Capitán Aéreo Superhéroe Argentino En “Las Malvinas”

Capitán Aéreo Superhéroe Argentino En “Las Malvinas”

 

© JUAN ALBERTO AYALA
CAPITAN AEREO SUPERHEROE ARGENTI-NO EN LAS MALVINAS
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Capitán Aéreo

Superhéroe Argentino
En
“Las Malvinas”


dedicatoria

Dedico este libro a mi querida esposa María del Carmen Rótela quién tuvo que tolerar y escuchar dia y noche los desvaríos de mi mente, las continuas repeticiones de mis fantasías, hasta que llego a hartarse de mis delirios.

Por eso agradezco a Dios todopoderoso desde el fondo de mi alma, que yo no haya enloquecido a toda mi familia con mis relatos de aventuras.

¡Muchas gracias a todos…!

Foto correspondiente a bolsowed.com. Soldados argentinos con un pingüino en la guerra.


 

Capitán Aéreo Superhéroe Argentino en las Malvinas

Por

Juan Alberto Ayala


  

 “INDICE”

1—Capítulo 1 “Madrugada del día 02—04—1982”———————–pág.21 al 21

2—Capitulo 2 «El Inicio”—————————————————–pág.22 al 36

3—Capitulo 3 “Operativo Rosario”——————————————pág.37 al 42

4—Capitulo 4 «Las trincheras”———————————————–pág.43al 52

5—Capitulo 5 “operativo corporate”—————————————pág.53 al 54

6—Capitulo 6 “Ataques desde el Aire”———————————— pág.55 al 58

7—Capitulo 7 “Ataques desde el mar”————————————-pág.59 al 66

8—Capitulo 8 “El capitán aéreo y el portaaviones invencible”——-pág.67al 74

9—Capitulo 9 “La Misión a Buenos Aires”———————————pág.75al 83

10—Capitulo 10 “El Motín de la trinchera”——————————–pág.84al 88

11—Capítulo 11 “La Misión a Rio Gallego” ——————————–pág.89al 96

12—Capitulo 12 “El príncipe británico”———————————- pag.97al 103

13—Capitulo 13”La destrucción del obús cister 155mm” ———— pag.104al 106

14—Capitulo 14. “Operación invencible”———————————pag.107al 112

15—Capitulo 15 . “El Señor Jesucristo”———————————– pag.113al 117

16—Capitulo 16 “El Espíritu Del Cesar”———————————-pag.118al 119

17—Capitulo 17 “El Ataque de Los Gurkas—————————–pág. 120al 125

18—Capitulo 18 “El Comando Corta orejas”—————————-pág.126al 129

19—Capitulo 19 “Rendición y Torturas de Argentinos”————— pag.130al 137

20—Capitulo 20 “Rendición Oficial” ————————————pág. 135 al 136

21—Posdata del Capitán Aéreo———————————————pág.138 al 139

22—Prologo———————————————————————pag.146 al 146

23—Marcha de las Malvinas————————————————pag.147 al 147

24—Creador Poético del himno Marcha a las Malvinas————–pag.148 al 148


“SINOPSIS”

Para los lectores que se preguntarán: ¿Cómo y cuándo nació nuestro héroe? Los voy a ilustrar con un breve resumen. El personaje principal llamado “Capitán Aéreo” Es un joven normal con el nombre de Juan, de tez trigueña pelo negro y lacio de contextura delgada, alegre y muchas veces cómico. Es oriundo de la Ciudad de Clorinda Pcia. De Formosa Republica Argentina.

En el año 1972 Juan tenía 12 años y era huérfano de Padre y Madre. Desde su infancia la vivencia lo fue pasando de manos en manos, Vivió su niñez con los abuelos en el campo y por motivo de estudio se trasladó hasta la ciudad de Clorinda.

También viajaron con él unos primos con edad suficiente para estudiar y fueron a vivir en una casa particular donde se les dio aposento cama y sustento diario. Posteriormente cada unos de aquellos niños, iniciaron sus estudios en el establecimiento educativo de la Escuela N° 8 Justo José de Urquiza en Clorinda.

Corría el año 1973 horas tres de la madrugada, Juan estaba durmiendo profundamente. Repentinamente despertó en medio de la noche levitando a dos metros de la cama al principio creyó que era todo un sueño y lo tomo muy divertido y en la semipenumbra se dirigió hacia la ventana flotando para abrirlo y sin intención alguna lo atravesó con sus manos.

Sorprendido el joven Juan pensó que sus sueños aún continuaban. Seguidamente atravesó la ventana con el cuerpo entero y ya fuera del aposento se observaba una hermosa luna y las estrellas alrededor. En aquel momento él se encontraba a una altura de 5 metros sobre el techado de la casa y pensó

—Considero que podría ir caminando hasta la casa de mis abuelos.

Entonces se elevó más alto en el espacio, tanto que en vez de caminar comenzó a deslizarse, primero lentamente y luego más rápido y descubrió así que podía volar como su héroe del cómic llamado

“Superman el Hombre de Acero”

Pero el caso no termina allí, pues una vez en la escuela y encontrándose de recreo y divirtiéndose con otros “chicos” Presintió que alguien le estaba observando, giro la mirada y vio una «Persona» de un metro ochenta de alturas, de nariz aguileña y ojos verdes.

Aquel sujeto tenía unas barbas blancas y estaba peinado al estilo Griego, mientras observaba a Juan muy atentamente, reposaba el cuerpo sobre un largo bastón curvo. El joven se sorprendió al apreciar la forma de vestir de aquel personaje porque estaba vestido con un largo ropón blanco, ceñido en la cintura mediante un cordón con tres nudos. Entonces Juan sonrió al mirarle porque creyó que se trataría de un ensayo teatral, la que se representaría en la escuela al terminar la jornada.

Rápidamente el joven quiso mostrar a sus compañeros de juego aquel desconocido, señalando y gritando para que los vean, pero al voltear y mirar de nuevo, aquel individuo ya se habia esfumado.

“Los días se sucedieron uno tras otros”

Y aquel personaje apareció de nuevo en la habitación de Juan, el joven pensó al principio que se trataba de Dios o de un Santo que él había enviado, pero aquel desconocido se presentó como:

“El Señor de los Viejos Tiempos”

Asimismo le dijo:

—¡¡¡Tú tienes un gran poder dentro tuyo y debe ser cultivado y guiado!!!

También le dijo que él será el encargado de enseñarle como usarlo y el primer secreto es que cuando él quiera volar, solo tiene que “hacer” un salto mortal (Flic Flac) Y aquel poder se iniciaba. Ya iniciado el poder Juan se convertiría en un “Superhombre” que ni las balas les harían daños. Las enseñanzas que Juan aprendería del Señor de los Viejos Tiempos, serían mediante las experiencias, el valor el coraje y la destreza que adquiriría en las distintas misiones en la que él lo llevaría.

Ya con el tiempo se entabló una férrea amistad entres ellos. Salían Juntos por el espacio a caminar y a volar y cuando él se encontraba en sueños, visitaban “Extraños Mundos” Siempre defendidos por el viejo personaje en caso de peligro. Hasta que unos años después en 1977. El Señor de los Viejos Tiempos lo vino a despertar antes de que amanezca y lo llevó a una primera Misión en México.

Juan fue volando con él hacia el noreste, donde muy pronto encontraron un vórtice entre un cúmulo de nubes y el Señor de los Viejos Tiempos le dijo

— ¡Sígueme…!

El joven se lanzó detrás del mismo y pasaron aquel vórtice que no era tan profundo ni tan oscuro y llegaron hasta el Pueblo de Mexico del año 1970. Hora aproximada seis de la mañana.

Mirando hacia abajo se avistaba el Pueblo Mexicano a orilla del golfo del mismo nombre, el Señor de losViejos Tiempos dijo Juan que iba a dejarle allí una semana y que luego lo llevaría a otras misiones. Acentuándole, que si él querría volver a su “Época y Lugar” podía hacerlo, solo que tenía que atravesar nuevamente aquel vórtice por el que pasaron y luego de unos dias en el lugar, asi lo hizo.

Con el transcurso del tiempo el joven Juan viajo a la Antigua Grecia a la Epopeya Romana y a la Prehistoria.

¡Era de los grandes rumiantes y vestías carnívoras…!

También incursiono en misiones como en “la Isla de los Piratas” La que estaba ubicada cerca de España e Inglaterra rescatando asi de las garras de aquellos bandidos a muchas mujeres y niños inocentes, que aquellos corsarios secuestraban, para venderlos como esclavos.

Luego de mucho conocer al Señor de los Viejos Tiempos, Juan llego a interpretar que él era nada más y nada menos que él: «Dios Crono»

Pasaron los años y por cada viaje que Juan experimentaba, aprendía más el arte de luchar en las guerras, tanto con sables, lanzas y otras armas, venciendo asi a todos los enemigos que se presentaban, pues él era inmune contra todas armas de guerra. También batallo contra alienígenas que se metían en la atmósfera terrestre y abducían seres humanos. El Súper Joven los perseguía volando hasta derribar sus naves espaciales.

Para conocimientos personales, exploró insondables océanos en las profundidades marinas. También agujeros negros situados en el espacio exterior.

El Señor de los Viejos tiempos también llevó a Juan hasta el Himalaya, en un templo erigido en las más altas montañas del lugar. En aquel lugar estuvo dentro de un claustro por tres días, en meditación de supervivencia y estaba custodiado por unos monjes vestidos con largas togas de color naranja y blanco. Luego del tercer día en el lugar, se le apareció un espíritu que le dijo:

— “El poder que tú tienes en tu interior es Superior al de cualquier Mortal y debe ser usado para equilibrar el bien y el mal” Acto seguido el espíritu desapareció.

Año 1981 de nuestra era.

A pesar de todo lo aprendido. Juan pidió al Señor de los Viejos Tiempos que lo lleve a vivir con unos maestros, que les enseñaren el arte de las peleas y el combate y él lo llevó a la Florida Miami, Junto a un “Campeón Mundial de karate” Pero Juan tendría que hablar con aquel hombre, para que lo acepte como Pupilo.

Al ser aceptado por este Maestro como pupilo, vivió allí en la casa de campo de pinares con él.

Así se entabló una amistad entres ellos. Juan aprendió el arte de pelear con los puños y los agarres hasta que tuvo que regresar a la Argentina, debido a la proximidad de la Guerra despidiéndose de su amigo y Maestro, después de 6 largos meses.





“UNA BREVE RESEÑA HISTÓRICA”

Las Islas Malvinas están administradas por los británicos desde el día 3 de enero de 1833, la ocupación británica en el lugar fue una operación militar conjunta entre Gran Bretaña e Irlanda, con el fin de tomar el control sobre ellas. El Reino Unido con dos buques de guerra desalojó de la Isla Soledad a la Guarnición Argentina, expulsando a 26 soldados argentinos, quienes se marcharon del lugar dos días después.Desde entonces han estado bajo dominios británicos excepto durante el breve período bélico en Las Malvinas.

El 2 de abril de 1982 la República Argentina invadió las Islas Malvinas, iniciándose asi una guerra con duración de 73 días. La junta militar del Gobierno Argentino en ese entonces, estaba conformada por los Comandantes, Leopoldo Galtieri; Juan Lombardo; Ernesto Horacio Crespo y Mario Benjamín Menéndez, quienes decidieron recuperar el territorio que estaba en manos inglesas.

Se realizó así pero por muy pocos tiempos. El Reino Unido respondió al conflicto y esta culminó dejando las bajas de 649 soldados argentinos

“Muertos en combates”

Conforme documento internacional redactado por La ONU, las Islas Malvinas iban a cumplir 150 años en posesión británica el día 3 de enero de 1983, por lo tanto era imperioso para La Argentina recuperarlo de las manos de los británicos porque según leyes internacionales, cumplido ese tope de ocupación ininterrumpida de un territorio en conflicto, el país reclamante pierde toda facultad de continuar con sus reclamos. A menos, que en algún momento dado entre ese lapso, se efectúe sobre el terreno un acto de soberanía y es lo que el Gobierno Argentino hizo.

Para interrumpir dicha posesión pacífica de las Islas Malvinas por parte de Gran Bretaña. Argentina se vio obligada a efectuar una acción bélica que abogaren por la legitimidad de sus reclamos, de esa manera obstaculizaría que los británicos ganasen el derecho definitivo sobre los Archipiélagos

«Por prescripción adquisitiva internacional»

Con la guerra iniciada por la Argentina, retrocedió a cero el derecho de posesión británico sobre Las Malvinas. Es decir comenzarán nuevamente los litigios de reclamos diplomáticos por la soberanía desde el día 2 de abril de 1982 qué podrían durar otros 150 años.

Anexo 1º— mapa correspondiente al movimiento de las flotas britanicas hacia la Isla Malvinas y Georgia del sur correspondiente a las páginas de Wiquipedias, la enciclopedia de contenido y edición libre




CAPITULO 1

“MADRUGADA DEL DIA 2 DE ABRIL DEL AÑO 1982”

Me encontraba durmiendo profundamente cuando repentinamente me despertó una voz, me levanté sobresaltado sentándome en la cama y lo reconocí inmediatamente. Era el Señor de los Viejos Tiempos quien me dijo:

— ¡Tienes que venir conmigo!

— ¡Porque está a punto de estallar la Guerra en tu País!

Entonces le miré con estupor y sorpresa. ¡No podía creer lo que él me estaba diciendo! ¡Pero yo sabía que la relación entre Gran Bretaña y Argentina estaban pésimas! El comando en jefe de la Nación Argentina intimo al Reino Unido, para que entregue pacíficamente el dominio de las Islas Malvinas y recibieron las burlas de la ministra británica y de los quelpers.





CAPITULO 2

“EL INICIO”

Me vestí rápidamente con mi único vestido de salir, una camisa blanca de mangas largas y un par de zapatos comprado de Puerto Elsa (localidad fronteriza Paraguay-Argentina) Y volamos hacia el suroeste de Clorinda a toda velocidad.

Muy pronto estuvimos sobre las Islas y avistamos un pequeño Chalet a pocos metros de un acantilado de piedra. Más allá al este del mar había frondosas arboledas y matorrales incrustados en la arena. En aquel momento eran las cinco de la mañana.

—¡¡¡Mira allá…!!!

Me dijo el Señor de los Viejos Tiempos apuntando con el bastón hacia abajo señalando en las penumbras.

— ¡Yo no veo nada…! Le dije.

—Pon más atención a los movimientos. Me dijo él.

Repentinamente lo vi. Era un soldado que se desplazaba arrastrádose entre los arenales acercándose de a poco y más hacia el chalet que tenía las luces encendidas.

Seguidamente aquel soldado se ocultó detrás de un matorral y se colocó en posición de ataque, con un fusil en las manos. Más alla de él, un comando ordenaba mediante señas de código militar, de que trate por el otro costado. Mientras tanto, todo el operativo allí se realizaba en un perfecto silencio, entonces me dijo el Señor de los Viejos Tiempos:

—¡¡¡Yo te acompaño hasta aquí!!!

—Desde ahora será tu trabajo, defender a tu nación «con orgullo y bizarría»

Dicho esto se despidió haciendo un saludo militar y luego desapareció. Entonces continúe observando y pensé que aquellos soldados los que pretendían realizar era tomar prisionero a algún jefe a cargo de las islas. No me equivocaba, pues aquel chalet estaba custodiado por un pequeño cuartel inglés cuyos hombres hacían sus rondas continuamente.

En la entrada de la puerta de aquel edificio, estaba parado un soldado con el uniforme de color verde moteado y en la cabeza portaba un gorro militar con el escudo de la Realeza Británica. Todos ellos se turnaban para efectuar un círculo de guardia alrededor de la casa de gobierno ingles. Lejos estaban de pensar, que aquel cuartel ya había sido copado por la Infantería de Marina Argentina.

No lo pensé mucho y descendí raudamente sobre el techo del chalet. Luego usando uno de mis poderes (la teletransportacion) lo traspase y descendí justamente en el aposento de un hombre, que estaba recostado en una cama.

Aquel individuo estaba con el trasero hacia arriba, mientras presionaba la almohada por la cabeza. En su cuerpo vestía un piyama rayado, camisa; pantalón y un gorro de tipo frigio de la misma tela y el lugar donde yo había entrado se trataba de un pequeño aposento, no tan grande ni tampoco muy chico que estaba iluminado por la luz de un velador.

En las esquinas de la habitación se observaban unos pequeños faroles y el piso estaba cubierto con alfombras. Al costado de la cama había unas pantuflas (arabe) tan cómica como el dueño, pues estas tenían las narices dobladas hacia arriba y eran similares a las trompas de los elefantes.

—¡¡¡Arriba Señor…!!! Le dije.

—“¡E’e’e’h…!” Dijo el individuo expresivamente.

—Who are you and how dare you? (¿Quién es usted y cómo se atreve?)

— Habla español che, le dije.

¿¿¿Argentinian…??? Expresó el

— El mismo que viste y calza.

Entonces el hombre pequeño de un metro cincuenta, salto’ de la cama gritando.

—Guards…! (¡Guardia…!)

—“Guards Guards to my” (¡Guardia a mí…!) Gritaba él y se escucharon pasos apresurados desde la parte de afuera.

—What Happens Excellence…? (¿Qué’ pasa Excelencia…?) Dijo una voz, mientras empujaba la puerta. Pero esta estaba cerrada.

Entonces tome al pequeño hombre de los hombros y le dije:

—¡¡¡AJa’ha’a’a!!!

— ¡Así que usted es el Gobernador de estas islas, le aconsejo que se rinda excelencia «Las islas están rodeadas» Y si no se rinde habrá Mucho derramamiento de sangre.

Y aquel hombre se rió descaradamente frente a mi cara, como se ríe Papá Noel en las películas:

“¡Hoho hoho…!”

—Así que “¡¡¡Hoho hoho…!!!” le dije y en ese momento ya se oyeron tiros y ráfagas de ametralladoras, fuera del edificio, seguido de algunos gritos de muerte.

¡¡¡Pum…Pum…!!—“¡¡¡Bang…!!!”,
¡¡¡Ratatatatac!!!—¡¡¡Ahii «A´a´r´g´h´»…!!!

—What’s happening soldier…? (¿Qué’ está pasando soldado…?) Dijo el Gobernador.

They attack Us sir…! (Nos atacan Señor, contesto el guardia)

Seguidamente el Gobernador me hablo’ en castellano y dijo:

— ¡Está bien Señor oficial…!

—Me rindo ante vuestras tropas y me atengo a los protocolos diplomáticos de Ginebra, solicitando inmunidad parlamentaria por mis fueros.

El hombre se refería al protocolo internacional del derecho de Ginebra (Suiza) vigente desde el año 1864 que regula las leyes de guerras, con el propósito de proteger a las víctimas en los conflictos armados. Entonces hice un gesto invitando al hombre para que saliésemos hasta el living. El gobernador abrió el cerrojo de la puerta des llave ando la cerradura. En ese instante un soldado inglés que se encontraba allí se abalanzó hacia mí, apuntando con un fal y gritando una orden

Raise your hands…! (Levanta tus manos) Dijo el soldado y el gobernador interfirió tranquilizándolo en su idioma.

—Tranquil Soldier, I give up…! (¡Calma soldado, me rindo…!)

El Soldado inglés lloro de rabia y se dirigió hacia la puerta entreabierta de la entrada del chalet, disparando hacia afuera con su fal de combate.

Entonces el gobernador aprovechó el momento de desconcierto y extrajo una pequeña pistola beretta de una funda que tenía por la pierna. Seguidamente giro con intención de dispararme, pero yo rápidamente le saqué el arma ‘de las manos. El Soldado también volteo para dispararme y no tuve más remedio que dispararle al pecho a una distancia de dos metros y cayo’ al piso con un estertor de muerte, disparando arriba unas ráfagas con su arma.

Seguidamente giré apuntando al gobernador, quien levanto las manos arribas diciendo:

l Give Up…! (¡Me rindo!)

— l Give Up…! (¡Me rindo!)

En ese momento como ya no había resistencia de disparos en el lugar. Arremetió violentamente la puerta, un comando argentino gritando:

—“¡¡¡Arriba las manos carahoooooo…!!!
”“¡Vamos…!”
“¡Vamos…!”
“¡Vamos…!”

—¡¡¡Al piso he’ diyooo…!!! Mientras nos apuntaba con su ametralla.

Por el estupor y sorpresa no podíamos reaccionar el gobernador ni tampoco yo. Seguidamente aquel comando me asesto violentamente un golpe en el estómago el cual me doblego echándome abajo. Luego me tomo del cuello y busco arma por todo el cuerpo, pasando la punta del falc por mis costados. También le dio otro trompazo a mi acompañante y le hizo lo mismo. Seguidamente nos dobló los brazos hacia atrás, colocando unas bridas de plásticos en las muñecas, las que se usan de abrazadera en electricidad. Al momento entraron otro grupo de soldados, portando en las manos subfusiles de marcas Sterling L34A1 de calibre 9 mm y rápidamente revisaron la cocina, el baño y las habitaciones contiguas. Entonces yo me atreví a hablar, diciendo:

—¡¡¡Sargento disculpe Señor, yo soy argentino y este señor es el jefe del lugar!!!
—¡¡¡Quisiera hablar con alguien a cargooo…!!!

—¡¡¡Cállese la Bocaaa!!!Me gritó el que nos estaba encañonando

—¡¡¡Ya vamos averiguar quiénes son ustedes…!!!

Mientras tanto, ellos iban hurgando por todos los rincones del Chalet. Yo’ estaba indignado por el trato que nos daban, porque aún seguíamos en el “pizo” y con la cara hacia abajo. En ese momento ya había guardia en la puerta de entrada y en otros puntos y después de que ellos revisaran todo y por todas partes y a nosotros no nos consideraron ningún peligro, nos dejaron solos tal cual estábamos atados. Más tarde escuche ‘que el sargento que nos apuntaba, siguió al teniente hasta la oficina que fue de la Guardia Real y le dijo:

— ¡El joven dice que es argentino Señor…!

— “¡Ya averiguaremos eso sargento…!” Dijo el Teniente.

Y seguidamente todos salieron afuera y nosotros nos quedamos solos en la incómoda posición de boca abajo. Desde aquel lugar los guardias se reagruparon he impartieron órdenes a fin de custodiar la casa y como los soldados no nos vigilaban de cerca y yo era un joven muy elástico, me acuclille y pase mis piernas entres los brazos amarrados para pasarlos por delante, ejercí un poco de fuerza y con el poder se solto la atadura de plástico. El gobernador ingles que estaba mirando atentamente lo que yo hacía, dijo apresurado:

— ¿Y yo…?

— ¿Y yo…?

Mostrándome la atadura en su muñeca y prosiguió diciendo.

— ¡En la cocina hay cuchillos…! Y efectivamente, entonces rápidamente traje uno y corte las bridas.

— ¿¿¿Yahora que hacemos…??? Pregunto’ él.

—Yo me voy, le dije.

Ya estaba a punto de volar cuando repentinamente entró apresurado un soldado de guardia en la puerta de entrada. (¿Habría escuchado algún ruido que hicimos…?) Entonces salte sobre él dándole una patada voladora en el pecho, le arranque el fusil de las manos y le di varios golpes en las mandíbulas, cuando cayó al piso ya estaba Nocaut. Rápidamente el Gobernador le saco la pistola beretta que nos habían secuestrado anteriormente. Mientras que yo use el poder y flotamos en el espacio. Seguidamente ingreso otro comando en el lugar, que nos estaba por disparar. El hombre miró para arriba y se quedó sorprendido, porque nosotros estábamos volando. Entonces aquel gobernador ingles aprovechó el desconcierto y disparó’ unos tiros con el arma a fin de amedrentarlo.

— ¡Bang…!

— ¡Bang…!

Y el comando contesto con la ametralladora disparando unas ráfagas.

—¡¡¡RATATATATAC…!!!

Pero nosotros ya salíamos volando y atravesando el techo, mediante el poder de (teletransportacion) dirigiéndonos hacia el sur de las islas. Estábamos ya sobre el mar y el gobernador comenzó a reírse como loco gritando. Entonces le mire la cara y pregunte:

—“¿Adónde quiere que lo baje señor…?”

Y él me miró fijamente

— “¿¿¿No me va tirar ahora en el mar verdad…???”Dijo con voz irónica

— “¡No…!”

—No haría eso, le conteste

—¡¡¡Entonces presentémonos!!! Dijo él.

—Yo soy Red Hund “Gobernador” de las Flaklands en ausencia de la Reina Isabel segunda al servicio de la Corona Británica.

— Y usted Milord ¿quién es…? Pregunto.

—¡Yo soy el Capitán Aéreo, Superhéroe Argentino…! Le dije.

Y él se rió en mi cara

—“¡¡¡Hahaha’, ha’…!!!” y luego se disculpo’

—Lo siento señor por reírme así, pero usted más que Superhéroe se le parece más a un brujo.Porque no me va negar que entro´en mis aposentos atravesando las paredes.

Entonces yo le mire fijamente frunciendo el ceño, porqué no me gusto nada lo que él dijo, a pesar de que todo lo dicho era verdad, yo habia entrado en su habitación traspasando el techo. Seguidamente el preguntó:

—¿¿¿Podría Usted llevarme hasta Inglaterra…???
— Yo le pagaría muy bien, le llenaría de oro.

— ¡Pero ante contésteme unas preguntas…!

— ¿Por que’ lo hizo? ¿Porque’ usted me ayudo…? Entonces yo le conteste ‘diciendo.

—No me gusto’ nada como nos trataron allá.

—Usted es un “gobernador” y por lo tanto, se merece diplomacia y yo por ser argentino me merezco un poco más de respeto de mis compatriotas. Además de eso, siendo yo un Superhombre, no les voy a dejar que me jueguen por mucho tiempo. Milord Hund asintió calladamente lo que le había dicho, después habló diciendo:

—Yo ya he visto muchas cosas raras en mi vida, como hadas, duendes y ondinas, junto con otros espíritus eso allá lejos “En Escocías”Y por último para completar lo veo a usted.

—!!!Un Señor Brujo!!! Dijo eso y luego se rió a carcajada.

—¡¡¡Hahaha, ha…!!!

—¡¡¡Y daaale con la burra al trigo…!!! Le reprendí

—¡¡¡Bueno señor cambiemos de tema!!! Le dije y él siguió hablando. Mientras ibamos volándo rumbo a Inglaterra.

—Sabe usted señor, que en mi casa de campos tengo un poni… Y lo extraño mucho ¿Podría usted hacerme un favor…?

— ¿Y cuál sería ese favor? Le pregunté mirándo la cara desconfiado.

Mientras el hombre seguía risueño y alegre, entonces pensé (¡Este sujeto se volvió loco…!)

— ¿Y luego usted me va dejar en paz señor…? Le pregunté’

— ¡¡¡Es una promesa!!! Dijo él levantando la mano derecha al espacio.

—Y sin trucos he ‘e’. Le recalque.
Y pensé que “cualquier” movimiento raro que el haga, lo tiraría inmediatamente al océano.

Bien suba. — le dije.

Y él se subió y se sentó en mi espalda y yo seguía volando con los brazos extendidos hacia el sur, mientras el hombre se reía como loco gritando:

— ¡¡¡Hico, hico, caballito!!! Y entonces volví a pensarlo (¡¡¡Este viejo esta loco de verdad…!!!) Luego le pregunté

¿No tiene usted miedo de caerse señor…? Mientras yo miraba abajo al frío océano y él contestó

¡Opino que usted no me dejara caer Señor…!

— ¡¡¡Okey…!!! Le dije y seguidamente exprese lo que estaba pensando.

—Que yo lo lleve a usted hasta Gran Bretaña, no cambia en nada la situación.Yo lo bajare’ allí y mañana mismo me regresare’a la guerra y seguiremos siendo enemigos.

Y el contesto

— ¡Por mí está bien esto es solamente una tregua!
—¡¡¡Y que gane el mejor milord…!!! Repentinamente se puso serio y dijo:

—¡¡¡Usted Señor!!! —¿¿¿No querría, trabajar con nosotros…???

—Estaría al servicio de su Real majestad la Reina. Ganaría muchísimo dinero y cuando se retire seria multimillonario y tendría un lugar de honor en Inglaterra.Yo le conteste’

—Lo siento míster Hund. Yo soy argentino de pura cepa, no podría traicionar a mi Patria, por más que haya pasado esto que pasó’.
Yo no dormiría con la conciencia tranquila.

— ¡¡¡Esta’ bien milord…!!! Dijo él y seguidamente lanzó otra pregunta.

— ¿Sería posible volar más rápido? Porque estamos apenas a la mitad de llegar a Inglaterra. ¿Tienes usted otra velocidad? Pregunto el.
Y yo le conteste.

¡Así es…! Y si usted no hablara tanto ya hubiésemos llegado a Inglaterra

— ¡Está bien! ¡Hagámoslo pues…! Dijo él.

Y utilice la velocidad supersónica, momento después ya estábamos cerca de Inglaterra y en el lugar ya se habistaron las islas britanicas e irlandesas.

!Allá es…!Dijo el apuntando las costas de la playa y lo baje’ alli. Entonces creí que alli terminaban nuestros trayectos, pero este continuaba.

— Por favor espéreme un momento, ya regresare. Dijo él.

Más allá en la playa se veía edificio similar al de las Malvinas y estas eran construcciones de maderas y otras de materiales y desde tierra me gritó él, diciendo:

— ¡Si no me meten preso estaré de regreso en 30 minutos!

Después de la media hora regresó portando bajo el regazo, una caja de madera larga y gritó hacia arriba en donde yo estaba.

— ¡Señor Superhéroe, lléveme de vuelta me voy con usted y de paso me deja en el Uruguay…. Siii!

— ¡Ufa…Exclame!

— ¡Está bien vamos nos entonces…!

Descendí del espacio lo levante volamos desde la Gran Bretaña al sureste. Supuestamente en esa dirección quedaba el país del Uruguay. Muy pronto ya estábamos cerca y llegamos, le bajé en la costa a orilla del Atlántico Sur y me despedí de él (Fue un gran alivio para mí. Aquel hombre tenía un carácter muy pesado)





CAPITULO 3

“OPERATIVO ROSARIO”

Todo lo que pasó hasta ahora fue en un día. Partí luego desde el Uruguay con dirección al suroeste para regresar a las Malvinas, mi deseo era observar que’ trabajo se desarrollaban en las Islas y muy pronto estuve sobrevolando “Puerto Argentino” Y en un lugar llamado Ladera de Sapper Hill cerca de unas barrancas a orillas del Atlántico Sur (Isla Soledad) Divise’ muchos movimientos de tropas Argentinas, que bajaban en las playas de blancas arenas cuyas entradas eran bajas y lindaban con el mar.

Más al oeste de donde bajaron los soldados ascendía el lugar geográfico y se avistaban grandes acantilados máss a unos 20 metros antes de ella “Se armaron las defensas” Cientos de jóvenes escarbaban con palas las que serían las futuras trincheras con miras hacia el mar y ellos estaban custodiados por grupos de “Oficiales Argentinos” Quienes los miraban atentas mentes y los azuzaban a que apuren el trabajo.

La estrategia en el lugar se veía con muy buenas perspectivas. Las Malvinas en ese entonces fue un golpe sorpresa para los ingleses. Enterado de esto Gran Bretaña, tenía más de 20 días a velocidad de 15 nudos por hora para llegar con la fuerza de recupero. Pues las islas Malvinas se encuentran a 12.780 kilómetros de distancias de Inglaterra. Entre tanto en las costas iban llegando más soldados argentinos en múltiples botes de desembarco y otros en los barcos pesqueros y petroleros.

La movilización de Tropas Argentinas en todo el frente y territorio fueron de 13 mil hombres, parte de la cual fueron llegando a “Las Malvinas” Y luego tomaron cuatro posiciones estratégicas: Primero— Puerto Argentino —Segundo Darwin —También llamado Pradera de los Gansos, ubicado en la Isla Soledad—Tercero— Prto. Howard y Cuarto Baja fox, en la “Gran Malvinas”

Mientras tanto en la ciudad de Puerto Argentino se desarrollaba la triunfante entrada del “Ejército Victorioso” Un pelotón de soldados argentinos entraron al trote por la avenida principal de la Población Quelpers, seguido por un desfile de Tanques de Guerras, vehículos anfibios, Unimoc y otras maquinarias bélicas.

El pueblo Quelpers en ese momento se veía desértico, con todas las puertas cerradas. Solo se sabía que había gente dentro de las casas porque se escuchaban ladridos de perros y llantos de criaturas. Mientras que en el espacio se avistaban los rasantes vuelos de Aviones de Guerras que llevaban pintados en los costados y bajo las alas la Escarapela Argentina. El accionar sorpresa fue llamado

«Operativo Rosario»

Ya por la mañana se había tomado la Ciudad llamada anteriormente “Puerto Stanley” Después de unas breves resistencias que habían ofrecido las fuerzas británicas y rápidamente fue rebautizado el lugar con el nombre de «Puerto Argentino»

La capital de Colonia Stanley en ese entonces estaba custodiada por más de setenta Infante de Marina de la Falclan Defese Forcé. La toma del lugar se llevó a cabo rápido y seguro con única baja mortal en el momento del Capitán de Corbeta: Pedro Edgardo Giachino mientras que los británicos se rindieron oficial mente a las 09.30 AM. Luego de tres horas de combate que tuvieron lugar alrededor de la casa del Gobernador de las islas Milord Red Hund.

Esta historia había comenzado el 28 de marzo de 1982. Cuando la Junta Militar ordeno la puesta en marcha el “Operativo, Rosario” Fecha de ejecución día primero de abril de 1982 para rodear las islas. Mientras que la ejecución del mismo los realizaron la flota de Mar—la Aviación Naval —El Segundo Batallón de Marina—El Regimiento de Infantería Número 25 del Ejército Argentino. Aviones C-130 Hércules de las Fuerzas Aérea Argentina, los cuales estaban bajo el mando del Contraalmirante Carlos bus ser.

“Dia primero de abril de 1982” Ya estaba todo preparado “La Flota de Mar” lleno de soldados ocultos en su interior. Se anclaron a una distancia prudencial de las Islas Malvinas a fin de no ser vistos por la Guardia Real ni tampoco por los Isleños.

Entre tantos en un Avión C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina con los asientos previamente desalojados. 20 comandos especiales viajaban sentados en el piso. Ellos iban acomodados a ambos costados del fuselaje interno. Estos hombres tenían las caras pintadas y fumaban en silencio, mientras otros revisaban sus armas y cargadores. También allí con ellos viajaba un corresponsal de guerra.

Uno de los soldados que estaba casi a la cola derecha del avión, jugaba continuamente con un cuchillo de supervivencia de marca «Juggle King de Aitor». Popularizado mucho tiempo después en la película cinematográfica titulada «Rambo»

— ¿Sabe Usted cómo se usa esto…? dijo el Comando al Periodista

—¡¡¡NO Señor. No lo sé…!!! Contestó el corresponsal.

Entonces el comando se acercó a él y repentinamente lo toma del foco del pelo. Lo gira violentamente presionando el cuchillo de guerra desde la parte dentada por el cuello.

— ¡Estoy Muerto…! Exclamó el joven periodista.

¡!!DI’ QUE TE RINDES…!!! Le gritó el Comando.

—¡¡¡SI, SI, SI SEÑOR…!!!

—¡¡¡Por favor… no me mate, me rindo…!!! Contestó el corresponsal.

Seguidamente el comando lo lanza al piso “Como unas bolsas de papas” y todos los presentes allí se rieron a carcajadas ¡¡¡Festejando La Broma!!! Hasta el Piloto del Avión quien había girado la cabeza para mirar lo que estaba sucediendo se rio del hecho.

—¡¡¡Está bien…!!!

 —¡¡¡Está bien Señor!!! Dijo el Corresponsal de Guerra
—Esto lo pondré en primera plana y luego saco una libreta anotando los hechos.
—¡¡¡ Y será para el Clarín He ‘e’…!!! 

Agrego alzando el lápiz arriba.

Muy pronto el Hércules C130 ya estaba cerca de las brumosas Islas sobre el mar y a una distancia prudencial, parte este del mismo, el Piloto ejecuto una maniobra aérea como si pasase de largo con el avión. Posteriormente gira la dirección y para el motor haciéndose el silencio. En aquel momento solo se escuchaba el ruido de las brisas silbantes mientras el avión se desplazaba planeando

¡¡¡Hera la hora x…!!!

Entonces todo el grupo comando y el periodista se pusieron sus paracaídas y engancharon las cintas por un riel que corría por el medio del techo del avión. Seguidamente comenzaron a tirarse en la brumosidad de las nubes sobre las islas. Uno a uno.

—¡¡¡VAMOS!!!

¡¡¡VAMOS!!!

—¡¡¡VAMOS…!!!

Dijo el que estaba a cargo, dando de pequeños empujones a los que se lanzaban por la puerta desde un costado del avión. Por último quedo el periodista con su paracaídas, entonces el piloto puso en automático sus controles y lo fue a empujar. Hasta que hombre y lápiz, desaparecieron entre las brumosas nubes de las islas, gritando desaforadamente.

¡¡¡AAAAAAAAAAAGGGHHHH!!!




CAPÍTULO 4

“LAS TRINCHERAS”

Era la mañana del mismo día del desembarco, el clima estaba muy agradable, no hacía calor ni mucho frío y los rayos solares se sentían tibiecitos sobre la piel, mientras que el frescor del mar era traído por los vientos y las olas.

Mirando desde el espacio se veían cientos quienes escarbaban las trincheras con vistas hacia el oriente. Allí despues del mar y sobre las barrancas los muchachos escarbaban las trincheras a una medida determinada. Bajo las atentas miradas de un grupo de Alférez que observaban la labor.

— ¡Esto es lo mío…! Dije yo y baje para ayudar a los muchachos.

Muy pronto ya estaba entre ellos con una pala y alguien me pasó una madera que usaban como medida de anchura y profundidad de las trincheras…Aquellos chicos eran muchachos muy jóvenes con cara de niños, nada habia en ellos que hagan parecerles a “feroces soldados listos para matar” Todos trabajaban en silencio, algunos sufriendo de ante manos los que les depararía el futuro, quejándose por sus suertes.

Pasamos allí horas sin descanso, arrojando con las palas tierras Malvinenses en el aire. Más tarde un subteniente se aproximo´ a un alférez y le preguntó’ diciendo

—¿¿¿Como van las cosas por aquí mi Alférez…??? Y él le contestó’

—¡¡¡Todo tranquilo mi Subteniente…!!!

Repentinamente sonó el silbato de hora de cambio y el grupo que trabajábamos hasta ahora, salimos de los pozos contentos para ir a almorzar. Inmediatamente después fuimos relevados por otros hombres del pelotón, que estaban formados cerca de las trincheras.

En un principio al comenzar la guerra, todos los soldados argentinos estábamos muy bien alimentados. En el rancho del ejército se preparaban sabrosas comidas que venían en grandes enlatados, ejemplo: tucos con carne, sopas de frijoles, atún con arroz y otras como locros. Mientras que aquellos que salían de comisión se les repartía alimentos y elementos varios, como: calentadores, abrelatas, vitamínicos, chocolates, jugo de frutas, chicles, caramelos, fósforos, papel higiénicos, cucharitas descartables, jabones, máquinas de afeitar y complementos, azucarados.

Rápidamente como el sufrimiento del trabajo forja amistad y en el grupo hablaban entre sí de sus desgracias, pues todos éramos fumadores y allí no había de donde comprar cigarrillos. Porque estábamos lejos del pueblo Quelpers. Entonces pensé en las necesidades que tendrían esos pobres muchachos, nadie sabía si iban a sobrevivir los primeros ataques, cuando arremetan los ingleses. Entonces me dije a mi mismo (Que tal si voy a buscarles sus necesidades a estos muchachos) Y los llamé aparte en privado y les pregunte’

— ¿Cuántos de ustedes tienen dinero, para comprar cigarrillos…?

—¡¡¡Yoooo…!!!

—¡¡¡Yoooo…!!!

—Dijeron un grupo levantando las manos.

—Yo les conseguiré cigarrillos…, les dije y me miraron todos asombrados.

— ¿Y cómo harías eso…? ¡Porque de aquí no podemos salir sin autorización de los jefes…!

—¡¡¡No se preocupen por eso, yo tengo mis contactos…!!!

— ¡Junten sus dineros! ¡Pediré permiso al Teniente para ir al baño y al regresar les traeré cigarrillos…!

Entonces al rato regreso con la supuesta autorización de los jefes y los muchachos me dieron sus dineros, para comprar sus pedidos. Minutos más tarde entré detrás de los baños preparados que estaban alejados a unos 50 metros del lugar, seguidamente volé al espacio a toda velocidad. Al rato ya estaba sobre la Avenida del pueblo Quelpers y después de unas curvas se encontraba un pequeño letrero, que decía «Flaklands Islands» Seguidamente, baje frente de donde sería un almacén y abrí una puerta que tenía parte alta de vidrio y abajo de madera. Dentro de aquel negocio no encostré a nadie, en cambio vi colgado un pequeño llamador que estaba formado por unas pequeñas campanitas.

En aquel entonces yo estaba uniformado de soldado rasso, pase adentro… me saque el casco y espere. Segundo más tardes desde el fondo del interior, salió un hombre de 50 años de edad de cabello rojo y nariz colorada, aquel individuo tenía las cejas muy espesas y portaba un delantal al estilo cocinero.

— ¿What do you want sir…? Dijo él. No le entendí nada, pero le dije.

—¡¡¡Quiero cigarrillos Señor!!!

Y luego hice un gesto como si estuviese fumando.

—¡¡¡¡SI garretes por favor, plis misters…!!! Le repetí.

—Mire tengo plata para comprar,

—¡¡¡Money…!!!

—¡!!Money…!!! Continúe diciendo.

le dije así, para que él no piense que yo estaba allí con el fin de robar. El hombre miró mi dinero y luego me hizo gesto con las manos para que le esperase por un momento y fue hacia adentro de su negocio. Después escuché que se discutía con alguien y pensé que la discusión era con la esposa. Al rato salió de nuevo a fin de atenderme. Seguidamente detrás de él cerca de un cobertizo, apareció la dueña de la voz, con quien el almacenero se hubo discutido. Se trataba de una joven pelirroja de aproximado 17 años, quien me lanzó una furibunda mirada, mientras que en su idioma, me decía de todo. Por último, hizo gestos como si estuviese estirando de la cadena de un inodoro y el hombre con quien yo estaba, comenzó a reírse a carcajada del hecho

—¡¡¡HAHAHAHAHAHAHA’…!!!

Luego repentinamente ella se agachó mostrándome el trasero, con todas las rabias del mundo y debajo de la pollera cuadrada, que ella usaba. Vestía una calza.

Entonces yo mire al hombre sorprendido, quien de improviso me habló en español diciendo:

—¡¡¡Perdón, Señor Soldado…!!!

—Mi hija es nieta de escoceses por parte de la abuela.

— ¡Y es muy efusiva…!

— ¡Ella dice que ustedes son invasores y que son peores que perros en jaurías!

— ¡Perdónela por favor, yo se que ustedes solo están cumpliendo órdenes!

—¡¡¡No hay problema señor inglés!!! Le dije.

Y él me interrumpió diciendo

—¡¡¡Por favor Señor…!!!

—¡¡¡Yo soy Quelpers…!!!

—Crecí aquí en las islas y soy más isleño que muchos.

—Y es por eso que hablo en un fluido español. Aparte de que los negocios las hago con los del frente, la gente de la Patagonia y también con los chilenos.

—Está bien Señor, es bueno conversar con usted pero yo tengo que regresar con mi Pelotón.

—Me vendería usted, los cigarrillos…?

—Oh sí señor, discúlpeme por favor…!

—Muéstreme su dinero… Entonces le pase la plata y el dijo.

—¡¡¡Bien esto por aquí y estos!!! Son tres brezas de Cigarretas Rubios” Marcas Red Point (Que significan puntos rojos)

Terminado el negocio me despedí del hombre que fue muy amable conmigo y el expreso que regrese cuando quiera o pueda. Si es que Dios así lo permite.

Regresé entonces a las trincheras y alli mis amigos estaban de nuevo en los pozos, extrayendo y tirando tierra arriba del zanjón. Baje rápidamente entre ellos y empezó la repartija para todos los que aportaron entre algunas discusiones.

“Manos iban y manos venían”

¡De improviso…! Se puso encima del zanjón de la trinchera uno de los Tenientes a cargo.

—¿¿¿Que’ está sucediendo aquí…??? Dijo mirándo justo cuando estábamos pasando unas brezas de cigarrillos a otro grupo.

—¡¡¡“A ver”…!!!

—“A ver”. ¡¡¡Traiga eso para acá…!!! Reprendió el Teniente.

Y tuvimos que pasarles los cigarrillos, el lo observo’ detenidamente leyó las etiquetas y las marcas y encontró que los cigarrillos eran productos de Inglaterra y alli comenzaron los estirones de B.

—¡¡¡Así que los pequeños soldaditos, ya comenzaron con sus travesuras…!!!

—Aun el «Enemigo Inglés» no llego hasta aquí y ya tenemos sus mercancías…

— ¡A’A’Tencio’n…!

—¡¡¡Atensioooon…!!! Contestamos entres todos y nos paramos firmes dentro de las trincheras, mirando al Teniente.

— ¡Saltos hacia arriba para comenzar…!

¡Uno. Dos. Uno. Dos. Uno. Dos!

— ¡Retaguardias Frente…!

¡Frente…!

¡Frente…!

—Mientras no se encuentren los culpables, seguirán saltando “Señoritas”…

Grito’ el teniente y todos me miraron a mí, entonces dije

— ¡Fui yo Señor….!

— ¡AHa-AHa-AHa…!

—Venga para acá soldado y traiga los cigarrillos.

—¡¡¡Contrabandista de piratas!!!

Seguidamente el teniente me llevó a un lugar apartado y me pregunto…!

—¿¿¿Cual es su nombre Soldado…???

—¡¡¡Soldado voluntario doble A J Señor, al Servicio de la Patria!!!

— ¡Vine aquí para defenderlo hasta la Muerte…! (Se omite el Nombre y Apellido del Soldado para resguardar la identidad secreta del Superhéroe llamado Capitán Aéreo)

— ¡A ha’…!

— ¡A ha’…!

Repetia el teniente luego de repente se a bueno y se rio.

— ¡Ge…!— ¡Ge…! — ¡Ge…! Palmeándome la espalda.

— ¡¡¡Está bien Soldado!!!

Mas gente como usted necesitamos, con ese fervor a Patriotismo.

—¿¿¿Pero Cuénteme…???

—¿¿¿Cómo consiguió los cigarrillos…???

—Lo compre’ honradamente señor…Y como los muchachos estaban con muchas ganas de fumar ¡Los compartimos entres todos…!

— ¡Ellos no tienen la culpa…!

—Por esta vez soldado…Haré que no he visto nada, por su fervor a patriotismo…Pero que no se entere el Estado Mayor Conjunto, lo tratarían como Espías y lo mandarían a Fusilar…! Y también agregó.

— ¡Deme a mis dos paquetes y llévese el resto a los reclutas, luego ocupe su lugar en las trincheras…!

— ¡Comprendido mi teniente…! ¡Asi lo hare’…!

Ya alli me tire en la trinchera, tome mi fusil y me puse en posición de tiro con los demás, mirando al frío océano. Mientras tanto la noche iba cerrándose lentamente, las conversaciones entre los camaradas, se hacía murmullo en la oscuridad.

Más tarde ya no se veía a un metro de distancia. Los muchachos se sentaban dentro de los pozos para fumar y no ofrecer un blanco perfecto, esa noche y otras más las pasamos sin sorpresa. Al otro dia a las ochos, tuvimos relevos y entraron otros grupos en los posos. Nosotros fuimos a descansar en las apartadas carpas, no antes de desayunar con el famoso cocido con leche y tortas a las parrillas del ejército.





CAPITULO 5

“OPERACION CORPORATE”

Dia 2 de abril de 1982. El Gabinete de Guerra Británico ordeno la recuperación de las Islas Malvinas, creándose asi el “Operativo Corporate” y para ellos enviaron una fuerza naval encabezada por los Portaaviones Invencibles y Hermes.

Estas naves zarparon de “Portsmouth Inglaterra” Y se ubicaron sobre el Atlántico Sur, distribuyéndose de la siguiente manera.

El Portaaviones Hermes se ubicó a 800 kilómetros al norte de las Islas Malvinas y estaba provisto con 16 cazas Sea Harríers Navales, mas 10 Helicópteros pesados. Un Escuadrón de Marines Especiales y un cuerpo de Marines Reales. Mientras que el Portaaviones Invencible, más moderno que el Hermes contaba con 8 aviones Sea Harríers y 12 Helicópteros Sea King y se ubicó a 100 millas este de Puerto Argentino.

Dia 25 de abril de 1982. Se decretó “Alerta Roja” en todas las posiciones y Guarniciones Argentinas y por los superiores nos enteramos de que las tropas británicas, retomaron la Georgia del Sur situado a 1.300 kilómetros al sudeste de las Islas Malvinas. La Guarnición allí, estaba comandada por el Capitán de fragata “Alfredo Astiz” que debido a la gran numerosidad del Ejército Inglés se rindió sin ofrecer resistencia firmando la capitulación.





CAPITULO 6

“ATAQUES DESDE EL AIRE”

Primero de mayo de 1982 por la mañana. Estábamos en las trincheras de la ladera del “Monte de Sapper Hill” en una parte donde había mesetas y barrancas, cerca del mar en la Isla soledad. El lugar estaba bañado por el mar del océano Atlántico Sur, no muy lejos de Puerto Argentino y respondíamos a la fuerza de Infantería número 25 Mecanizada, fuimos los primeros en pisar suelos Malvinenses, conjuntamente con la Infantería de Marina e integrando el «Operativo Virgen del Rosario»

El despliegue de defensa de Puerto Argentino estaba a cargo del “Teniente Coronel Mohamed Allí Seineldin” Jefe General de Infantería y todo el pelotón allí en su mayoría estaban conformados por conscriptos con apenas 18 años de edad.

En aquel momento nos encontrábamos cada uno con sus vecinos de armas, fumando y conversando en espera del inminente ataque de los británicos. Mientras, nos hacíamos preguntas ¿de dónde éramos? y ¿Cómo fuimos reclutados? Eso si a cada tanto nuestro tenientes a cargos nos hacían callar las bocas. Ellos recorrían fuera de los pozos mientras pesquisaban mirando con catalejos al cielo y a las nubes al horizonte y el mar.

“Repentinamente el grito del vigía que estaba apostado más allá de nosotros”

—¡¡¡ALERTA!!!

—¡¡¡ALERTA ROJA…!!!

—¡¡¡Aviones enemigos desde el norte!!!

Grito corriendo hacia las trincheras. Entonces de entre las nubes, aparecieron desde el lado norte de nosotros sobre el mar argentino, casi a nuestra retaguardia, dos Aviones Sea Harríers y se lanzaron en picadas rasantes ametrallando nuestras posiciones.

¡¡¡Tatatatatatatatatatac…!!!

Las balas picaban levantado las arenas y al unisonó ¡El capitán Ordena…!

—¡¡¡Peeelotón Retaguardias, Freeenteeee…!!!

Rápidamente giramos en las trincheras hacia atrás y contestamos disparando con nuestros fusiles a mansalva.

He visto al Capitán que estaba afuera con un sable en una mano y en la otra la pistola, disparando al avión mientras ordenaba.

—¡¡¡Fuego a discreción…!!!

Mientras que sobre un montículo un Sargento Artillero en posición cuerpo a tierras ametrallaba con ráfagas en el Aire contra él Sea Harríers que pasaban encima de nosotros a su vez ametrallando y echando ¡¡¡Bombas Velugas y en racimos…!!!

!!!Muchos de mis Camaradas volaron por los aires en pedazos, por las Explosiones…!

¡¡¡BOOOOOOOOOON…!!!¡¡¡Heiii…!!!¡¡¡TATATATAATATAC…!!!

Uno de los Sea Harríers que pasó sobre nosotros cortó en dos al Capitán, con pistola en manos y también al Sargento Artillero que disparaba con la Metralla Pesada.

¡Repentinamente llegaron nuestros defensores del aire!, se trataba de “La Caballería Aérea Argentina”

Tres Aviones Pucarás que provenían de la parte sur de nosotros, que habían despegado desde el “Aeródromos de Puerto Argentino” Hicieron frente a los cazas enemigos y con sus metrallas los empujaron hacia el mar, alejando los ataques de nuestras líneas.

“Los gritos de alegría de nuestra guarnicion, fue Eufórico”

¡¡¡Bravo carajooooo…!!! ¡Gritámos entre todos!

¡¡¡Viva la Patriaaa…!!!

Ya sobre el mar la luchas entre Aviones fueron encarnizados los Pucaras nos defendían a muerte, no le dejaban pasar al enemigo hacia las trincheras. Al rato fue abatido uno de los Sea Harríers.

¡¡¡RATATATATATAATATAC…!!!!

¡¡¡FUIIIIUUUUU Fiuuuu…!!!

Y este cayó en picadas, con humo en la cola al mar y reventó al tocarlo.

¡¡¡BOOOOOOOOOON…!!!

Nuevamente gritamos entre todos y minutos después, fue abatido el segundo Sea harríers el cual fue rodeado por las balas de dos Pucaras y este explotó en el espacio.

¡¡¡BOOOOOOOOOON…!!!

Los Soldados en las trincheras, bailamos abrazados, saltando de alegría. Seguidamente terminado la acción, los Pucaras pasaron planeando sobre nosotros, saludándonos con las alas y todos salimos afuera, agitando cascos y pañuelos, gritando y avivando a nuestros defensores del aire.

Seguidamente se hizo el silencio y al rato vinieron los camilleros, levantaron a los heridos y otros recogieron los miembros mutilados de los fallecidos. Aun así allí no terminaron las afrentas, porque de nuevo nos giramos de retaguardia hacia el oriente disparando nuestras armas. Porque desde el mar nos cañoneaban unas fragatas y bombarderos de la Royal Nabí.

A simple vista aquellas naves no se veían por la distancia en que se encontraban, pero sentíamos los impactos y estallidos de las bombas. Algunas pasaban de largos y otras eran cortas, llegaban solamente hasta la playa.





CAPITULO 7

“ATAQUES DESDE EL MAR Y EL GRAN BERTA”

Toda la noche recibimos los ataques de la Royal Nabí. Los bombazos pasaban sobre nosotros y otras les daban de lleno a las gentes de las trincheras. En la terrible oscuridad se veían como luces que surcaban el espacio, con sonido igual que en las guerra de la Galaxia.

Fiuuuu-FiuuuuFiuuuu…

¡¡¡BOOOOOOOOOON!!!

Como se dijo estas procedían desde el mar, al este de nuestras posiciones. Mientras nosotros contestábamos los ataques con nuestros fusiles, las bombas silbaban y caían en las trincheras, con explosiones que hacían volar a nuestros soldados.

¡¡¡Gritos y ayes se oían por doquier…!!!

Pasaron asi dos semanas de continuos ataques que efectuaron los buques británicos desde el mar. Parecerían que azotaban especialmente las líneas de Sapper Hill, en donde estábamos nosotros los del Regimiento de Infantería numero 25. Pero también los ataques azotaban al Monte William lugar en que se encontraba el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 conformada por el cuerpo de Marines Argentinos y tambien a todo Puerto Argentino.

Dia 13 de Mayo de 1982— Por la tarde aterrizo en Puerto Argentino un C-130 Hércules el cual mediante vuelo rasante sobre el mar se burlo de los radares del bloqueo enemigo.

En la bodega de aquel avión se transportaba el primer Cañón de remolque “Marca Sofma Calibre 155mm L33” modelo 77 apodado cariñosamente como

“El Gran Berta”

El mismo pesaba 8.500 Kilos y se le ubico cerca de nuestras líneas, al abrigo de la ladera nordeste de Sapper Hill. En su trayecto fue estirado a duras penas debido a las esponjosas tierras Malvinense que causaban limitaciones en su movilidad. A cada tanto las ruedas se les hundían en los caminos de subidas a la ladera, por ello fue acompañado por una retro excavadora. Cuando llego a la línea, todos los soldados respiramos tranquilos. Al fin nos vengaríamos de los buques británicos a quienes no les afectaban para nada nuestros fusiles.

Sapper Hill dia 13 de junio de 1982. Hora 23,15. Comenzaron nuevamente los ataques y bombardeos a nuestras líneas con los cañonazos de la Royal nabí. El jefe de artillería del grupo recibió informe por radio desde la base de Radar Aérea Malvinas, que apareció en sus pantallas un eco sobre el mar y esta se trataba de un buque de la Royal Nabí. Esta nave seguira bombardeando nuestras posiciones terrestres haciéndonos la vida imposible.

Entonces con los datos suministrado por el Radar Malvinas, se estableció las coordenada de disparos y cuando el buque se encontraba a 18 kilómetro de distancia sobre el mar suena el estampido del “Sofma Gran Berta”

Y los impactos cayeron cerca del buque británico a escaso 10 metros, causando un “Gran Oleaje” y movimiento de vaivén. Esto no le causo daño, pero si un horroroso susto a los tripulantes, con lo cual el capitán de dicha nave ordeno urgente el viraje hacia rumbo opuesto, huyendo del lugar a toda velocidad. Enterados de esto en las Guarniciones Argentinas, estallaron los gritos de alegrías y júbilo, quedando atrás la impotencia que teníamos contra los ataques de los buques británicos.

Con la huida del buque gracias al Gran Berta pararon los bombardeos y se hizo el silencio de nuevo, pero algunos daños ya nos habia causado en el lugar. Algunos soldados se atrevieron a encender cigarrillos con sus temblorosas manos, un poco más allá se escucharon quejas y gemidos de dolor.

Seguidamente una voz posiblemente la de un oficial a cargo:

¿Alguien herido…? dijo en la oscuridad y se escucho gritar a varios.

— ¡¡¡Camillero venga…!!!

— ¡Socorra a los heridos…! Ordenó’.

Más tarde se escuchó arrancar el motor de una Unimog 416 del Ejército Argentino y de una Ford Ambulancia f-250 en traslado de herido. Seguidamente evacuaron a los heridos hasta el hospital de Puerto Argentino.

Entre tanto yo estaba con la espalda apoyada a la pared del pozo en la trinchera, tenía el casco puesto y mi fusil abrazado sobre el pecho pensando en lo ocurrido.

No me tragaba la tranquilidad con que se habían quedado el enemigo. —Mucho silencio… dije.

¡¡¡Algo se traen entres manos esos infelices!!!

De lado mío a un costado en el pozo, se encontraba mi compañero de trincheras.

El estaba muy silencioso entonces quise hablarle y él no me respondía. Luego más tarde me di cuenta.

¡Que el ya habia muerto!

Pasaron las horas y habrían sido las tres de la madrugada, todos alli estábamos alerta esperando otro ataque, hasta que el cansancio nos venció haciéndonos cerrar los ojos, después en plena oscuridad se escucharon algunos estertores de muertes.

«A´a…´r…´´h´»…! «A´a´r´´h´»…! Ahii…!

Los gritos en la trinchera se acercaban cada vez más a mí y la negrura de la noche no me permitía descubrir de lo qué se trataba. Al principio creí que los muchachos estaban bromeando, hasta que llegó a mí. Alguien me tomó de la frente y me paso’ un cuchillazo por el cuello. Entonces la oscuridad me invadió como si el cuerpo se me desconectara. Lo único que recuerdo fue que dos figuras similares a las humanas, completamente de negro, (Es decir sombras) trataban de revivirme.

Las sombras me preguntaron algo que no recuerdo y yo les conteste.

—¡¡¡Tengo que regresar…!!!

Y las figuras se retiraron retrocediendo y haciéndome múltiples reverencias. Ellos eran los ayudante del Señor de los Viejos Tiempos en el más allá. Luego repentinamente reviví despertando en las trincheras y no pude salir afuera porque encima mio se encontraban unos cuerpos que pesaban mucho. Las de mis compañeros, desesperado los hice a un costado y luego salí fuera del pozo.

En ese momento ya había esclarecido todo. Por un segundo pensé que lo que pasó anoche fue todo un sueño, que yo me hube quedado dormido y que todos los muertos que estaban encima de mi fueron productos de los bombardeos nocturnos. Entonces revise’ a mis camaradas asesinados para saber de qué murieron y grande fue mi sorpresa, porque todos lo que se encontraban muertos allí, habían sido degollados de Oreja a Oreja.

La única forma de que esto pase es que el enemigo esté mezclado en nuestra fila, eso era una teoría la otra seria que sin que no diésemos cuenta los ingleses llegaron hasta nosotros y nos aplicaron la degollatina. Entonces me invadió un gran miedo, porque yo ya no sabía en quién confiar.

Ya en ese momento el Sol se hubo levantado al oriente y como no había bombardeos algunos, vinieron los Capitanes con grupos de relevos en varios Unimoc y ordenaron.

«Todos fuera de las Trincheras»

Luego tomaron lista de los soldados vivos y presentes y se auxilio a los heridos y levantaron los muertos. He visto con sorpresa que más allá en las trincheras muchos de mis camaradas salieron ilesos. Entonces me pregunté otra vez. ¿Porque solo un grupo los degollados…?

— ¡Ya llegaré a la verdad…!

— ¡Esto no volverá a ocurrir! ¡Lo prometo…!

Lo primero que pensé fue que yo estaba equivocado en mi manera de luchar, que con el poder que tengo debería estar velando por la seguridad de los demás. Entonces se me ocurrió una idea y me dije será mejor que yo pesquise desde el espacio, entonces me convertí inmediatamente en:

“El Capitán Aéreo Superhéroe Argentino”



CAPITULO 8

“EL CAPITAN AEREO»

En

“EL PORTAAVIONES INVENCIBLE”

Desde ese momento patrulle el espacio hacia el este desde donde salía el Sol y venían los ataques. Repentinamente comenzaron los cañonazos y me diriji hacia allí a toda velocidad para saber a que distancia estaban ancladas las naves que nos bombardeaban. Me remonte en el espacio y volé y volé y ya eran kilómetros de distancias el trayecto.

¡Que raro me dije a mi mismo…!

—Considero que con nuestros pequeños fusiles, no les hariamos daño al enemigo.

Eso lo pense por la intensa distancias en la que estaban ubicados los atacantes. Hasta que repentinamente.

¡¡¡AHAJAJA’ aaa…!!! ¡Con que Aqui estas…! Exclame’

Dia 13 de junio de 1982 hora 09,30 por la mañanaLo que he visto allí fue el llamado “PORTAAVIONES HMS RO5 INVENCIBLE” Orgullo de la «Real Marina Británica” Esta navegaba indolentemente sobre el océano Atlántico y estaba custodiado por dos destructores de escoltas a ambos costados, sobre cubierta se veían a los marines británicos trabajando y lampaceando.

El gran navío parecía una «fortaleza» por lo gigantesco que se veía. Soldados, mecánicos y artilleros se preparaban para los próximos ataques. Más allá se observaba en descanso 8 aviones Sea Harríer y 12 Helicópteros Sea King. He visto también que desde el Portaaviones despegaron verticalmente, dos Sea Harríers dirigiéndose hacia tierras Gallegas.

La pregunta era… ¿Que’ pasara’ después de esto…? Y entonces me pregunte. ¿Ataco o no al Monstruoso Barco? Mi idea era atacar y causar daño al enemigo. Si yo atacase primero comenzaría de nuevo los bombardeos a mis líneas, sobre los “Regimientos de Infanterías” que estaban apostados en las trincheras.

¡Y opte por esperar!

Desde ese momento me senté en el espacio en forma india y en cuclillas a pensar y especular. Observe atentamente los movimientos del enemigo en el portaaviones y en los bombarderos.

En ese momento me hallaba levitando a una altura aproximada de 70 metros sobre el mar y el barco, no tenía casco ni tampoco fusil. ¡No lo necesitaba, pues estaba en armonías con el poder!

¡¡¡Ya atacaran de nuevo y allí van a descubrir lo que es bueno…!!!

Hasta que sobre la borda del Invencible se formaron un grupo de marines con boinas negras. He visto que recibieron instrucciones de un superior, luego rápidamente se distribuyeron a los cañones para comenzar a bombardear. Más allá uno de los marines efectuó unas señas con banderita roja y otro azul a los bombarderos que navegaban cerca del barco. Entonces ellos también maniobraron sus naves girando sus cañones hacia la Islas para disparar.

Hora aproximada 11,30 a la mañana, comenzaron los bombardeos hacia la Islas. Entonces me levanté desperezándome para atacar. Tome altura una distancia de 500 metros hacia el cielo y me lance’ en picadas a una “velocidad supersónica” contra el Portaaviones Invencible. Mi intención era perforarlo en dos y colisione bruscamente sobre las partes rayadas de la cubierta. Aquel gran impacto me hizo rebotar como si fuera un bólido hacia el otro lado del barco, mientras que la “Monstruosa Nave”, solo se balanceo ligeramente en el grandioso océano.

—¡¡¡Que raro, tan duro es este Barco!!!

¿¿¿Sera de Titanio el metal que lo compone…???

—Ya buscare la forma de hundirlo, lo prometo…

Y mire a mí alrededor observando al bombardero que estaba a la izquierda del Invencible. Me dije: ¡Aquel es más pequeño probaré con ese! Y me diriji contra él a toda velocidad, le llegue de pie y con los talones atravesé el fuselaje, pasando al otro lado, justo por la línea de flotación.

Muy pronto el torpedero se puso de punta para arriba, hundiéndose en el frío y helado océano. Los soldados ingleses que estaban observando desde el Invencible el hecho, se apretaron la cabeza. Ellos no querían creer los que estaban presenciando. En un principio creyeron que estaban siendo bombardeados por las líneas Argentina y que los cañonazos argentinos eran tan potentes como las de ellos. Entonces yo grité de alegría y euforia en el espacio.

¡YAHoo…! ¡¡¡Ja, ja, ja…!!!

Y luego me diriji volando hacia Puerto Argentino, para revisar si hacían faltas mi ayuda allí, no sin antes de gritar.

— ¡Y volveré…! Levantando el puño arriba.

Cuando regrese’ sobre la línea he visto que los muchachos hacían lo de costumbre, disparaban sin cesar hacia el mar sin siquiera distinguir a que cosa le estaban disparando. Me quede suspendido en el espacio observándole. Esa noche yo estaba pesquisando en el espacio y cuando más negra era la oscuridad los ataques seguían pujantes y desde arriba se veía los fogonazos de la artillería británica.

Volé entonces siguiendo esas luces que surcaban el espacio y llegue hasta los barcos que disparaban a las líneas de las trincheras. Con cada cañonazo en la oscuridad, resplandecía el área iluminando el lugar. Me puse a una altura prudencial sobre unos de los barcos y lo que vi allí fue que los cañonazos salían desde cubierta.

No era de mi gusto atacar de noche, primero porque la oscuridad no me ayudaba a la visión para destruir. Pero aun asi, me senté a una altura determinada de quince metros en el espacio, para observar lo que hacía el enemigo. Asi he visto que había en el lugar dos naves más pequeños que el invencible. Me sostuve arriba de uno de los barcos y vi que dos soldados británicos maniobraban un cañón. Que estaba ubicado en cubierta, dirección oeste sobre los parapetos del barco.

Aquellos soldados levantaron juntos un pequeño misil de un metro de largo por 40 mm circular. Seguidamente lo emboscaron por detrás de la pieza abriendo una pequeña compuerta de metal.

Escuche’ que se reían a carcajadas. Mientras uno decia:

—¡¡¡Crying Argentine…!!! (Llora argentino)

—¡¡¡Cry…!!!

—Cry.

—Harc, Harc, Harc, riéndose.

Ya verán exprese yo. Me disgustaba de sobre manera las burlas que hacían y la formas en la que se reían. Me daban ganas de tomarles del cuello a esos infelices. Entonces encolerizado me levante’ y arremetí encima de ellos a todas velocidad.

¡Así que, harc…! ¡Harc…! Les dije…!

Le tome a cada uno desde donde podía, alguno de las orejas a otro del cinturón y los arrojaba al helado océano, replicando sus anteriores burlas.

— ¡Parecían cuervos esos desgraciados…!

Seguidamente, se escucharon shapuzonasos entre las olas del océano y gritos lastimeros mientras ellos caían.

—¡¡¡Aaaaooooooo…!!!

¡Shumpf plaaf…!

A continuación levite sobrevolando la oscura borda del barco y encontre a un soldado inglés, que estaba apuntando el océano con un fusil fal, volé hacia él y le llene’ de sopapos, tumbándole sobre la borda. He visto que aquel comando desmayado portaba unas gafas en la semipenumbra, le saque inmediatamente de la cara y me lo puse. Fue’ una sorpresa para mí, pues al mirar a través de ella se veían perfectamente el entorno entres las penumbras. La misma se trataba de una “visión nocturne”

También vestía por su cuerpo una especie de chaleco inflable, el mismo le saque’ a los sopapos limpios y rápidamente tomé el fusil con miras en la oscuridad.

¡Ya para ese momento sonaba la alarma en todo el barco!

¡Triiurp…!

Triiurp…

¡Triiurp…!

Parpadeaba una especie de luz roja que estaba ubicado sobre la puerta de una entrada. Seguidamente se movilizaron sobre cubierta grupos de soldados, quienes salieron desde el interior del barco.

En aquel momento yo ya tenía el preciado secuestro en mi poder. El mismo se trataba de una avanzada tecnología, un par de gafas para observar en la oscuridad, un par de fusiles con miras de visión nocturna y un par de chalecos antibalas, con batería interna contra el frío.

Era aproximadamente las diez de la noche y pensé que si yo llevase esa tecnología al jefe inmediato de las Malvinas, sería una pérdida de tiempo. Pues él tendría que informar a Buenos Aires y mandar por embalaje al “Estado Mayor Conjunto” todo lo secuestrado. Tardarían por lo menos una semana eso si los Ingleses no lo destruyesen o secuestren en su trayecto por el espacio. Por lo tanto era imperioso informar de aquella tecnología a Buenos Aires a fin de que los científicos argentinos puedan copiar o conseguir similares armas para nuestros soldados.

A mi pesar deberé llevarlo yo personalmente, por lo tanto era una misión para:

«El Capitán Aéreo”

Sentí muchas penas tener que abandonar el lugar, pues las batallas allí me divertían. Pero eso ya estaba decidido entonces emprendí vuelo hacia la capital. A toda velocidad.




CAPITULO 9

“LA MISION A BUENOS AIRES”

Antes de una hora ya estuve sobrevolando sobre la ciudad de Buenos Aires, busqué la casa del “Gobierno Presidencial” Y me metí en donde se encontraba el sillón del Presidente, deposite allí todo lo comisionado, un fusil con miras de visión nocturna, unas gafas con los mismos y un chaleco antibalas con batería interna. El otro elemento lo lleve’ a la Provincia de Formosa “Mi tierra” Del mismo modo me metí en la “Casa de Gobierno” último piso y deje allí un fusil con mira de visión nocturna, chaleco antibalas con batería interna contra el frío y unas gafas para mirar en la oscuridad.

Como yo ya estaba en mi provincia quise visitar a mis familiares y me diriji a mi casa en la “Ciudad de Clorinda” Luego amanecí en mi cama para variar un poco. Al otro día recorrí por el centro a fin de saber lo que pensaban la gente (con respecto al conflicto de las Malvinas) Y ellos decían:

«Estamos ganando”

Luego encontré a mi primo, que tenía el deseo patriótico de ir la guerra y le aconseje diciendo:

Si quieres puedes engancharte en la Gendarmería Nacional y luego de unos meses irías al frente de batallas. A él le gusto la idea y entonces le dije:

— ¡Te llevaré a Campo de Mayo allí te engancharan sin revisarte mucho.

Esto era asi en aquellos dias. A los que se presentaban voluntariamente para servir a la patria se les marcaba en la paleta “Apto A” Con un sello grande y ya pasaban a instrucciones sin tantos protocolos, pues la necesidad de futuros soldados era imperante.

“Porque la Argentina estaba en Guerra”

Mi primo se preparó y al segundo dia ya tenía su bolso de viaje sobre el hombro y me pidió que lo llevase a Buenos Aires. Muy pronto ya estábamos en el espacio, era por la mañana temprano, habrían sido las siete y entonces le pregunté:

¿No quieres mirar como son las batallas en las Malvinas…?

Y él contestó inmediatamente que sí que es uno de su más grande deseo y entonces en vez de dirigirnos hacia la bajada del Sol, nos dirigimos al sur, rumbo a las Malvinas. Muy pronto ya estábamos cerca de las islas y los bombardeos seguían implacables sobre las posiciones de Puerto Argentino y demás guarniciones.

Nos pusimos a una altura determinada para observar y al rato vimos como algunos cañonazos daban de lleno en las trincheras, haciendo volar a los nuestros en pedazos. Momento en que mi primo casi enloqueció de rabia y pena. Me pedía a gritos que le baje entre ellos, que el también quería luchar y matar al enemigo. Entonces le dije:

¿Vos estás loco, cómo pensas ayudarles allí…? ¡Vas a morir muy pronto entre ellos, porque’ no tenes instrucciones de Guerras…!

Y él me decía llorando

— ¡Pero mira pobrecitos como les hicieron…!

Bueno, está bien cálmate ¡Vamos, te llevaré a destino…!¡Allí te instruirán y vas a volver al frente de Batallas luego…! Y volamos de nuevo dirigiéndonos hacia buenos aires.

“Guarnición Militar de Campo de Mayo”

Dia 15 de mayo de 1982 hora 09,30 por la mañana. Ubicado en el partido de San Miguel de la Provincia de Buenos Aires. Entramos por arriba en el lugar y rápidamente baje a mi primo entre las filas de Jóvenes quienes estaban allí para engancharse en la Gendarmería Nacional. Le estuve observando hasta que se sacaron las ropas en grupos y les marcaron el resultado médico con un sellado en la paleta que decía

¡Apto A…!

Y como ya estaba cumplida mi misión allí, volé de nuevo surcando el espacio rumbo a las Malvinas. Ya en el lugar de nuevo y observando las trincheras los bombardeos continuaban incesantemente y como en cada guerra no faltan locos, allí se avistaba uno con todas las de ley.

Todos los soldados estaban dentro de los pozos, menos él y este muchacho estaba afuera gritando:

— ¡¡¡Aaa punteen!!!

— ¡Fuegooooo…! Tuve que bajar a tierra y le dije.

¡Che’…!— ¿Que ‘queres…? ¿Que’ te maten acaso…?

—¡¡¡Entra ya en la trinchera!!!

Ordene empujándolo luego le observe si tenía alguna insignia o era un oficial a cargo y él no lo era. Se trataba de un recluta (Un soldado rasso).

Le observe la cara y me pareció reconocerle entonces le mire fijamente y él me dijo:

— ¿Que’ me miras….? Y lo dijo con labias aporteñada.

Vos te pareces a un actor, que yo veo en las comedias porteñas por la tele, le dije.

— ¡¡¡Soy yo boludo…!!! Me contestó él.

— ¿Y que haces aca….?

—¡¡¡Vine a defender a la patria!!! ¿Por qué..,?— ¿Acaso no puedo…?

No es eso, creí que el gobierno cuidaría más de sus artistas, manteniéndolos a salvos. Le dije.

¡Aquel muchacho, era un reconocido “Actor Farandulera” de Buenos Aires…! Me quede a su lado en las trincheras, cuidándolo. Entonces él me contó que fue levantado en “La Unimoc de la Policía Militar” En una razia efectuada cerca de Palermo y yo le conté que pese a todos los disparos que hiciésemos no alcanzaríamos a herir a ningún enemigo. Pues ellos estaban muy lejos de nuestro alcance. ¡A pesar de ello los superiores insistían, que sigamos disparando hacia el mar! Más tarde llegó la noche y pregunte’ al actor

— ¿Que harías si tuviese la oportunidad de salir de aqui…?

Y él me contestó:

— ¡Me iría al diablo…! — ¡Porque esto es el Infierno….!

Entonces le dije:

—¡¡¡Prepárate!!! ¡¡¡Porque te llevare de regreso con tus familiares!!!

Momento después ya estábamos en el espacio volando rumbos a Buenos Aires. Nos dirigíamos desde el noreste de las islas (Es decir subiendo) Mientras íbamos conversando y el me preguntó:

—Y cómo es tu nombre…?

Me llamo Juan y el tuyo…?

—Soy Ricardo, dijo el.

—Decime Juan… ¿En donde vivis…?

Soy de la Provincia de Formosa y vivo en un pueblito llamado Clorinda.

— ¿Te suena…? El movió negativamente la cabeza y dijo.

—¿Me podes mostrar en dónde vivís…?

—Bien te lo mostraré, pero vamos a tomar otros rumbos.

—Okey…! dijo él.

—Entonces agárrate, que debemos elevarnos más hasta arriba.

— ¿Y Para qué…?

Quiero observar las periferia de la tierra, asi llegaremos más pronto. (Esto es asi porque desde arriba, se ve mejor la cartografía del planeta)

Entonces subimos a más alturas y la superficie de la tierra se veía perfecta, como un mapa.Vimos así los contornos de Sudamérica

— ¿Que haces, me vas a llevar a otro planeta…? Dijo él.

— ¡Tranquilo y observa…!

—Allá donde se ve el Uruguay. Allí más abajo se ubica la Provincia de Formosa. Luego se ve el contorno de Buenos Aires, que está bañado por el Océano Atlántico.

—Ahora vamos a bajar en picada. ¡Sujétate…!

Muy pronto estuvimos sobre la ciudad de Clorinda planeando y sobrevolando el lugar, que estaba bañado por un claro luz de luna. Aún en esa época el pueblo tenía muchas forestaciones. Las casas tenían pocos progresos, la mayoría eran rústicas con muy poca vivienda de la IPV o tal vez nula.

En el pueblo solo se distinguía la Avenida General don José de San Martín. El Escuadrón número 16—La Comisaría —La Iglesia —El Mercado Municipal—La Municipalidad—la Escuela Nº 8 y El Hospital. El resto de la ciudad estaba llena de arboledas y vegetaciones. Los caminos eran de tierra polvorientos en todo el pueblo. No igual la mencionada Avenida don José de San Martin, que era la única calle céntrica asfaltada.

—¡¡¡Esto es un villorrio…!!! Exclamó el.

—¿¿¿Y vos vivís acá???

Así es y a mucha honra…! Le dije

—No quise ofenderte…dijo él. ¿Pero por que no te quedas allá por Buenos Aires…?

— ¡Tú perteneces a algo más grande, deberías vivir en un lugar progresivo…!

Está bien, pero cambiemos de tema. Le dije. Entonces ya íbamos rumbo al oeste de Clorinda, hacia donde se veía Buenos Aires.

Así lo hicimos y llegamos aproximadamente a las 04,00 de la madrugada, volando a una altura de 1000 metros sobre el mar y desde arriba se observaban las titilantes luces de la ciudad y también se distinguían perfectamente las jurisdicciones.

—Mira’ esa parte es Quilmes y aquella es el Gran Buenos Aires.

— ¡Seguí que yo te guio, yo vivo en Palermo…! Hasta que el dijo:

—Allá es. Pero aún no amanece, no puedo llegar a esta hora a casa. Nadie me va abrir la puerta.

No hay problema. Le dije yo.

Podemos dormir aquí arriba, esperando que amanezca todo y así lo hicimos. Estábamos lejos del fragor de las batallas.

Muy pronto fue clareando el dia y el Sol fue despuntando al este, con el color naranja de la aurora. Entonces le desperté y le dije:

— ¡Ya es hora de bajar…!

— ¡Ahora sí…! Me dijo él.

Y descendimos lentamente en donde sería su casa. Un grupo de pájaros que nos vieron bajar desde el espacio huyeron espantados desde un gran nidal que estaba arraigada en un gigantesco árbol.

En el pueblo donde él vivía se avistaban modestas casas de materiales. Más unos que otro edificio Colonial. Algunos negocios y calles asfaltadas, las que no eran tan anchas como las de hoy en dia. La casa de él estaba ubicada frente a una plazoleta que tenía bancos, juegos de hamacas, balancines y unos arbustos que adornaba aquel lugar. Le baje a tierra y el pulso un timbre, del otro lado alguien pregunto.

— ¿QUIÉN ES…?

—Soy yo tía me podes abrir. Dijo él.

— ¿Quién vos…?

Y él le dijo su nombre. Entonces la dueña de la voz retiro la cadena de seguridad y salió una mujer de aproximado 40 años de edad, de cabello rubio y ondulados, se abrazaron mientras ella lloraba de alegría.

— ¿Quién te trajo…?— ¿Estás de licencia…? Fue la pregunta de rigor.

—¡¡¡Vine hasta aqui con un amigo tía!!! Dijo él.

Entonces ella salió a mirar afuera y no vio a nadie.

— ¡QUE RARO…! Dijo ella.

Yo estaba arriba mirándola, luego entro de nuevo a la sala y cerró la puerta con cadena de seguridad. En aquel momento ya era de dia y el Sol se levantaba en los altos.

— ¡Sera mejor que regrese a la guerra! Me dije a mí mismo y volé de regreso a “Las Malvinas” a toda velocidad.




CAPITULO 10

“EL MOTIN DE LAS TRINCHERAS”

Ya en el lugar y sobrevolando de patrullaje por el espacio las distintas posiciones y posos de zorros disimulados por tierras y pastos que pertenecen a las lineas defensivas de nuestro ejército. Observe que dentro de una de las trincheras aislada en el monte Tumbledown se encontraba un grupo de 10 conscriptos armados con fusiles FAL. No he visto a ningun superior con ellos en el lugar.

Aquellos hombres pertenecían al despliegue de la zona y defensa táctica de Puerto Argentino. Más allá en la retaguardia a 50 metros había otro grupo quienes tenían una pieza de Mortero de sesenta milímetros y una ametralladora MAG. Camufladas con unas redes de colores semejantes al terreno montañoso. Observándoles he visto que los muchachos de aquel pelotón se les veían desmoralizados, algunos de ellos estaban sentados dentro de los pozos, presionando sus cabezas, otros se quejaban tosiendo continuamente y muchos de ellos ya estaban enfermos.

Baje rápidamente entres ellos para saber que estaba sucediendo y asi me entere de que todos los muchachos de aquel sitio. No habían desayunado ni comido nada, desde hace dos días atrás. Entonces en aquel lugar arreciaba el hambre.

Mientras tanto los ingleses habían hecho un alto al fuego. Me salí rápidamente de la trinchera y les dije a todos:

¡Debemos hablar con el jefe…!

— ¿Quién va conmigo…? Y nadie se animaba pero uno más inteligente lanzó una pregunta.

— ¿Y quién es el que va hablar…? pregunto.

Y todos los demás le apoyaron.

—¡¡¡Siiiiii…!!!

—¡¡¡Siiiiiii…!!!

— ¡Yo Voy a hablar…! Les dije.

Entonces salieron de las trincheras cinco soldados y se alistaron conmigo. Seguidamente nos dirigimos a unas casas de tablas que distaban a 200 metros de alli, eran las oficinas de los Jefes de grupos, quienes habían llegado hace poco y estaban de excursión por la zona.

Llegamos en el lugar y empuje la puerta para entrar

y alli estaban por las menos tres personas, quienes nos miraron sorprendidos. Uno de ellos era un “Comandante Mayor” y los otros dos oficiales a cargo de la división. Aquellos superiores estaban deliberando el futuro despliegue de los hombres y sobre una mesa un mapa de las Malvinas y con un compaz, trazaban coordenadas, apuntando lugares especiales.

— ¿¡¿Cómo se atreve soldado…?!! Dijo uno.

Que supuestamente era el guardaespaldas del “Mayor” Y violentamente me asestó un tiro con la pistola calibre 9 mm a una distancia de 4 metros.

¡¡¡Bang…!!!

El disparo me pego en la rodilla izquierda. Y rebotó de mí cuerpo hacia un costado, con un raro silbido.

¡¡¡FIU, uuuuu…!!!

Repentinamente, también yo reaccione’ sobre el que me habia disparado. Descerrajándole un tiro, que le pego en el hombro derecho.

¡¡¡Bang…!!!

Y se le cayó el arma a tierra, los soldados que me habían acompañado salieron corriendo de allí asustados (Supongo que ellos regresaron a sus líneas) Entonces dije

—¡¡¡No vine aquí a matar a nadie mi comandante…!!!

—Vine aquí con un reclamo justo en el nombre del pelotón de las trincheras.

— ¡Todos alli tienen hambre, algunos ya están enfermos y desde hace dos días que no comen nada…!

— ¡Necesitamos para ellos, comida, medicina y ropas calientes…!

Vengo de portavoz a comunicarle, porque ningún oficial está entre nuestras fila, para expresar nuestra incomodidad.

Mientras tanto el oficial que fue herido presionaba el hombro con la mano izquierda, mirando al mayor que sonreía por la acción (Quizás haya sido un tic nervioso)

Repentinamente le hace señas para que vaya a la enfermería a curarse. Seguidamente me miro a mi y contestó’

—¡¡¡Está bien mijo!!! ¡Pero esta no es la manera de venir a amotinarse…! Pregunto’ después.

— ¿A que batallón pertenece usted…?

—Yo no pertenezco a ningún batallón Señor…!

—Soy soldado voluntario y vine aquí a ¡¡¡Luchar por la Patria…!!!

— ¡Por favor señor…dígame! ¿Cuál es la situación en este momento…?

Entonces el comandante mayor pozo’ los puños sobre el escritorio del mapa y movió negativamente la cabeza.

—Le voy a explicar cuál es la situación aquí mijo, pero dudo mucho, que usted ni nadie lo solucione.

—Las rutas marítima y aérea, entre Comodoro Rivadavia del Chubut y de Río Gallegos “Están Cortadas” Todas las naves como el Hércules y los buques de mar que traían tropas, provisiones y armamentos. Ya no pueden llegar a estas islas, porque son interceptados y derribados por aviones enemigos como los Sea harríers —GR.3 y Abro 698 Vulcano.

— ¡¡¡Hasta los Buques Mercantes son hundidos!!!

Expresó el Mayor. Entonces yo el Capitán Aéreo lo comprendí todo. El porqué’ de la carencia de alimentos, para los pobres soldados del frente.

Seguidamente le hice el saludo uno y le dije al mayor

— Agradezco su información “Mi Mayor” pero yo puedo solucionar este problema.

— ¿Y cómo…? Dijo él, abriendo las manos.

—“Yo soy un Superhombre”Y puedo volar hasta Río Gallegos y traer todos los pertrechos necesarios hasta aquí.

Repentinamente el Mayor se largó a reír a carcajadas mirándo la cara del Súper Soldado y dudando de sus corduras. Al observar esa expresión nuestro héroe huso unos de sus poderes y violentamente se convirtió en:

“El Capitán Aéreo»

Flotando frente a los incrédulos ojos del comandante quien ‘repentinamente enmudeció, reflejándose en su rostro el asombro. Seguidamente se levantó callado de la silla y ejecutó el saludo uno del Ejército. Entonces me despedí de el volando hacia afuera de la oficina y diciendo:

Volveré con todas las cosas necesarias esta noche para que no me vea el enemigo ¡Mi Mayor…!

Y volé hacia Río Gallegos.




CAPITULO 11

“LA MISION A RIOS GALLEGOS”

Más tarde llegó’ la noche y traspase volando el Océano Atlántico para llegar hasta la base del Río Gallegos en aproximadamente 45 minutos. En el espacio no se veía ningún avion enemigo como Sea Harríers o Volcanus.

Muy pronto sobrevolé la gran ciudad del Ríos Gallegos y justo a orillas del Mar Argentino, estaba ubicado el despliegue de la “Base Militar de Apoyo Logístico” Desde alli al comenzar la guerra toda las mañanas se llevaban nuevos contingentes para las Malvinas en especial para Puertos Argentino. Los subían en los barcos de la Marina Mercante Argentina y entre ellas en el “Ara Islas de los Estados” Cuya embarcación estaba bajo las órdenes administrativa de la Armada Naval Argentina y sus tripulantes eran todos “Marinos Mercantes Civiles”

Al subir la barrancas de Ríos Gallegos había un Gran Playón, unas casas de maderas y carpas del Ejército Argentino, también grupos de guardias apostados en puntos estratégicos para custodiar aquel playón. En aquel lugar se hallaba aparcados varios camiones de pertrechos Repletos de mercaderías como: conservas, chocolates cigarrillos y enlatados varios listos para ser descargada en los buques, que llevarían soldados armas y provisiones al frente.

La base de Ríos Gallegos y Puerto Argentino estan distanciados entre sí a 783,3 kilómetros es decir 486,7 Millas dirección 90 grados hacia el este y constituían un lugar estratégico, debido a las pocas distancias entres ellas.

Muy pronto observe en el lugar los entrenamientos militares, también los movimientos de tanques de guerra e infanterías adiestrándose con armas en manos. Más allá los aviones “Cazas Argentinos” sobrevolaban el espacio perimetral de la ciudad, mientras otros estaban aparcado en el aeródromo.

En aquel momento eran aproximadamente las nueve de la mañana.

Yo estaba vestido con uniforme de soldado raso y era seguro que si me acercaba a un superior queriendo hablarle no me haría caso. Salvo ordenarme una buena “Raneada” Por lo tanto pensé (Voy a buscar una insignia de oficial para adquirir respeto de los soldados con quien me encuentre) Y así lo hice.

Con mucha suerte atravesé el techo de un edificio de madera (teletransportacion) donde había borceguíes, uniformes y también escalafones, con sus respectivos grados y significativos. No estaba nadie en el lugar ni en los alrededores, todos los soldados estaban de fajinas y de instrucciones de guerra.

Entonces elegí un uniforme de infantería el de subteniente primer grado del Ejército junto con una pistola calibre nueve milímetros, que portan los oficiales. Acto seguido pose mis pies en el playón Gallegano detrás de unos camiones y me dirigí hacia donde estaba un soldado de centinela, quien se encuadro antes mí saludando con el arma.

¡Descanse Soldado y contésteme unas preguntas…!

— ¡Ordene mi Subteniente…! Dijo él.

— ¿Dónde quedan las Oficinas de Cartografías…?

— ¡Después de las oficinas de Ingenieros Mecánico señor…!

—Verá’ usted unos tanques de guerra allí y es en la segunda puerta, seguido de aquel Pabellón, contestó el soldado.

—¡¡¡Continuar Soldado!!!Le Dije…!

— Comprendido mi Subteniente voy a continuar contestó el soldado.

Ya allí el Capitán Aéreo golpeo la puerta de la oficina de Cartografía.

— ¡Adelante Soldado!

Dijo alguien, desde adentro. Al ingresar vi que el cartógrafo estaba remarcando algunas líneas de avanzadas. Se levantó inmediatamente al verme e hizo el saludo uno presentándose como un teniente a cargo de las oficinas de “Cartografía de Guerra”

—¡¡¡ADELANTE!!! Dijo al Capitán quien evitó los protocolos de presentacion.

— ¡Vengo comisionado desde Puerto Argentino, para mandar a confeccionar unas cartografías de las posiciones del enemigo señor…!

— ¿Cooomo…? Expresó’ el teniente sonriendo.

—¿¿¿La pregunta es cómo usted llegó hasta aquí??? ¿Y pasó las vallas del enemigo…?

— ¿Si las Rutas Viales Marítimas y Aéreas están cortadas…?

— ¡Eso no importa mi Teniente…!

—¡¡¡Yo traigo las posiciones exactas, del desplazamiento del enemigo!!!

—Y mi Rigor Primordial es plasmarla sobre un Mapa Cartográfico, para conocimiento del Estado Mayor Conjunto.

Muy pronto el Teniente mostró al Capitán Aéreo unas cartografías de las Islas Malvinas explicándole Kilómetros y millas marinas, luego le fue preguntando la ubicación exacta de cada uno de los barcos enemigos y los fue plasmando sobre el mapa, clavándole alfileres con cabezas rojas y negras.

Tambien relato al Teniente que las naves que atacaban las trincheras estaban ubicados a uno 25 kilómetros, evitando así al Obús 155 mm marca Citer L33 que teníamos al lado de nuestras posiciones, cuyo alcance promedio es de 20 mil metros y de 24 mil con municiones especiales y con ella hacíamos fuego de contrabaterías a los buques de la Royal Nabí que bombardeaban las posiciones Argentina desde el Oceano.

Pasamos horas preparando todo el informe Y almorzamos juntos trabajando.

Seguidamente el teniente me preparo una copia para llevar a mis superiores en Puerto Argentino y más tarde me despedí de él para regresar a mi base con el mapa que indicaba la posición exacta del Portaaviones Invencible.

En aquel momento ya había llegado la noche y yo tenía que regresar con las cosas que le prometí al “Comandante Mayor” entonces me dirigí hasta los muelles donde se encontraba el playón de camiones que estaban repletas de mercaderías. Elegí un camión Mercedes con plataforma de carga de 1000 kilogramos y me metí por debajo de ella. Luego lentamente lo levante en el espacio sin que me vean los guardias, quienes estaban ocultos en la oscuridad, de a poco me eleve con el camión a mil metros de alturas en una absoluta oscuridad dirigiéndome desde Ríos Gallegos, del norte a sur rumbos a la Isla Soledad.

Llegue cerca de las trincheras dos horas después y baje el camión a pocas distancias de la línea, donde estuve hablando con los soldados que habían sufrido hambre frío sed y enfermedad. Lo bueno era que en aquel momento no había cañonazos de la Royal Nabí.

Seguidamente me dirigí a buscar al Comandante Mayor donde nos habíamos despedido frente a la casa de madera y no lo encontre. Entonces pregunte a los otros soldados por él y me dijeron que ellos solamente habían estado de paso por el lugar, que aquel grupo se trataba del Comando Especial Número 602 en Misión Especial y que habían llegado en helicópteros hasta ese lugar, para desplazarse luego por las montañas.

Entonces pensé: (¿Qué es lo que hare? ¿A quién entregare el Mapa que traje conmigo…?) Y me acorde que en la Ciudad de Puerto Argentino en el Chalet que era del Gobernador Milord Red Hund se encontraba el nuevo mandatario de las Islas. El General don Mario Benjamín Menéndez quien habia llegado en las Malvinas el 7 de abril de 1982, para hacerse cargo como Gobernador de las Islas.

En la oscuridad me dirigí volando hacia allá. Cuando llegue al Chalet me tele transporte desde arriba atravesando el techo. Alli se encontraba el General Gobernador durmiendo apaciblemente por más que se escuchaban bombardeos en las distancias. Entonces deposite el mapa arrollado que lleve sobre una mesita de luz, que se encontraba en la cabecera de la cama, sin que el hombre se diera cuenta.

Seguidamente me salí propulsándome a través del techo (teletransportacion) Y regrese volando a las trincheras entres los soldados quedandome alli con ellos en la oscuridad. Quería observar las sorpresas reflejadas en las caras de los muchachos. Al ver el camión de mercaderías que descubrirían después de que amaneciere todo.

Más tarde fue aclarando la oscuridad, entonces quise darles una sorpresa a los muchachos y me salí de las trincheras, para subir las carpas del camión. Seguidamente llame a otros soldados y empecé a bajar alimentos enlatados para todo los presentes. Al rato ya estaba un grupo deliberando y repartiéndose entre ellos: cigarrillos, chocolates, sardinas, galletitas y puré de estofados en latas y los habría rápidamente con sus cuchillos de guerra.

La fiesta termino muy pronto pues desde la Ciudad de Puerto Argentino fueron llegando en el lugar, una comitiva que estaba integrado por un Jeep Mercedes Benz 230-G que conducía al Gobernador de las Islas, custodiado por oficiales del Ejército Argentino y seguido a corta distancia por una Unimog 416 repleto de soldados, quienes no encontraron en plena faena y repartija.

— ¡Alto alli soldados…! Ordenó un oficial recién llegado.

Y el General Menéndez descendió del Jeep dirigiendose al vehículo cargado de mercadería para mirar, luego preguntó.

¿Quién fue el chofer que trajo el camión, hasta aqui?

Pues estábamos en la entrada entre el océano y tierras Malvinense. Ningún soldado pudo contestar nada. Entonces ordenó que el batallón de las trincheras salga a formar fuera de los pozos y se produjo relevo en el lugar con el pelotón que había llegado en la Unimog con ellos. El gobernador también impuso que un oficial conduzca el camión hasta la ciudad de Puerto Argentino a fín de que los cocineros del Ejército preparen el rancho alli para todos.

Hasta ese momento el Capitán Aéreo se sintió muy satisfecho por una gran misión completada. Pero allí no he visto por ninguna parte al Comandante Mayor de cabellos blancos, pregunte’ por él a un oficial recien llegado y él me contesto:

— ¡No lo he visto, ni se por donde esta…! Supuse entonces que él habría sido comisionado a comandar otro punto de defensa.

Despues del relevo que me toco también a mí llegamos hasta Puerto Argentino y mientras nos desplazábamos en la Unimoc entramos al Pueblo Quelpers y al pasar con el vehículo sobre un puente alcantarillado alli en Puerto Argentino, me tiré de espalda sobre el Río con el susto de mis camaradas que gritaron entre todos:

¡¡¡Hombre al Rio!!!

Y salí volando de allí a velocidad supersónica, pues yo tenía que seguir velando por los demás, así que me dirigí raudamente a observar las estrategias que preparaban en la Royal Nabí, para los futuros ataques.




CAPITULO 12

“EL PRINCIPE BRITANICO”

Sobrevolando las Islas Malvinas desde el norte al sur se encuentra la boca del estrecho San Carlos, con un ancho total de 2 kilómetros y 15 kilómetros de largo. Aquel estrecho separa las dos Islas principales la Isla Soledad al este y la Gran Malvinas al oeste. Mire a mis costados y he visto desde alli las costas de la Islas en formas grisáceas a aquella distancia de las costas estaba anclada una fragata enemiga.

Seguidamente me acerque volando sobre la popa de aquella nave para investigarla y he visto que en aquel lugar tenían prisioneros sobre cubiertas a tres soldados argentinos, quienes se encontraban sentados y recostados por el parapeto del barco.

Más allá frente a la pipa del barco estaba parado un individuo que vestía un uniforme de color celeste y portaba el grado de un príncipe. Aquel sujeto media una altura de 1,80mts y calzaba unas botas negras similares a las que usan los jinetes. Sus ojos eran claros y también las barbas que cubrían su rostro. El se hallaba sobre cubierta del barco con las manos hacia atrás y miraba fijamente a los soldados prisioneros.

Repentinamente hizo unas señas llamando a unos marines de boinas verde oscuro, quienes inmediatamente arrastraron a un soldado prisionero y les hicieron arrodillar frente a él. Seguidamente comenzó a interrogarle en un perfecto español, preguntandole de las posiciones en la que se encontraban las líneas Argentina. Mientras que aquel soldado le contestaba con un sistema de código, diciendo:

—¡¡¡Soldado Argentino número de código (xxx)” Al servicio de la Patria…!!!

Esto disgusto muy de sobre manera al Príncipe, quien le propinó unos golpes al bajo vientre (estómago) Y continuo repitiendo las preguntas varias veces sin poder sacarle nada a aquel soldado. Entonces el grupo de comando británico les pateó por todo el cuerpo y lo arrastraron sobre las bordas. Seguidamente aquel monarca les hizo unas señas a los marines y ellos tomaron rápidamente por debajo de los brazos al soldado y a las rastras lo llevaron y arrojaron al helado océano.

Al observar aquella sanguinaria acción me dirigí raudamente a buscar al que fue arrojado y lo encuentro bajo la profundidad del oceano a tres metros, pero ya perfectamente congelado. En forma Urgente lo lleve en el espacio para reanimarlo. Primero rompí el hielo comenzando por la cara, luego lo de todo el cuerpo y lo encontré todo azulado y sin respiración alguna. Entonces efectué la reanimación aplicando fuerza sobre el pecho y el estómago, hasta que devolvió agua por la boca y se sentó. Seguidamente le mire a la cara y le dije.

— ¡Tengo que sacarte de aqui! Mientras observaba los movimientos en la nave.

Pero en aquella flota aún me quedaban dos soldados para rescatar. En ese momento el príncipe británico ya no se veía por la borda, tampoco los otros prisioneros. Entonces continúe con el dialogo y pregunte:

¿Donde prestas servicio…? Y él contesto.

En Darwin.

Luego le pregunte de donde es oriundo y el contesto que es de Concordia Entre Ríos, cerca de Salto Grande. Entonces lo lleve para allá al fin y al cabo le salve de una muerte segura y nadie iba a reclamar su cuerpo, porque estaría en el fondo del océano. Más tardes regrese en el lugar donde estaba el monarca a quien visualice sobre la cubierta y frente a él a cinco comandos británicos de boinas verdes, recibiendo instrucciones. Seguidamente entonaron un himno que hablaba de fortalezas leones y dragones. Al compás hacían gestos como si marchasen en el lugar, extendiendo sus brazos izquierdos hacia adelante, mientras el príncipe barbudo los observaba. Seguidamente terminaron su himno con un seco golpe de talón al piso de la borda y se colocaron en posición de firmes.

Más tardes engancharon con varias sogas un bote de goma que tenía un motor fuera de borda y lo bajaron por el costado del barco. A continuacion descendieron por una escalera colgante y se dirigieron al oeste, posiblemente a las costas de la Isla Soledad. En el lugar quedó el príncipe sobre cubierta con dos marines de custodios, también dos prisioneros argentinos maniatados. Entonces sobrevolé alrededor del barco y lentamente me coloque en donde estaban los soldados y me sente al lado de ellos y puse mis manos atrás como si estuviesen amarrados. En aquel momento el príncipe estaba almorzando sentado confortablemente sobre una silla de madera y sobre una meza redonda cortaba sus alimentos con un cuchillo. Aquel jerarca no se dio cuenta cuando yo me puse entre los soldados argentinos a quienes les hice gestos de antemanos apoyando mi dedo índice en los labios para que hagan silencio.

Por lo que he visto alli aquellos comandos que zarparon desde el barco, salían de patrullaje y regresaban con prisioneros capturados para sacarles información. Cuando el príncipe terminó de almorzar se apronto nuevamente para continuar con sus torturas. En sus manos tenía un látigo enrollado y como yo le miraba fijamente, con muchas rabias desde donde estaba. Escuche que ordenó me llevasen antes el y entonces vinieron a buscarme dos marines y me llevaron colgados desde bajó del regazo y me arrojaron al piso de rodillas ante él. Entonces aquel monarca comenzó a hablar en español, diciendo:

—¡¡¡Soldado!!!

—No hace falta que pasemos por estas torturas… ¡Si usted fuese Inteligente me contaría de sus posiciones el nombre de sus Jefes y el operativo que se llevaría a cabo en sus líneas…! Entonces me levante violentamente desde el piso y le dije:

—¡¡¡No le digo nada señor inglés…!!!

— ¡Si queres saber algo. Anda’ a mirar sobre nuestras líneas…!

En ese momento los marines que estaban allí me saltaron encima. ¡Uno quiso agarrarme del cuello! Y comence a darle de palizas, otro se lanzo’ por mis piernas también zafé del mismo. El príncipe se retiro hacia atrás y desenfundo un revolver calibre 44, 40 cromado. Efectuó un disparo y el proyectil me dio en la espalda, revotando con un raro chillido a un costado. Mientras yo luchaba contra los comandos a uno le tome del cuello y lo lance a través del espacio al océano, el mismo fue gritando y cayó con un ruido a chapuzo naso en las heladas aguas. Seguidamente me dirigí a enfrentar al otro con las manos abiertas como garras.

Mientras, el príncipe continuaba disparando y los proyectiles pegaban sobre cubierta del barco y con la otra mano lanzaba latigazos en el aire al igual que en la película del Zorro. Aún así me lance por el comando que venía hacia mí con un cuchillo de guerra, arrojando dobles y mandobles, hasta que lo descuide y lo noquee a sopapos limpios, en las mandíbulas y aquel comando cayo desmayado en el lugar. Entonces lo lleve arrastrado del cuello hasta la baranda del barco y lo arroje al helado océano, ante la atónita mirada del príncipe barbudo a quien le dije:

¡Al fin solos príncipe…!

— ¿Quién es usted…?— ¿O mejor dicho que es.Usted…?

Pregunto el príncipe, parado a una distancias de dos metros.

— ¡Usted es mi prisionero señor príncipe…! Le dije con voz burlona.

— ¡Y ahora me va a contestar usted, todo lo que yo quiera saber! ¡Eso es si es que no quiere sentir usted, un helado chapuzón en el Océano! Dije mientra lo observaba.

¡Y hora señor inglés…! ¿Dígame su nombre y cuál es su misión aquí? Y él contesto.

—En primer lugar… Yo no soy Inglés, pero si soy un príncipe de Holanda. Situado cerca de Polonia… ¿

Acaso nosotros estamos en Guerra con Holanda…? Le pregunte.

Él me dijo entonces. Que él es miembro del grupo de “Príncipes Aliados de Europa”

Repentinamente escuche y vi que se iban acercando de regreso los marines que fueron de patrullaje y él dijo:

— ¡Van a cambiando los papeles señor soldado…!

¡No lo creo Señor Príncipe…! Le conteste.

— ¡Pero nos veremos en otra ocasión…!

Me despedi de el haciéndole unas reverencia con las manos y comencé a volar levantando a los prisioneros argentinos, salimos volando de allí en el espacio. Luego ya a unas distancias escuche que el príncipe gritó maldiciendo y dijo:

¡¡¡Maldito voladooooor…!!!

Rápidamente nos alejamos hacia las costas de las Malvinas y los soldados me manifestaron que querían regresar a sus líneas, en el asentamiento San Carlos, cerca de la cabecera de la entrada y los lleve allá.




CAPITULO 13

“LA DESTRUCCIÓN DEL OBÚS CISTER 155mm. L33″

Dia 12 de junio de 1982. Me dirigí a las trincheras donde estaba desde el principio en Sapper Hill y encontré la Ciudad de Puerto Argentino y alrededores atacados por escuadras de Sea Harríers GR3.

Aquellos aviones bombardeaban el aeropuerto donde funcionaba la “Base Aérea Militar Malvinas” Arrojando bombas en racimos y lanzando misiles sobre los FMA LA- 58 Pucara y Aeromacchi MB 339T y también la 34 Mentor aparcados en aquel lugar.También atacaban blancos terrestrs en las costas de las islas, desplazándose a velocidades inauditas. Aquellas naves ametrallaban y echaban explosivos en racimos por doquier. Entonces raudamente me dirigí para defender a los soldados en donde yo estaba, justo cuando un Sea harríers atacaba las líneas arrojando bombas velugas y una de aquellas bombas cayó por el Obús Citer de 155 milímetros L33 desmantelándola ante mis atónitos ojos.

¡No lo pude evitar! Los Aviones eran muy ligeros, un rato estaban aquí, otro en diferentes lugares. Seguidamente se metían entre las nubes y no se les veía, yo no podía alcanzarlos. Entonces idee un plan. Opte por esperarlos hasta que uno pase cerca mio a fin de atacarlos. Muy pronto apareció uno al cual le di una reverenda patada en el medio del fuselaje y este explotó violentamente.

¡¡¡BOOOOOMMMMMMMMNNNN!!!

La explosión me arrojo como bólido en giros con vueltas carneros, hacia un costado. Sacudí la cabeza desperezándome y espere a los otros. Entonces vi que desde el este venia otra nave aproximándose a toda velocidad. Me dirigí volando hacia el con intención de atropellarlo y choque sobre el fuselaje. Entonces vi la cara de aquel piloto que reflejaba estupor y sorpresa. Seguidamente golpee la cúpula de policarbonato transparente (vidrio plástico) que lo protegía y este se abrió por el golpe. Luego saque al piloto de las solapas del uniforme lanzándolo espacio abajo sin paracaídas, quien cayo a través del espacio gritando desesperadamente.

¡¡¡AIEEEOOOOOOOOOOOOOOOOUUUU!!!

Los otros pilotos de Sea Harríers como vieron destruidos dos de su escuadra, se retiraron sobre el océano hacia el este. Supuestamente a la base del Portaaviones Hermes ubicado a 98 kilómetros de la Isla Soledad, mar adentro.

¡Todo este problema dejo mal parado al Ejército Argentino!

Y era imperioso solucionar los ataques que recibíamos, por lo tanto lo que deberíamos realizar era:

«Contraatacar a La Fortaleza Británica en Alta Mar”

No lo pensé dos veces y me remonte en vuelo hacia el este de Puerto Argentino “En búsqueda de revancha” Alli estaba ubicado el Portaaviones Invencible que había sido enviado el 5 de abril de 1982 y se habia colocado a 50 kilómetros de las Islas Malvinas.




CAPITULO 14

«OPERATIVO INVENCIBLE»

Base Aérea Naval Almirante Hermes Quijadas de Rios gallegos, dia 30 de mayo de 1982. Un equipo de aviones argentinos calentaba sus motores listos para la peligrosa misión de interceptar a la Task Forcé de la Marina Británica, encabezado por el Portaaviones HMS R05 Invencible.

Ya el servicio de inteligencia Argentina había rastreado la ubicación exacta del núcleo de ataque y la Escuadrilla que se aprontaba a interceptarlo estaban conformados por cuatros Aviones Skyhawk Serie A4C, y dos Súper Etendar. También integraba aquel grupo dos Aviones Hércules que abastecería de combustibles a la Escuadrilla en pleno vuelo (Mediante mangueras). Uno de los Súper Etendar portaba el último Misil Exocet AM-39 de origen Francés y como dijo el Capitán Aéreo:

Es imperioso destruir la Task Forcé de la Marina Británica que’ tanto daños ha ocasionado al frente Argentino”

Poco más tarde el Capitán Aéreo avisto al Portaaviones invencible y sin pensarlo dos veces se lanzó en picada a su encuentro. En aquel momento los cañones del mismo estaban disparando incesantemente por el babor del barco ubicado de Proa al norte y de Popa al sur y como unos de los poderes del Capitán Aéreo es atravesar las paredes (Teletransportacion), busco la Santa Barbará del barco y entro en ella, avistando la labor de los británicos en quel sitio.

Relato del Capitán Aéreo;

He visto en ese momento a seis uniformados de color beige o marrones claros quienes levantaban un pesado Misil de 4 metros de largos. Los uniformes que portaban aquellas gentes se asemejaban a “Especialistas Norteamericanos” Estos hombres parecían oficinistas pues tenían sendos corbatas beige oscuros y usaban zapatos militares de color negro. El Misil que ellos levantaban a duras penas lo emboscaban abriendo la compuerta de un tubo de lanzamiento del cañón, que estaba adosado a la pared del barco. El Invencible tenía dos, distanciado a 4 metros entre cada cañón que al meter el misil dentro del cilindro y cerraba la compuerta, comenzaba el conteo una computadora con voz de mujer.

—9-8-7-6-5-4-3-2-1

Al llegar a cero un almirante con uniforme de color beis en cuya cabeza tenía un gorro de la Marina y con una gran ancla de insignia, presionaba un botón de color rojo de 20 centímetros de diámetro. Ubicada cerca de la puerta a las tres, mirando al sur. Seguidamente se disparaba un Misil Tomahawk con Ojiva Nuclear (Estos Misiles tenían un alcance de hasta 1.250 km (Sin propulsor) Y 1.600 km (con propulsor) Y podian ser dirigidos, para impactar contra objetivos programados)

Al dispararse cada misil el “Portaaviones Invencible” se balanceaba levemente. Seguidamente el grupo que introdujo el Misil en la rampa acercaba otro nuevo, que transportaban del camarote contiguo. El Portaaviones portaba como Armamentos, tres Ciws Phalanx/Goalkeeper que son Sistemas Artilleros Antimisiles y de proximidad, dos unidades de Cañones Antiaéreas con siglas GAM-B01 de 20 mm.

—Tes= No espere mucho para atacar y me tiré desde el espacio por el grupo de marineros que transportaban el misil y estos cayeron estrepitosamente al piso del barco y sobre ellos, el monstruoso misil. Dos de los marinos que lo portaban se quebraron con un fuerte estallido de huesos y se doblaron en dos sus piernas. Seguidamente se produjo en el lugar un desparramo general armándose un gran barullo mientras yo me reía descaradamente.

Seguidamente ellos saltaban hacia arriba queriendo agarrarme. Unos me lanzaban sendos cuchillazos, mientras yo volaba pegado al techo del camarote de lanzamiento para esquivarlos. La puerta de entrada a cubierta estaba cerrada y yo me diriji hasta ella a fin de no dejarle salir a nadie por el lugar. Golpeaba a sopapos limpios a todos aquellos que se acercaban. Un marino trató de dispararme con su pistola, le tome de la solapa del uniforme y lo levante en el espacio golpeándole continuamente luego le saque el arma y lo metí en la boca. El me gritó en español y dijo:

—¡¡¡No me mates por favor tengo muchos hijos…!!!

Entonces le golpee con el arma que tenía en la mano desmayándolo. Ya en ese momento casi todos los marinos presentes estaban desmayados y otros aprisionados por el pesado misil, gritando y maldiciendo. Hasta que vino para atacarme el Almirante, un hombre calvo que portaba un palo de bate arrancado de una pared de metal. Con el mismo trataba de bajarme del espacio a batazos limpio, mientras yo lo esquivaba. Seguidamente lo descuide y saque de la mano el arma contundente y le propine con su propio bate, un golpazo en la cabeza. He visto que le salió en la testa un reverendo chichón. Mientras, caía desmayado al pizo.

¡Cómo todos estaban nocaut en aquel sitio! Abrí la escotilla de la torpedera y levante el pesado misil solo en el espacio. “Seguidamente lo metí en la torpedera con la ojiva del revés” ¡Y lo cerré inmediatamente! Al rato escuché que se activó automáticamente la computadora, comenzando con el conteo del revés

—9-8-7-6-5-4-3-2-1

Al llegar a cero presioné el gran botón rojo ubicado en la entrada del recinto y tuve que salir de allí apresuradamente. En mi huida abrí violentamente la puerta del camarote y colisioné de lleno con el cuerpo de un marino con boinas, quien estaba por entrar en la torpedera. Este se cayó al piso sentado y en ese momento ya se produjo una reverenda explosión.

¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOON…!!!

Pero yo ya me elevaba volando al espacio y riéndome a carcajadas por mis hazañas. ¡Observe desde arriba el hecho! He visto que producto de la explosión, salían humos por todas partes de la nave. Entonces me remonte al cielo gritando de alegría.

—¡¡¡Iiiiaaaaa ju uuuuu…!!!

Al subir a 200 metros de alturas encontré un avión Súper Etendar cuyo piloto con casco y mascara de oxígeno me miró sorprendido. Hasta que vio la banderita Argentina en el antebrazo derecho de mi campera. Era parte del uniforme que yo había traído de Ríos Gallegos, para que me identifiquen desde el espacio si me veían algún piloto (Esta tenía una banderita Argentina en el antebrazo derecho) Le hice el saludo militar y le dije que desde allí les quedaba a ellos hundir del todo al Portaaviones Invencible que ya tenía un gran boquete cerca de la línea de flotación, en medio de proa y babor izquierdo.

He visto también que otros aviones argentinos ametrallaban y atacaban otras flotas, una de ella era similar al Invencible y esta estaba hundiéndose lentamente en el océano, con la proa hacia arriba producto de un misil Exocet, lanzado por la escuadra Argentina. En una palabra o yo estoy mal de la visión o habia más de un Portaaviones Invencible en el lugar es decir (Gemelos) Mientras tanto se producía el pánico entre los tripulantes de aquel barco que se tiraban por la borda desesperada, también de los otros barcos que estaban cerca del Invencible no hundido pero averiado. Salían humos a borbotones. Mientras el caos se producía sobrecubierta de esas naves menores. Atacados por Aviones Argentinos, que desprendían bombas belugas sobre ellas. Los marines británicos contestaban con Ametralladoras Antiaéreas y pensé que aquella proeza fue una misión con rotundo éxito para la Fuerza Aérea Argentina.

Solamente que el poderío británico tenía muchas reservas bélicas. Hasta el tupé de tener entre ellas (Naves Gemelas), que estaban concentrados en aquel lugar bayo a saber con qué fin. Me tranquilice, pensando que por lo menos se les hizo daño con ese ataque y con eso, el enemigo se morderá el orgullo hasta para después de la guerra. Con el saldo de un Portaaviones hundido y otro averiado en una parte del casco con una tremenda abertura, producto de la explosión sobre la línea de flotación entre proa y el babor izquierdo.



CAPITULO 15

“EL SEÑOR JESUCRISTO”

Seguidamente me alejé del lugar para regresar a Puerto Argentino y llegué sobre las trincheras que se encontraba todo tranquilo, sin bombardeos algunos. Entonces me puse a reposar mirando desde el espacio lo que hacían los soldados dentro de los pozos.

¡Repentinamente…!

Me pareció haber observado algo por el rabillo de los ojos a una distancia de 10 metros en las alturas. Era una imitación de la Vía Crucis del Señor Jesucristo. He visto al nazareno arrastrando la gran cruz de madera sobre el hombro.También vi a un soldado Romano castigándole la espalda, con una especie de guacha que tenía lonjas de cuero y anillos de plomo llamado Flagran. El Nazareno estaba vestido con una túnica blanca y el soldado tenía una especie de falda. No quise creer lo que estaba viendo, entonces me refregué los ojos y mire de nuevo y ya no vi nada. Me pregunté luego:

— ¿Estaré soñando…? Un segundo después ya escuché una voz hacia mi costado derecho que me dijo:

— ¿Por qué haces, lo que haces…? Gire violentamente hacia la voz y lo vi de nuevo. —¡¡¡Era el Señor Jesucristo en persona!!! Entonces exclamé —¡¡¡Maestro!!! Y quise tomarle de las manos y él se retiró de mí, diciendo: —¡¡¡Retírate! ¡Yo no soy tu Maestro, estás lleno de sangre…!!! Y luego me preguntó — ¿Quién eres…? Y yo le contesté. — ¿Acasos no me conoces…? —¡¡¡Soy Yoooo…!!! — ¡Siempre he llorado por ti, desde muy pequeño…! — ¿Y por qué lloraste por mí…? —Por las enseñanzas que me inculcó mi abuela. —Ella me había inculcado el amor hacia ti, desde muy pequeño. — ¡Y yo odiaba a los Romanos que te habían matado horriblemente…! —¿¿¿Y entonces por qué estás haciendo esto…??? — ¡Estoy luchando por mi patria Señor! ¡Por mi gente y por mi pueblo…! —Trato de ayudarles todo lo que pueda. — ¿Y quién te comisionó aquí…? — ¡Yo vine al lugar, traído por el Señor de los Viejos Tiempos…! — ¿Lo conoce usted Señor…? Pregunté y él contestó: —¡¡¡Satanás…!!!

—Él no me dijo que era Satanás, me pidió que lo llamara Señor de los Viejos Tiempos…! —¡¡¡Satanás!!! —Es Satanás…! Repitió el señor — ¿Y qué más te dijo…?—Me dijo que si un día venía un mendigo a decirme que cese mi acción. — ¡No le haga caso y que me revele ante él…!— ¡Nunca pensé que lo diría por usted Señor…!—¿¿¿Y qué piensas realizar ahora??? — ¡Haré lo que usted me ordene Señor…!

¡Está bien…! — ¡Si no cesas de accionar en esto ahora

.

Sobrevendrá la Tercera Guerra Mundial…!—Estas gentes contra la que estás luchando no saben perder. Removerán todas las potencias de este Mundo y se levantarán Naciones contra Naciones. — Y es lo que Satanás está esperando—Que reine en este mundo “Caos Violencia y Muerte” ¡Y el peso de todas esas muertes estará sobre tu conciencia! — ¿¿¿Y cómo podré proceder yo Señor…??? ¡Retírate! Y desiste de lo que estás haciendo… —Te daré tiempo para pensarlo. ¡Regresaré nuevamente por la mañana a saber de tu decisión…! Y el Señor Jesucristo se marchó, simplemente desapareciendo.

Más tarde llegó la noche y yo sentado en el espacio, observando meditativo un punto distante sobre el mar. Mientras, las olas golpeaban las costas con su sonido natural. Yo me encontraba sumido en mis pensamientos, recordando lo que aconteció y aquel lugar fue invadido por una tenue luz fosforescente. Las trincheras se encontraba todo en silencio, en aquel momento habrían sido las diez de la noche. Repentinamente cerca de las costas norte avisté un grupo de marines británicos, que se acercaban desde el mar en un bote inflable con mucho silencio.

Llegue a la conclusión de que sería el grupo que degüella a los soldados en los pozos aprovechando la oscuridad, muñida con la tecnología nocturna llamada visión nocturna.

¡Entonces rápidamente me tire en picada hacia las líneas! Disparando mi pistola y gritando!

¡¡¡Bang, bang!!!

—¡¡¡Alerta…!!!
¡¡¡Alerta roja…!!! —¡¡¡Enemigos en la costa norte…!!!

¡Automáticamente comenzaron los disparos de metralletas y fusiles en todas las trincheras prendiéndose fuego en la oscuridad…!

¡¡¡Ratatatac…TATATATAC, BANG, bang…!!!

Los británicos tuvieron bajas inmediatas (mediante el aviso de alerta) el resto huyo con sus botes, apresurados mar adentro y como podían y nuevamente se hizo el silencio nadie fue a revisar nada en la oscuridad por si fuese un ardid el cese del fuego.

Al otro dia se patrullo’ toda la costa y se encontraron varios británicos muertos en el lugar, secuestrándose asi Fusiles con tecnología de visión nocturna y chalecos antibalas. Muy pronto mis compañeros se reagruparon y cuando yo me aprontaba a actuar de nuevo me interpelo otra vez la voz.

— ¿Que decidiste…?

Era el Señor Jesucristo que apareció cerca de mí en las alturas. El estaba vestido con un ropaje de color negro, una camisola babucha y también pantalones al estilo Árabe.

¡No tenía arma alguna!

Supuse muy pronto que no lo necesitaba pues al mirarme a la cara sus ojos resplandecieron fosforescentes de un azul intenso, parecería que en cualquier momento me iban a pulverizar con un sólido rayo salido de sus ojos.

No he visto alli ejército de Arcángeles Guerreros custodiándolo. Pero supongo que estarían ocultos e invisibles entre las nubes y rodeándome en silencio, muy pronto le conteste:

— ¡He decidido obrar como usted ordenó Señor!

—Voy abandonar esta Guerra.

—Ya no me voy a entrometer en ella, pero necesito ayudar a los míos.

— ¿Y cómo los ayudaras…?

—Lo auxiliare sin matar a nadie

—Necesito su autorización para eso…

—¡¡¡QUE ASÍ SEA…!!! Dijo Dios y desapareció otra vez.




CAPITULO 16

“EL ESPÍRITU DEL CESAR”

Comence a rastrillar el espacio aéreo entre el mar y las nubes en busca de enemigos, volando alrededor del Archipiélago Soledad y cuando estube sobre el monte Log Don. Repentinamente en vez de aviones vi a un individuo en el espacio, sentado entre las nubes y me acerque a él volando muy cautelosamente.

Aquel desconocido se trataba de un personaje de piel blanca y de contextura obesa, con el cabello crespo y enrulado, que estaba vestido como un “César” de la época Romana. El vestía una especie de toga enteriza de color blanco y mangas cortas, mientras que en el cuello se observaban unos bordados y sobre la cabeza un laurel de oro. El mismo se encontraba recostado sobre unas nubes, con el codo derecho hincado sobre ella y apoyaba la cara en la mano izquierda. Mientras, disfrutaba de un racimo de uvas negras, que sacaba de un plato de oro colocado frente a él, también alli se veía una copa de oro.

Aquel personaje miraba atentamente hacia las Islas, que estarían a unas distancias de dos kilómetros de él y cuando el personaje me vio llegar. Dijo:

— ¿Hey Quien eres un Dios acaso…?

— ¡No, no soy un Dios, soy un ser humano…le dije.

— ¡Y tu estas muy lejos de Roma…!

El personaje entonces me miro y contesto.

—¡!!Me estoy divirtiendo un poco!!!

Dando a entender que las guerras atraen espíritus que vienen a divertirse, observando las masacres y sangres derramadas. Repentinamente el dijo:

—¡¡¡Miraaaa allaaa…!!!

— ¡Esos están locos….!

Grito apuntando hacia la Isla Soledad allí se avistaba el Monte Log Don.

—Yo no veo nada, le dije.

Voltee la vista hacia él que ya había desaparecido del lugar.

(Esto es de loco pensé recién estaba y ahora ya no está. Supongo que era un espíritu)

— ¡Bueno, voy a investigar que pasó allá!

Y entonces el Capitán Aéreo descendió hasta el Monte Log Don de la Isla Soledad.




CAPITULO 17

“EL ATAQUE DE LOS GURKAS”

Eran las 10 de la mañana y luego de que el espíritu del césar haya desaparecido descendí hasta el lugar donde se llama “Pradera de los Gansos” Allí se avistaba humo se escuchaban explosiones y se oían gritos y rafajas de ametralladoras. Más allá se distinguía un grupo de hombres con polleras y bayonetas caladas. Otros grupos ejecutaban unas gaitas y avivaban el fuego, mediante redobles de tambores y ordenes de flancos izquierdos y marchas rápidas. Se trataba del segundo batallón de guardia Escoces.

Me detuve en el espacio para observarlos y he visto que desde las trincheras ubicado al oeste del lugar, nuestros soldados argentinos disparaban sus armas. Cuando desde la parte este de la salida del sol avanzaban a toda velocidad (corriendo) unas boinas negras de ojos oblicuos y achinados llamados Gurkha. Estos hombres pertenecían al 1º y 7º Regimiento de Rifleros Gurkas denominados “Escuadrón Suicida de la Muerte” Pues ellos tenían que atravesar 50 metros de minados previamente enterrados por el Comando Argentino, en espera de aquel gran ataque.

(Inciso aclaratorio) (Los Gurkha son Mercenarios de origen Nepalés Pueblo de La India. Sus características son de caras Mongó loicas y luchan desde el año 1800 para la Corona Británica)

Aquellos hombres se les acerco a la isla desde el mar, transportados en torpederas y helicópteros y las órdenes que recibieron fue:

“Asesinar a todos soldados argentinos que se encuentren en el lugar, hasta que no queden ninguno de pie”

Y aquellas gentes estaban especializadas y acostumbradas a esa clase de tareas. Se sabía que Inglaterra había ordenado

“Recuperar la islas, cueste lo que cueste”

Y ya había comenzado los ataques finales. Cuando esos Gurkas llegaban a pisar las minas enterradas en el lugar, volaban por los aires explotando y se esparcían sangres y carnes chamuscadas, por los lugares. Pese a ellos, los demás orientales continuaban sus atropellos con risas y carcajadas de locuras. Me acerque más para estudiarlos y he visto que en sus oídos tenían ajustados auriculares Sony Walkman, con músicas de Rock Pesada, mientras corrían con afiebrados ojos rojos, babeando como locos y disparando sus armas. Aparentemente aquellos hombres estaban drogados.

El ataque continuaba y los que no volaban por los aires con las minas y caían con las balas ya estaban cerca de las trincheras Argentina. Segundo después salieron los soldados de los pozos para la “Lucha de cuerpo a cuerpo” Y estos eran diezmados por aquellos locos Gurkas. Cuyo cuchillos curvos degollaban y mutilaban, sacando miembros a pedazos de los pobres jóvenes argentinos.

Al sentir la superioridad de esos demonios algunos soldados argentinos retrocedieron para defenderse y estos eran alcanzados y degollados, como borregos en el lugar.

Pensé por un momento que a pesar de que había prometido al Señor Jesucristo no entrometerme más en esa guerra, el dolor de observar a mis hermanos de tierra ser doblegados y asesinados, se me lleno el espiritu de iras y baje a tomar medida sobre aquellos sanguinarios hombres. Tome dos cuchillos de guerra de los caídos y comencé a descuartizar Gurkas que por más que me disparaban balas y lanzaban cuchillazos no tenían éxito conmigo.

“Al fin se encontraron con un enemigo, que podía hacerles frente en el campo de honor”

Iba matando y acribillando galeses y Gurkas y observe que aquellos ingleses, tenían menos habilidad que los Nepaleses. Mientra tanto a mí alrededor, muchos Soldados Argentinos luchaban ferozmente y estos se trataban de oficiales entrenados en el Ejército Argentino. Mientras que otros levantaban las manos arribas y eran asesinados de igual manera.

Yo iba asesinando a todo lo que podía 20 o 30 hombres. Mientras, continuaba el enfrentamiento, hasta que se disipó un poco en donde yo estaba. Entonces mire a mi alrededor y vi que mis camaradas depusieron sus armas levantando las manos arriba en cercanía de una cabaña que apena se distinguía, porque estaba sumida entre fuego humos y brumas vaporosas. En los alrededores iban acercándose vehículos orugas blindadas y más hombres de boinas rojas correspondientes a la brigada de paracaidistas ingles y otros del comando real británico.

Repentinamente un Gurkha se acercó para atacarme con cuchillo en mano. Entonces yo quise jugarle una broma, estaba cansado de matar ya no tenía emoción alguna y como siempre los británicos decían en inglés.

— ¡No me mates por favor, tengo muchos hijos…!

Le dije lo mismo al Gurkha, pero en idioma nepalés.

— ¡Malai Mara Nadinuhos! (Significa No me mates por favor) ¡Madherai Baccharu Chan! (Tengo muchos hijos)

El Gurkha paró en seco sus ataques y me observó con curiosidad, guardando su cuchillo curvo. Entonces allí llegó un Teniente Inglés de boina roja del comando de la Realeza Britanica, quien le reprendió y cuestionó del por qué no me mato y él le contesto en Ingles que me sintió lástima.

¡Le tienes miedo acaso! Dijo el teniente y le ordenó.

—¡¡¡Matale!!!

— ¡Te estaré observando…!

Y se puso a mirarnos, luego me grito a mí.

— Fight for Your life…! (Lucha por tu Vida)

—Fight…!—Fight…! Lucha, Lucha.

El Gurkha comenzó a fintar con el kukri o cuchillo curvo. Entonces tome los míos y nos cruzamos en combate. Aquel nepalés me hirió dos veces con sus armas y mis heridas se cerraron automáticamente, hasta que en un momento dado lo ajusticie. Entonces el teniente inglés que nos estaba observándo me lleno de balazos y los proyectiles rebotaron en mi cuerpo. Muy pronto reaccione tomando la pistola del Gurkha caído y desvacié el cargador por el británico, que cayó en la turba para no levantarse más.

Seguidamente mire por todo lado a fin de continuar y he visto que había humo por doquier. Repentinamente sentí una presencia detrás mia y una voz que me dijo:

—¡¡¡Prometiste que te retirarías de la guerra!!!

Voltee rápidamente a mirar quien era y grande fue mi sorpresa ¡Era el teniente inglés que había asesinado recientemente! El estaba de pie mirándome y en su pecho los orificios de balas aún sangrantes y continúo hablando:

— ¡Tú sabes quién soy yo!

Y con sustos y asombro le conteste.

— ¡Sí, SI Señor…!

— ¡Perdón pero no pude dejar de mirar y defender a mis hermanos argentinos, quienes estaban siendo masacrados…!

— ¡Y si no te retiras de la Guerra, será peor y habrá muchas lágrimas mas…!

— ¡Si señor me voy…!

— Ya no actuare sobre estas gentes me voy a retirar de la guerra, pero antes le pido autorización para ayudar algunos de mis compatriotas.

— ¡Si a alguno puedo salvarle de la muerte o el martirio lo haré…!

— ¡Está bien…!, dijo él Señor.

Entonces utilice el poder de volar y nuevamente salí de las Islas. Más tarde estuve girando alrededor del archipiélago para percibir a quien auxiliar y he visto desde arriba que las islas ya estaban rodeadas por fuerzas británicas, que arribaban en las distintas partes del lugar, en barcos submarinos y helicópteros.




CAPITULO 18

“EL COMANDO CORTA OREJAS”

En una de las costas del archipiélago ubicado en el Monte Log-don, he visto que un submarino de pequeña dimensión como de 8 metros de largos, bajo a tres marines británicos cerca de los escollos, quienes luego llegaron hasta tierra en un bote inflable.

Alli en el lugar se encontraba un comando argentino con la cara toda pintada quien observaba atentamente los movimientos entres las rocas. Seguidamente mordió su cuchillo de guerra y empuño su fusil. Cuando yo lo visualice el estaba solo más allá se veía que él había enterrado a tres o cuatro de sus compañeros entre las rocas, pues alli habían pequeños montículos de piedras, con sendos fusiles incrustados en la cabeceras y cascos sobre ellas. Le observe por un momento desde el espacio y he visto que justo hacia él se dirigían los que habían bajado del submarino y por lo que he visto aquellos no eran Gurkas.

Aquellos comandos se dirigieron ascendiendo entre las rocas inmediatamente despues de las costas pasando por un sendero entre los altos escollos. Mientras el soldado oculto alli espero que suban los tres esacondiendose y girando alrededor de un escollo para que no le vean. De improviso tomo por detrás al último Marín británico tapándole la boca y lo deguella sin siquiera escucharse un sonido. Seguidamente siguió a los otros y los fue degollando. El último se dio cuenta de aquella acción pero ya era tarde y comenzaron a luchar con sendos cuchillos de combates, hasta que la victoria favoreció al suboficial argentino.

Seguidamente comenzó a secuestrar los armamentos que ellos habían traídos, buscando en sus bolsillos, ropajes y mochilas. Mientras, apartaba todo a un costado, como armas de fuego, cuchillos, insignias y placas. A continuación se sentaba de cuclillas sobre los muertos y los iba despellejando, sacándoosles las orejas y guardando aquellos restos, en una hedionda mochila de tela. Entonces me saque la insignia de oficial del pecho y descendí posando mis pies a cierta distancia mientras el seguia con su faena, luego grite:

—¡¡¡Atención Soldado…!!!

Violentamente el comando se incorporo y arremetió hacia mí, para atacarme con su cuchillo de guerra (quizás por el susto que le di) Entonces le grite:

—¡¡¡Heeeey Camarada yo soy soldado argentino…!!!

El miro de cerca mi uniforme y detubo en seco sus ataques.

— ¿¿¿De dónde salió usted soldado…??? Pregunto.

¡Estuve observándolo cabo y disculpe que no me haya metido a luchar, pero usted ya tenía dominado al enemigo! Le dije eso y luego lo elogie

¡Usted es una eminencia en el combate señor.

— ¡Felicitaciones, lo admiro mucho…!

—¡!! Pero eso no contesta mi pregunta!!!

— ¿¿¿De dónde salió usted…???

— ¡Voy a contestar a su pregunta mi suboficial…!

—Yo soy una especie de Súper Hombre y puedo volar en el espacio. Participe en esta guerra a fin de defender a la Patria, pero no obstante, ya tengo prohibiciones para actuar.

¡Pues si sigo participando en combate sobrevendrá la Tercera Guerra Mundial! ¡Y se levantarán Naciones Contra Naciones! ¡Y por muchos tiempos ya no habra’ paz en este Mundo…!

Entonces él preguntó quién fue el que me prohibió continuar en la Guerra y le conteste que fue el Señor Jesucristo. El no me quizo creer al principio hasta que yo le demostré que podía volar y que no me hacían daño las balas.

¡No tuvo más remedios que creerme!

También le conté que los ingleses ya tenían rodeados las islas y que ya no había nada que realizar alli, solamente deponer las armas o morir con heroísmo. Seguidamente le propuse una oportunidad de vida me ofrecí sacarle de alli. Le dije que si él aceptara yo le podía sacar de las islas volando y lo llevaría a salvo hasta el lugar que él me pidiese.

El comando se retorcía de rabia, pues no quería aceptar que nuestra Guerra ya esté pérdida. Al fin lo convencí diciéndole que permanecer allí sería una muerte segura y que soldado que huye sirve para otra Guerra. Entonces el acepto que lo lleve y tomó sus elementos como el bolso con orejas y otros secuestros. Seguidamente salimos volando del lugar pasando por encima de Puerto Argentino. Allí en los alrededores ya se avistaban muchos barcos de la Royal Nabí. Mientras el observaba desde el espacio la situación. Lloraba amargamente y se lamentaba por lo que veía.

Luego dijo: “Llévame a mi querencia” Y lo lleve hasta su pueblo.





CAPITULO 19

RENDICION

Y

«TORTURAS DE PRISIONEROS ARGENTINOS»

Muy pronto regresé a las Malvinas y fui directo para tranquilizar a mis camaradas, descendí en donde estaban las gentes de las trincheras quienes se encontraban parados cerca de las barrancas, observando a los barcos de la Royal Nabí que estaban anclados a 200 metros de los acantilados. Ya en el lugar nadie tenía fusiles en las manos tampoco cascos puestos. Sin embargo yo aun estaba vestido como un oficial del Ejército Argentino portando en la cintura una pistola calibre 9mm.

He visto que desde las naves se iban acercando los británicos en sendo botes de asalto, dirigiéndose hacia nuestras costas. Un grupo subió por un sendero de arenales para llegar hasta nosotros y salieron al norte a treinta metros de donde estabamos. Era una comitiva de soldados británicos. El primero que salió a la vista era el líder del grupo y tenía un casco M1 con funda camuflada de verde oscuro y una gran estrella blanca en el mismo, al estilo de un General de brigada de los Estados Unidos y el gritó:

¿Quién está a cargo aquí…?

Todos los camaradas presente giraron la vista mirándome a mí, el único con un rombo, entonces levante’ la mano derecha, diciendo:

—¡¡¡Yoooo…!!!

Y el desenfundo’ violentamente la pistola al estilo western y disparo con su arma. Aquel proyectil me pego en el medio del tórax y la fuerza del impacto me lanzó al suelo cayendo de nalgas. Mientras todos los presentes me miraron sorprendidos. Rápidamente me reincorpore saltando desde tierra y conteste con la pistola calibre 9 mm. Asestándole un disparo en el medio del pecho. He visto que otros dos también con cascos camuflados le sujetaron de los brazos, para que no caiga entre los arenales del lugar.

¡¡¡Pero él ya estaba muerto!!!

Seguidamente se hizo cargo el segundo y el gritó.

—¡¡¡Entréguese Soldado!!!

—¡¡¡Ya no tiene caso, están rodeados…!!!

Entonces use mi poder de volar ante los incrédulos ojos de los presentes y arremetí donde estaban y pase volando sobre ellos. Mientras ellos abrían fuego con sus armas por todo mí cuerpo, ya desde arriba les grite:

—¡¡¡Tienen suerte Piratas!!!

— ¡Que yo tenga prohibiciones!

—¡¡¡Porque de otra manera, todos ustedes ya estarían muertos!!!

Seguidamente me aleje del lugar mezclándome entre los bajos vapores mañaneros. Ya al otro día sobrevolé las islas mirando como trataban a mis compatriotas y he visto que algunos de ellos fueron levantados en unos destructores y zarparon hacia britania. Me sorprendió el accionar del enemigo y pregunté al viento:

— ¿Para qué querrían llevar Prisioneros Argentinos a Inglaterra…?

—Quizás a fin de exhibirlos como indios o fusilarlos en público.

Entonces no tuve más remedio que seguir en vuelo a aquellos destructores y he visto así que los soldados prisioneros, viajaban sentados sobre cubierta, soportando la velocidad con la que se desplazaban los torpederos y del helado viento que golpeaba sus rostros.

Más tarde aminoraron la velocidad y salieron dos británicos desde la cabina y preguntaron

¿Tienen hambre…?

Mientras, se miraban entre ellos y reían a carcajadas. Seguidamente uno trajo una cacerola con comida y arrojaron fideos hervidos con carne y salsa sobre cubierta. Luego les agacharon de las cabezas obligándoosles a que lo coman. Observar esa acción me molesto muchísimo y de sobre manera pero me contuve. Espere que los marines entrasen nuevamente a la cabina del torpedero, cerrando la compuerta y baje a rescatar a los soldados que se encontraban allí y sin palabra alguna los lleve volando hasta las costas Argentina.

Pero alli no terminaba la historia pues había más barcos que llevaban prisioneros argentinos hacia el océano, entonces pensé:

(¿Cómo podría defender de las torturas a eso pobres soldados?)

Y me dije a mí mismo tendría que traer aqui a alguien que esos ingleses respeten y que sea humanitario y con respetos a Dios ¡Entonces se me ocurrió una idea! Debería traer al lugar a un Capellán del Ejército volare hasta Inglaterra y lo traeré aquí y volé hacia las Islas Británicas. Muy pronto llegue y encontré a un soldado inglés a quien levante en el espacio y lo interpele.

— ¡Please do not kilt me…! (Por favor, no me mate, dijo él)

— ¿Where the Chaplin lives…? (Donde vive el capellán)

El hizo gestos señalando a los lejos.

— ¡Show me…! (Muéstrame.)

— ¡Hall Right…! (Está bien dijo el hombre y fuimos juntos volando)

Muy pronto me mostró una capilla llamado San Jorge y me señalo que allí estaba el Capellán del Ejército. Al entrar por el techo encontré que él Capellán se encontraba orando arrodillado. Le salude en español, pues supuse que todos los sacerdotes podrían hablarlo (Mientras, me mantenía flotando en el espacio)

— ¡La paz esté contigo padre!

Al principio el no me hizo caso, habrá pensado que eran solo sus pensamientos y descendí un poco más a fin de que me vea y repetí mi saludo.

— ¡La paz este contigo Padre!

El clérigo levantó la vista sorprendido y expreso en voz alta.

— ¡San Miguel…!

Levanto las dos manos, en forma de oración hacia mí. Pero yo le dije, levantando la mano izquierda en señal de negación.

— ¡No padre yo no soy San Miguel!

— ¡Pero vine hasta aquí para que usted haga ayuda de parte del Dios Jesucristo!

— ¡Alabado sea el Poderoso, escucho mis plegarias…!

— ¿Cómo puedo ayudar?

— ¡Prepárese¡ Haremos un viaje a alta mar para auxiliar a unos prisioneros, que necesitan la protección del Señor!

Muy pronto dijo.

—Estaré preparado en un momento.

Rápidamente entro en un claustro sacó una biblia un rosario y un baligin y luego expreso

— ¡Ya estoy listo…!

Y salimos volando sobre alta mar. Seguidamente le dije que la misión era proteger a esos prisioneros de guerra y del maltrato de sus captores que no sean torturados y tengan un trato justo y lo baje en un barco hospital, donde tenían a muchos prisioneros de Guerra.




ÚLTIMO CAPITULO

“RENDICION OFICIAL”

Puerto argentino hora 10,00 de la mañana. Luego de que mis camaradas cayeran todos prisioneros sobrevolé el área y encontré un grupo que estaban sentados en los pastos sin cascos y desmoralizados a pesar de que el dia era hermoso y un fuerte sol acogía el lugar.

Descendí a sentarme entre ellos para interiorizarme de lo que pasaba allí. Más hacia el sur de donde estábamos sentados estaban de centinelas varios británicos alejados de nosotros y a punto de tiro por si algún prisionero intentaba revelase.Tambien alli a treinta metros había un gran tinglado o hangar, desde alli salieron unos comandos británicos con uniformes mimetizados quienes llegaron hasta nosotros se adelanto uno y dijo:

— ¡Mientras el País de ustedes no deponga sus armas definitivamente!

—¡¡¡Iremos degollando a un hombre por dia…!!!

Y pregunto a todo los prisioneros

¿¿¿Quien de ustedes va a morir primero por su Patria???

Estaba a punto de levantarme yo pues yo podría revivir, o quizás no me haría daños su mísero cuchillo mortal. Pero alguien se adelanto por mí quien grito diciendo:

¡¡¡HIOOOO….!!!

Expreso levantándose de donde estaba sentado. Era un Soldado Argentino alto y fuerte. Más tarde me entere que se apellidaba Meller y que era de la Ciudad de Clorinda. El comando británico lo miro detenidamente ya con el cuchillo de combate en la mano y dijo:

—¡¡¡Nooo…!!!

—¡¡¡ Tuu Nooo…!!!

Haciendo gestos para que se sentara y comenzó a recorrer alrededor de los prisioneros sentados, mirándole uno a uno, quienes a su vez les miramos en la cara demostrando coraje y desafiando a la muerte hasta que vio a uno que bajaba la mirada hacia abajo y dijo:

—¡¡¡Tuu, ven aquí…!!!

Le tomó del cuello de la camisa levantándolo y lo llevo frente a todos. Rápidamente le agarro de los cabellos lo puso de rodillas y

“Lo degolló de oreja a oreja”

Ante la atónita mirada de los prisioneros sentados allí. Varios de nosotros nos levantamos y gritamos

—¡¡¡Hijo de Perraaaa…!!!

Los centinelas británicos se vieron venir un amotinamiento y comenzaron a apuntarnos a todos, calmando los ánimos bajo presión de las armas. Mientras el pobre Soldado Argentino quedo allí tirado de bruces frente a todos y el Comando degollador se retiro de nuevo, dirigiéndose hacia el tinglado. Segundos después vino un grupo diferente y llevaron hacia adentro al ajusticiado, algunos soldados prisioneros les rechinaron los dientes de rabias, otros lloraban de dolor e impotencias.

Al otro dia paso de nuevo los mismos. Allí ya me ofrecí yo, levantándome rápidamente para evitar que se mueran más inocentes. El comando ingles me arrodillo y pasó un cuchillazo por mi cuello, su cuchillo me hacían cosquillas (pues era muy frío) Aún así yo debía simular que me hacia daño a fin de que me dejase en los pastos y se retire. Y como era de su costumbre pasaba los cuchillazos y después limpiaba la sangre por su pantalón mimetizado. Seguidamente el grupo se iba nuevamente dejando tirado el cuerpo. Más tarde yo saltaba del lugar volando a toda velocidad y me sentaba de nuevo entre los prisioneros.

Puerto Argentino dia 14 de Junio de 1982 hora 21,00. El Gobernador Militar de Puerto Argentino Georgia del Sur y Sándwich del Sur General don Mario Benjamín Menéndez, se rindió oficialmente al Gral. Yerremy Moore.

Poco después nos enteramos que el Gobierno Argentino firmo el cese definitivo de hostilidad y terminaron ya las degolladas. Luego buscaron entres los prisioneros quien haría de portavoz con los ingleses y fue elegido a un personal de cuadro, con el grado de cabo, oriundo de la ciudad de Clorinda. Así pasó y a continuación todos fueron llevados a un barco de la Cruz Rojas Internacional.

El 14 de julio de 1982 los últimos prisioneros de Guerra 593 EX Combatientes arribaron a Puerto Madryn Ciudad Argentina, situado en la costa norte de la Patagonia a bordo del buque Saint Edmundo, nave que integraba el contingente Naval Británico. Poco después los prisioneros fueron embarcados en avión hacia Buenos Aires y aterrizaron en la plata.

Yo en particular y como ya no habían maltratos y torturas sobre ningún soldado salí volando de allí con el Poder yo soy:

El Capitán Aéreo El Superhéroe Argentino


Fin



POSDATA

“DEL CAPITAN AEREO”

Después de muchos tiempos meditando y pensando ¿de qué se trataría aquella caja larga que trajo el Gobernador Ingles Milord Red Hund, desde Inglaterra?

Llegue a la conclusión que podría tratarse de la llave de la Ciudad. Este objeto para los ingleses es una distinción honorífica que en la antigüedad era entregada a personajes ilustres y fue usado en el Medievo por representantes de las Fortalezas Amuralladas y extensamente aplicados en la Capital Inglesa de Londres.

Posiblemente esta llave fue entregada al Presidente del Uruguay Gregorio Conrado Álvarez por Milord Red Hund para conseguir asilo político.

Que este gobernador británico haya regresado luego desde El Uruguay a Las Malvinas para firmar la rendición era otra cuestión, tampoco sé con que medios. Lo que si sé por afirmación del mismo que si él no se encontraba presente en el lugar con sus Súbditos los Quelpers, los iban a tildar de cobarde que abandona a su pueblo en mano del enemigo, quizás haya regresado por eso.

Después de eso, según lo histórico Milord Red Hund fue llevado nuevamente al Uruguay vaya a saber bajo que trato y al culminar la Guerra retomó el cargo de la gobernación en la Flaklands hasta el año 1985.

En tanto el Uruguay en ese entonces apoyaba a la Argentina, pero también prestaba apoyo a la Gran Bretaña. “Era como estar bien con Dios y Con El Diablo”

Eso y mucho más puedo contarles y también de la reunión que se fraguó en el palacio de Nottingham en Inglaterra en los albores del conflicto del 82 cuando se reunió el Comité de la primera dama Margaret Tacher con el Presidente Francés François Mitterrand, buscando alianza en contra de la Argentina a fin de bombardear lugares claves como Ríos Gallegos y su capital.

“El Gran Buenos Aires»

Si el caso se diese según ella sería un ejemplar castigo sobre aquellos que se oponían contra sus poderíos Colonialistas.

Es decir como el ataque en conjunto que se había hecho en el pasado a Berlín en la segunda Guerra mundial —Abnegándose los cielos con aviones de guerras— El presidente francés François Mitterrand se negó rotundamente observándola y dudando de las corduras de la ministra británica y alegando que con esa acción se desencadenaría “La tercera Guerra Mundial” Y él se lavaba las manos de eso.

Margaret tacher ya estaba loca en esos tiempos, pues ella hacía gestos obscenos cuando hablaba de los Argentinos como higienizándose el trasero y era calmada por sus ministros adjuntos, quienes les sujetaban sus desmedidos desmanes. No en balde el Señor Jesucristo tomo medidas sobre la misma

«Enloqueciéndola del todo»

La idea que tenía la premier británica era atacar a la Argentina en distintos puntos, rodeándola y con la negativa del Presidente Francés, ella trato de Cobarde a François Mitterrand y opto por enviar una comitiva de oficiales británicos, hasta la Capital de Chile a fin de conseguir apoyo bélico.

Por su parte los “Rotos Chilenos” no querían ni mirar a los argentinos Sus carabineros disparaba tiros a los Gendarmes que custodiaban las fronteras. Pues en ese entonces era costumbre de ellos cambiar los mojones Jurisdiccionales, atrayéndola más hacia territorios Argentino y ensanchando los suyos.

A estas gentes se les hacía poco sus pertenencias que lindaban por un lado con el Océano Pacífico y por otro con las Cordilleras de los Andes y en lo popular en Chile las mujeres Chilenas opinaban que los soldados argentinos apestan y eran todos unos

«Mariscos»

Hasta ese punto había llegado el abrazo fraterno en Maipú entre Bernardo OHiggins y Mi General…“Don José de San Martín”

Es todo.

 


  
 “PROLOGO”

“PROLOGO” 

“MARCHA DE LAS MALVINAS”

Tras su manto de neblinas, no las hemos de olvidar»

¡Las Malvinas, argentina, clama el viento y ruge el mar

Ni de aquello horizontes nuestra enseña han de arrancar,

Pues su blanco está en los montes, de su azul se tiñe el mar

¡Por ausente, por vencido, bajo extraño pabellón

Ningún suelo más querido; de la patria en la extensión!

¿Quién Nos habla aquí de olvido, de renuncia, de perdón?

¡Ningún suelo más querido, de la patria en la extensión

¡Rompa el manto de neblinas, como un sol, nuestro ideal

«Las Malvinas, argentinas. En dominio ya inmortal!“

Y ante el sol de nuestro emblema, pura, nítida y triunfal

Brille ¡oh Patria!, en tu diadema la perdida perla austral

Coro

¡Para honor de nuestro emblema para orgullo nacional, brille¡Oh Patria!, en tu diadema la pérdida perla austral

“La Marcha de las Malvinas” es una poesía patriótica de Argentina compuesta en 1940 por el poeta Carlos Obligado





 







 

 

 

 

 

 

 

 

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