
Muchas veces lloré sin razón alguna, sintiéndome culpable por cosas que suelen suceder.
No estaba en mi momento, lo acepto, no era lo mío. Lo que tuvo que pasar en aquel entonces fue una absurda combinación de emociones, sin darme cuenta de la imperfección perfecta de un ser evolucionando.
Aunque expresé mis sentimientos, no dije ninguna palabra que confundiese.
SAMI A OTRO NIVEL.
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