Alonso Castañeda Valeria
Me encuentro frente al mar imaginando cómo sería mi vida si el estuviera aquí. Él fue mi compañero por años, estuvo conmigo en los momentos más difíciles y en los más felices.
Lo conocí en una fiesta un día sábado, el se encontraba con sus amigos en un extremo, cuando llegue con mis amigas, cruzamos miradas y desde ese momento yo sabía que el era con quien compartiría mi vida. Yo les conté a mis amigas que me había llamado la atención, ellas de inmediato me dijeron que era imposible estar con el, ya que era súper mamón y además muchas querían con el y que mejor lo olvidara.
Mientras charlaba con mis amigas escuché que alguien me dijo “¿Quieres bailar?”, al voltear me di cuenta que era el con una sonrisa encantadora y me estaba dando la mano, de inmediato mi respuesta fue “Si” lo dije en un tono muy nervioso. Yo no quería que se diera cuenta de lo nerviosa que estaba, y que desde ese momento ya me tenía a su meced, bailamos por mucho tiempo y después empezamos a platicar. Era como si ya nos conociéramos desde hace años, plática fluía de una manera increíble, hablábamos sobre la escuela, nuestros pasatiempos, como nos iba en el amor… y en ese momento llegó mi amiga a decirme que ya nos íbamos, me despedí de él e intercambiamos Instagram.
Cuando llegue a mi casa, me recosté y no podía dejar de pensar en él, era mi alma gemela, teníamos mucho en común, enserio el era increíble nada que ver con lo que habían dicho mis amigas.
Al siguiente día me desperté, y me encontraba haciendo mi rutina de siempre, cuando revisé las notificaciones de mi celular y vi que alguien quería seguirme y al entrar a ala aplicación decía “Sebastián Contreras solicito seguirte”, en ese momento sentí una gran emoción y obvio la acepté.
Estuvimos chateando por largo tiempo día y noche, también hacíamos videollamadas y todo se hallaba de maravilla. Después de una semana me invito a comer, recuerdo que estaba extremadamente inquieta, ese día me puse mi mejor ropa, me maquille y peine, sinceramente me veía espectacular. Cuando escuche el timbre de mi casa, corrí a abrir y ahí estaba el único chico del que en verdad me había enamorado. Me llevo a comer a Coyoacán a un restaurante llamado “La posta”, fui muy lindo porque la noche de la fiesta le había contado lo mucho que me gusta la comida italiana, y él lo había recordado.
En el restaurante, disfrute mucho de la platica, me dijo que la noche de la fiesta se había enamorado, pues era diferente a las otras chicas y que él no acostumbraba a ligar en las fiestas pero que en realidad yo lo había ostentado. También estuvimos bromeando mucho, no podía borrar la sonrisa de mi rostro.
En el momento que llegamos a mi casa al despedirnos se inclinó hacia mi, deslizó sus manos sobre mi cuello, me tomó con fuerza y me acercó hacia el nos dejamos llevar por el momento, yo sentía mariposas en mi estomago, fue algo mágico, y después nos abrazamos. Fue el mejor beso que yo había dado en mi vida.
Las siguientes semanas seguimos chateando, videollamadas y nos veíamos muy seguido, éramos la pareja perfecta.
Duramos 5 años de novios, esos cinco años fueron los mejores, nuestras familias se llevaban bien y teníamos una relación sana y bonita, aunque como todas las parejas con algunos problemas, pero siempre los resolvíamos juntos y luchábamos por nuestro amor.
Cuando cumplimos los 5 años de novios, me preparo sorpresa su casa, me recibió con rosas, velas, globos y un cartel gigante, cuido cada detalle para que todo fuera perfecto. Ese día me pidió que me casara con él y yo acepte, tuvimos una noche asombrosa.
Luego me llevo a mi casa y el se marcho, horas más tarde recibí una llamada, al contestar me dieron una muy mala noticia, eran sus papás y me dijeron que él había tenido un accidente y que lamentablemente había fallecido. Al es escuchar esa palabras sentía mucho dolor, mi corazón estaba roto por completo, él lo era todo para mi y ese maldito accidente le quitó la vida. Teníamos una vida por delante, habíamos planeado un futuro juntos y todo esto ya no lo podíamos hacer. Después de los 9 días de esto yo no salía de mi recámara, no comía, estaba completamente rota. En ese momento creía que si le hubiera pedido que se quedara, no le hubiera ocurrido eso, y sentía culpa. Hasta que me puse a pensar y a él no le hubiera gustado verme así, ademas mi familia no la estaba pasando nada bien con todo esto. Y por eso decidí armarme de valor y luchar por mi bienestar y por el de mi familia, para poder lograr los sueños que él y yo teníamos y que en donde sea que esté se sienta orgulloso de mi.
Y aquí estoy frente a la playa en Panamá un lugar donde siempre habíamos querido ir juntos, y estoy cumpliendo nuestros sueños. Él siempre estará conmigo porque lo llevo dentro de mi corazón. Hoy físicamente ya no está a mi lado pero mi amor por él siempre estará.
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