Y en la pobre luz de mis ojos que casi moribundos han rescatado a lo lejos tu imagen, que establecen los grandes días de amor perdidos sin ti.
Hundidos en la callada calle de soledad donde el cielo crece y se torna sin fin.
Esos de los que guardaron un sitio en su corazón como una tímida luz aleteando en las puertas del olvido.
Un lugar sospechoso ha cavado las lágrimas en la sombra y en el desierto, en ese desierto llamado tu amor.
¿Quién te ha olvidado acaso?
Si eres la luz que alumbra desde siglos en cada noche entera a mi solitario corazón que aún espera a que te decidas por mí,
Sé que escuchas el temblor y la alegría, pues yo he aprendido a amar la vida a través de ti.
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