Diarios de Campo: La suma de lo callado 24/6/21

Creo que llegué más puntual que a todos los millares de compromiso que aplastan mi vida, por que deseaba conocer desde otra orilla aquellas mujeres que han sido víctimas de tres desgracias en su vida : tener gónadas intraabdominales, ser migrantes y el COVID-19.

Ahí estábamos, en una orilla mujeres que dolorosamente confesaron “ estamos bien, pero no somos felices “ y en la otra una que desde su visión guajira había roto interseccionalidades.

He estado en muchos escenarios con pacientes críticamente enfermos , donde le he pedido al cielo por su recuperación por que ya mis esfuerzos terrenales y la ciencia se han quedado corto , pero hoy le pedí con más fe que nunca que no me temblaran las piernas , que no se me cortará la voz, que me levantara erguida , que pudiera resistir los discursos desgarradoramente desbordados de aquellas en las que se conjuga las desigualdades e inequidades de dos patrias. Pero esta vez el cielo parcialmente me escuchó, tal vez porque debía llorar al ver a otra mujer llorar, mi salvavidas un tapabocas N95 , que ocultaba un poco lo que nos dolía a todas.

Y bueno arrancó todoooooooo, ví un par de mesas , las convertí en una frontera , luego las hice saltar entre sus expectativas y la aplastante realidad… y fue entonces cuando la verdad afloró, no son putas, no son venecas …son mujeres que vieron antes sus ojos caer su vida , que migraron y desmembraron su familia y su tejido social, que la soledad las desdobla por las noche y las aplasta en el día , que las horas sin tener nada en los bolsillos pueden ser una constante, que la cotidianidad las hace pensar por inercia en volver o en la nada , que de nosotros solo piden empatía y del estado cumplimiento de acuerdos internacionales.

Vamos Derechos Humanos y discurso políticamente correcto , podemos hacer más por aquellos que invisibilizamos en la calle.