Traes paz a mi alma, que andaba vagabunda traes color en los días grises traes risa a la madrugada, y junto a ti traes la primavera, la primavera tan apta para vivir.
Buscarte y encontrarte en aquellas tardes de verano dónde la paciencia y el tiempo ya eran cortos, y darme cuenta que tu y yo nada somos en este laberinto, que son otros los senderos, esas locas rutas sin comienzo ni fin.
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