
Ofelia Berrido es una novelista, poeta, crítica y ensayista dominicana, nacida el 26 de julio de 1951 en la Ciudad de Santiago de los Caballeros. Al leer sus escritos, refleja su preparación académica con un tono comprometido a lo que habla y aportando crítica constructiva en ellos. Estudió medicina, administración de negocios y comunicación. Es una persona interesada por la mística, así que, si prestamos atención al texto que comentaré a continuación podremos apreciar más detenidamente que le interesan los asuntos referentes al alma y el crecimiento interno del ser humano.
Hay una parte en su texto La Necesidad de una Escuela tipo Pitagórica en la que dice: ‘‘Volvamos a un tipo de educación rica en sabiduría y que encamina al ser humano hacia un futuro promisorio porque le enseña a pensar, a discernir, a desarrollar un pensamiento crítico y a ver más allá de las apariencias’’, se puede interpretar en la parte ‘‘volvamos’’ que el tipo de educación pitagórica fue una de sus influencias en su juventud o en su infancia, pareciera que este tipo de educación moral la ayudó a progresar, a destacarse y estudiar múltiples disciplinas. Aborda los temas de forma llana y comprensible, utilizando un lenguaje preciso y cito otra parte del escrito mencionado anteriormente: ‘‘…libre de todas las lacras que amenazan constantemente nuestra sociedad’’, aquí hace uso de un término muy directo, que se refiere a personas que provocan conflictos en la sociedad y lo utiliza para aportar secuencia a lo que desea transmitir. Incita a la sociedad a optar por la prudencia y al examen introspectivo. Tiene una actitud objetiva, no busca ofender, sino construir a base de buenas críticas como mencioné anteriormente.
El texto está escrito en forma de prosa. No utiliza la métrica o la rima, que son normalmente utilizadas en los versos. La autora expresa sus conceptos e ideas sin la necesidad de un ritmo, sí existe cohesión en lo que indica, pero no de manera afianzada a las normas del verso. En general, este es un texto didáctico, porque tiene como objetivo enseñar y educar al lector.
La Máxima de la Escuela Pitagórica es la siguiente: ‘‘en tanto tus palabras no sean justas, armoniosas y sabias y tengas el poder de ayudar a los demás te será más beneficioso callar’’. El lírico recital de versos aéreos al sol saliente era un elemento fundamental para el meditar de los Pitágoras (Epíteto).
Esta filosofía optaba por examinar la conciencia diariamente para inferir de la mejor manera posible en la sociedad. Si regresamos a este tipo de educación Pitagórica, nos aguarda un futuro promisorio que encamina a la sociedad a tener un pensamiento crítico y a contemplar más allá de lo externo. Limitemos a la sociedad de muertos en vida que cada día con frustración, hedonismo y agresividad es la protagonista del crecimiento (Personificación o prosopopeya).
En el texto es evidente el uso de palabras cultas. También podemos apreciar palabras pertenecientes al lenguaje coloquial pero que son de poco uso, tales como: juventud, sabio, beneficioso o frustrada. La palabra máxima
que se refiere a un principio o regla de conducta, es usual, pero varía en sentido según el contexto; esta palabra en la mayoría de las ocasiones solemos utilizarla para referirnos a algo que está en primer lugar o es lo más importante, pero su posición en el texto infiere en su significado, como también ocurre con otras. Podemos apreciar elementos contrastantes en el texto, como signos de exclamación, dos puntos, comas y numeración romana. Y para concluir: Necesitamos retomar el sistema de la escuela tipo pitagórica para poder aportar hombres y mujeres preparados a la sociedad, capaces de ayudarse a sí mismos y que ayuden a la sociedad que tanto los necesita.
Rosana Sena Ferreras
Estudiante de APEC
Agosto 2021
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