Corazón roto por tus palabras,
me rompo en tres al verte con él,
en ese mismo lugar donde nos prometimos
amar hasta la muerte.

No podré verte a los ojos porque te fallé,
no cumplí nuestra promesa de jóvenes inexpertos
en esto del amor. Ahora te comprometes con él
para ser feliz. ¿Para qué debo intervenir,
si es lo que debo exigirte?

¿Cómo hacerte olvidar cada emoción y pasión
que sientes por él? Te dejo volar,
como las golondrinas de esta pequeña jaula
donde te dejé morir. Pero llega él
y te salva de tu penitencia de tenerme a tu lado.

No digas que no pedí perdón hasta el último día
de tu despedida. Me arrepiento de haber sido
un perro que te busca por comida y refugio,
sé que vales más que eso, querida mía.

Esta será mi última carta,
te prometo ya no ser una carga más para tu vida, cariño.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS