Invisibles

Hace tiempo que no escribo mis pensamientos, solo hay borradores que dicen tenerlos  encerrados entre líneas pero son de hace meses que ni siquiera  recuerdo ni quien fui ayer, y hoy la melancolía de la noche me hace escribir este intento de escrito que es más un conjunto de ideas tristes que cualquier otra cosa literaria. 

¿Te has sentido invisible?, si la respuesta es si, deberías seguir leyendo. Sentirse invisible no es simplemente una metáfora, es una realidad que no creo que muchos entiendan; en mi caso, nunca he sido visible para las personas, y muchas veces he culpado mi aspecto físico o la manera en la que me manifiesto, y me lleno de reproches acompañados de frases como: «si tan solo fueras delgada, o si tan solo pensaras de otra forma», y es cuando me cuestiono si realmente alguien lo notaría pero será porque ¿busco la aprobación de alguien?, no sé, espero que no sea el caso.
Aun no me rompen el corazón y creo que ese es el problema, ¿acaso no tengo lo necesario para que alguien me ame? y sé que suena muy dramático pero pareciera que no soy el tipo de nadie, y es por eso que a nadie le causa curiosidad conocerme, conocer mis pensamientos extraños de las dos de  la mañana, conocer mis chistes malos que intentan romper cualquier silencio, conocer quien realmente soy.  Y bueno, soy consciente que suena muy raro que pida a gritos un arañazo al corazón pero si somos sinceros, todo mundo lo necesita, porque sino ¿Cómo aprenderías a respirar el amor?, si un arañazo al corazón fuera tan fácil de conseguir, venderían la cura para los corazones rotos en cualquier lugar. 

Que estamos destinados a encontrar a nuestra otra mitad, pero según ¿quién?, tal vez solo lo pensamos como cura a nuestro mal de amores o algún tipo de ilusión,  y solo fingimos no estar esperando pero la realidad es que solo vivimos de espera, vivimos de imaginar escenarios inexistentes con personas que ni siquiera saben de nuestra existencia y vivimos con la idea de ser rescatados algún día; que solo es cuestión de tiempo, dicen. 

En realidad, eso es la esencia del amor, la increíblemente agotadora espera, porque la teoría de la otra mitad es cierta, llegará alguien con el que no te moleste compartir el oxígeno, alguien con  el que los reproches sobre tu físico simplemente sean absurdos, alguien con el que sea fácil caminar por las calles de la ciudad y te de arañazos al corazón para que vivas toda la experiencia del amor. Y con estos fragmentos de mis pensamientos de medianoche me despido de la agotadora espera.