realmente es reconfortante saber que a pesar de que el caballo callo cuándo tropezó y nos matamos de manera instantánea. Nuestros corazones seguían vivos por un sueño. Ahora solo me queda agradecer a mi fiel caballo por no abandonarme.
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Ahora nuestro último viaje es al paraíso y para este destino no llevamos prisa. Y eso se nota, ya que volamos por los cielos apreciando desde lo alto lo pequeño que es nuestro mundo. Cabalgamos por todo el mundo sin rumbo alguno. Ya se hizo noche y las estrellas se logran ver en el lienzo de los cielos, creo que es hora de marchar al mas allá, a lado de mi caballo que es mi mejor amigo.
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