¡Esa! Tú indiferencia mordaz que atormenta mis pensamientos y mi tranquilidad, que se adentra en mis huesos recalcitrantemente para recordarme que hasta en mis huesos te siento.
Mi mente divagante entre recuerdos y sentimientos, no encuentra asilo en el cuerpo y quiere abrir sus alas para volar lejos de mi cordura. Desconoce ella, que en sus ires y venires ha dejado vacíos que son inhóspitos en mí.
Hoy me enfrento, a que tu fantasma acompaña mi soledad y ninguno de los dos desea abandonar mi mente, hoy dejo que tu indiferencia arme alianzas con mi desasosiego y les permito abrir sus alas para revolotear en mi mente divagante.
Hoy solo le digo adiós a mi cordura y espero que tu indiferencia mordaz y recalcitrante arme alianzas con mi soledad, y terminen por ser una perfecta compañía. EG
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