Levantate de las cenizas y resplandece una vez más.
Incluso cuando la esperanza se haya marchado y la fuerza de tus manos se consuma.
Aún cuando la estela se extinga a la distancia, y la tierra estalle caóticamente no pierdas tu fe.
¡Escuchame!
No pierdas la fe.
Emerge del pozo del abismo, levanta del lodo tus alas.
Sacudete la infamia que te aqueja y rompe las cadenas del alma.
Esa fue la voz de mi esencia que en mis adentros despertó.
Como impactaron las palabras a mi espíritu cual dinamita que detona en segundos.
Asimismo se levantó mi espíritu de las sombras y resurgió de las cenizas.
Entonces volví a soñar permitiéndole a mi cuerpo el placer de vivir una vez más.
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