Cada mañana al despertar me topaba con la remembranza que viví contigo. Me tomó un tiempo entender que dejarnos fue lo mejor, que permanecer juntos fingiendo amor solo nos hacía daño. Tus caricias decían que me quedara, pero tu actitud, que me fuera. 

Nuestra contienda cada vez era menos, las recreaciones ya no eran divertidas, nuestras pláticas pasaron de ser interesantes a discusiones sin sentido; y así fue como se acabó el deseo de seguir juntos. Lo mejor de esto fue habernos amado con dolor, porque aquello fue verdadero aunque haya durado poco. El amor con dolor se paga y la nuestra no fue una excepción.  

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS