Quisiera cerrar los ojos y no abrirlos más.
Para así no encontrarme con mis lamentos escondidos
Que aúllan sin voz audible dentro de mí ser.
Lamentos de dolor, furia y venganza
Reprimidos en mí ser,
se retuercen en mis entrañas como serpientes venenosas
Que solo buscan engullirme.
Quisiera cerrar mis ojos en un eterno sueño,
Y así alejarme de la realidad que me lastima sin piedad
Desde el amanecer.
Sombras que enlutan mi alegría,
vagan en mi alma y se apoderan de mi Ser.
Mi alma grita desesperadamente ¡libertad!
Pero su voz se ahoga en un río cenagoso sin salida
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