Polvo estelar

Dicen que somos polvo de estrellas, y están en lo cierto. ¿No me crees? Te contaré una historia.

Remonta hace muchas décadas, siglos atrás, cuando una de ellas cayó del cielo. El impacto fue tremendo, o eso se rumorea.

Una estrella, sin más, cansada de divagar por el oscuro y vacío cielo nocturno, se dejó caer sobre nuestro planeta; pues una vez, escuchando las memorias del tiempo, este le confesó que ya había pasado antes; dos estrellas colapsaron y de su unión se formaron los planetas, y aunque yacían deshabitados, ahora flotaban en el espacio.

Pensó que con este acto podría ayudar a crear vida, y entonces ya no se sentiría sola nunca más. Con esa idea en su mente, se inmoló hacia la tierra. Cuando chocó con la superficie, se desprendieron de ella pequeñas partículas, todas diferentes entre sí. Al paso de los años, aparecieron diversos tipos de seres vivos; entre ellos, nosotros.

Un día, una tribu antigua, descubrió restos de la estrella. La limpiaron y la expusieron en lo alto, pues algo dentro de ellos les dijo que era una pieza importante. y así se conservó hasta nuestros días.

Hay quienes piensan que las estrellas mueren; pero, la verdad es que somos producto de ellas. Y, esa variedad de pequeños componentes es lo que hace que cada uno sea único.

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