Te escribo cada noche como si fueras a leer mis mensajes, aunque sé que no los leerás, me despido de ti todos los días, aunque sé que eso no pasará. Intento alejarte de mi mente, pero siempre estás, no importa que haga, siempre estas conmigo.
Me siento tan cansada, cansada de reír sin disfrutar mi risa, cansada de conocer personas por rutina, cansada de dormir y soñar contigo, de despertar y saber que no estas conmigo, de ser consciente que no me quieres, que no me extrañas, que soy una piedra en tu camino.
Me encantaría tomar un vuelo y no volver a saber de ti jamás, o de simplemente disfrutar la noche como lo hacía hace 3 semanas atrás. Amaba las estrellas, ahora me recuerdan a ti, amaba tus buenos días, ahora simplemente no quiero conectarme, amaba contar mis historias, ahora no tengo a nadie para que las escuche, amaba llorar y odiaba reír, ahora quiero dejar de hacer lo primero para sentir un poco de felicidad. Te estoy odiando, y siento que no lo mereces, tengo toda la culpa pero no quiero sentir que te tuve y te dejé ir por simplemente ser yo misma.
La vida se me va, y no sé como quedarme, estoy intentando todo, pero juro que nada me hace sentir estable.
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