Vi el atardecer sola de nuevo, como siempre lo he hecho y como ya me acostumbré.
Desee poder verlo contigo, o almenos pensando en ti. Pero ya no estás en mi mente, a veces viene el recuerdo de tu ausencia, que me hace sentir más llena que vacía porque al irte yo regresé, regresó la seguridad en mi, en lo que pienso y quiero, en esa seguridad que obligaba y culpaba por no tener mientras estaba contigo.
Me decias que caminaste contigo, y lloraba de lo agradecida que estuve con la vida por no estar sola, pero ahora regreso, y si lo estuve. Tus pasos era como tener un fantasma siempre reflejándome, siempre actuando detrás de mi, refleje en ti mis sentimientos, mis intenciones, mis ganas de amar.
Los ocasos a veces son el final de un buen o de un mal día, así como el final de las relaciones a veces duele a veces alivia.
Agradeceré por siempre al sabio universo, por regresarme a mi.
Estoy enfrentándome a mi soledad, a mi frustración a mis ganas de tener pero no poder. Pero no me estoy enfrentando a ti, y eso trae un brillo de alivio a mi corazón.
Vi el atardecer sola de nuevo, como siempre lo he hecho y como ya me acostumbré.
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