Te quiero a montones.

Te ruego entiendas que te quiero.

Te quiero como para despertar cada día de mi vida y poder sentirte sobre el mismo suelo, que importa, sin almohada, pero contigo no me faltaría nada.

Te quiero como para descubrirte mis secretos en la alcoba de la casa, que sepas un poco de mi pasada vida, para colocar cada vez más mi confianza en ti.

Te quiero como para que se mojen nuestras cabezas bajo la lluvia, para que se llenen nuestras espaldas de la arena del mar, para que nuestra ropa se llene del césped que yo aquí nunca tuve.

Te quiero como para que en luz o en oscuridad de habitación, se refleje en tus ojos mi cuerpo al aire, como para que con mis dedos juegue con tu piel, que te rías y me sigas queriendo ver.

Te quiero como para que cuando amanezcan mis ojos llenos de lágrimas y los tuyos llenos de penurias, podamos con una calidez inexplicable, poder abrazarnos, que nos inunde el llanto, pero jamás estando solitarios.

Te quiero seguir escuchando cuando cantas, aunque tu mente solo piense que ni una nota en la música logres entonar, oh cariño, yo no halago a nadie que no me haga suspirar, sigue cantando por cien años más…

Te quiero para toda la vida, te quiero hasta morir.

Te quiero seguir viendo, todo lo que mi vista me permita disfrutarte, sentados en la banqueta de la casa, con la luna sobre nuestras cabezas, con la comida sobre nuestros vientres… con nuestros pies para bailar, para cantar canciones bohemias, te quiero de aquí, hasta allá. 

Por ello te quiero a montones,

y por ello también te amo.

-Kristel.