Que tentación de piel

Que tentación de piel

Kristel

14/06/2021

Dime qué cosa se asoma por el ventanal de tus retratos, que gran obsequio, que gran tentación. Destendidos han quedado mis ojos y mi cordura cuando pude verte, como lluvia en tiempo de sequía, inundando cada rincón del suelo, así queda cada rincón de mi ser.

Llenas el alma mía, porque pude verte, sin tocarte me haz hecho encontrar un placer, que mis ojos se deleitan mirándote pasar de cuarto a cuarto, y que mejor que tenerte para mí, que tenerte retratado, amando tus colores, amando tu piel, porque me fascina hasta la demencia el cuerpo tuyo, ¡Tentaciones malditas por no tenerte aquí! ¡Tentaciones divinas cuando te vuelva a tener! No me vuelvas a mostrar un espacio más tuyo, porque mis manos ya no las podré detener. 

Dime qué cosa puedo yo pedir de tu semblante, el desvarío de una sola piel me roba la concentración, entrando en cordura y el clima de este ser humano asciende por las nubes y cae haciendo un grande pozo que revela una entrada hacia el interior.

Y el pequeño túnel nos escondía un gran secreto, secreto que para mi vida fuese tan mentira como los colores, pero no, abundantes sensaciones pude obtener, revelando así el misterio de un gran placer. 

Porque te retratas y con sigilo me muestras la atención que ya me tienes, porque tu cuerpo, cuerpo de hombre, me tiene sin brújula, perdida, y al tiempo mismo puedo encontrarme en tu cuerpo y en cada parte de cada rincón. Porque revelando entre colores tu cuerpo de hombre, oh divinidad del campo, no puedo entender porque mi mente se cae pedazo a pedazo, porque no logro entender que teniéndote puedas volver al ser más inteligente, en un necio que te busca sin pensar en quien podía seguirle.

Colocas tu mano en mi espalda, yo sola contra tu respirar me encuentro, vuelve a besarme la frente, vuelve a tocarme el alma, en amor, en placer y en vida de tengo. Los pedregales que dentro se han formado, sitúan en un cuerpo una verdad, las provocaciones que de lejos me haz lanzado, como tigre al acecho se pueden cobrar, cobrando cada parte de tu cuerpo, sin piedad y misericordia, para que entienda usted que no soy cualquier ser que al acercarle la presa a su boca, no la pueda devorar. Sin piedad pero disfrutando cada milímetro, con corazón entre el esbozo de mi boca, con los labios te detengo, no vuelva a tocar sin tocarme, dejándome en el destellar de una fugas estela de placeres… Vuelve a besarme como ayer.

Déjame decir que funciono diferente, mejor lléname de ansias con cada muestra que me tienes, llena el misterio de este ser humano, déjame llenarme de lo que me das, porque con sutileza se forman sin premeditarlo, estas ganas de tenerte, solo hazlo.

Sin necesidad, pero con deseo de ti, quiero verte viviendo y moviéndote a cada paso, siento tu compañía, siendo dote aterrice tu confianza. No tengo la necesidad de algo más si la locura ya me aborda con las texturas de tu piel.

Cuerpo de hombre, placer de cada poro en tu piel, un poco más que usted me muestre y yo a sus pies y sin tocarte caería, sería mi tormento en la lejanía y mi placer en la premura, quiero tenerte ya de frente, mientras se acumulan como ansias en carrera, las ansias de poderte tener, tocar y vivir.

Haciendo ideas en mi cabeza, quitándome el sostén y echándose en cara las cobijas. Respirando por la boca y escuchando esas voces que susurras diciéndome que por fin aquí estás. 

-Kristel,

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