oh, Dulce, mi cabeza es un lugar aterrador

Dulce, querida, acércate, tóma mi mano aún cálida, la carne sigue bajo mis uñas y tu inocencia ya no existe

Entonces ya no grites, Dulce, que entre tu sollozo y mi putrefacta voz hay un infierno tan bonito

Dulce, me haces llorar, pero es tan adorable hacerlo debajo de tu falda

¿Por qué no sabes tu valor? Dulce, calla, aturdes al diablo

Niña, mi garganta está algo sucia 

¿Entiendes ahora el valor de tu sangre?

Dulce, nunca quise, nunca quise. 
Pero el romanticismo es algo tan idiota… 

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