Enciéndeme, devórame, penétrame e introdúceme al aprendizaje de tus labios, sumérgeme en el y en la voluptuosidad de ellos.
Llega, llega como nadie jamás ha llegado al clímax, conviértete en la lectura rápida y sin ser capciosa;
manifiéstate en cada rincón de mi piel, y en los de mi razón también.
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